José Pablo y María José son dos jóvenes de Sevilla que en 2013, estando los dos en paro, decidieron que era más barato irse a dar la vuelta al mundo que quedarse en casa. Su decisión, cuatro años después, les ha servido para tener su propia empresa: viven de los beneficios de su blog de viajes A tomar por mundo y de las expediciones de su divertido Club de la aventura.
Un blog de viajes para dar la vuelta al mundo en formato 'low cost'
Jaén en ocho restaurantes
Bagá
Rejas de la Capilla, 3
Tras estudiar en la escuela Hacienda La Laguna de Baeza, cocinas como las del Relais Chateau Chateau de Bagnols (Francia), Martín Berasategui (Lasarte) o Tragabuches de Dani Garcia (Ronda) han visto crecer la sabiduría culinaria de Pedro Sánchez Jaén. Un chef que, tras pasar 16 años como jefe de cocina en Casa Antonio, ha decidido adentrarse en una nueva aventura poniendo en marcha su propio negocio.
El sueño se hizo realidad el pasado 15 de septiembre, jornada en la que Bagá abrió sus puertas con un gran apoyo de la comunidad gastronómica andaluza (como muestra este vídeo de Paco Morales). Desde entonces, su arriesgada propuesta para la provincia de Jaén "está teniendo una acogida abrumadora", según subraya el propio cocinero.
Dice Sánchez que su objetivo era "situar a Jaén y a su cocina en el mapa gastronómico nacional". Y lo está haciendo bajo la filosofía de un típico bistrot francés: una barra con cuatro taburetes en contacto directo con la cocina y, más allá, apenas tres mesas. Su aforo máximo de 15 comensales, que ante la inexistencia de una carta, disfrutan cada día de un menú degustación "que va rotando cada semana en base al producto de temporada y a lo que el mercado local ofrece cada día", según cuenta Sánchez Jaén.
Una cocina sencilla pero intensa en sabores y texturas llevando por estandarte platos tan personales como las quisquillas de Motril con escabeche de perdiz, los riñones de choto con caviar, el tartar de vaca con anguila ahumada o las natillas de coco, miel y trufa. Sin duda, aires nuevos para la cocina jiennense y, quizás, el inicio de un camino para que Jaén tenga también su propia estrella Michelín.
Dixtinto
Calle de la Rioja, 1
Dixtinto es un proyecto surgido de la ilusión de un cocinero. De su empeño por hacer realidad los platos que siempre le rondaban la cabeza. Y de sus ganas de que sirvieran para hacer felices a sus clientes. También de su esfuerzo por lograr abrir un establecimiento propio y de su creatividad para hacerlo diferente, divertido, inesperado. "He tocado muchos palos en la cocina, pero con Dixtinto queríamos hacer algo que sorprendiera", explica el chef Manuel Frutos.
La especialidad de la casa son los arroces: en su carta hay una treintena variedades en sus versiones de arroz seco, de caldero, meloso y en paella. El abanico va desde clásicos como un arroz del señorito o un arroz negro a sabrosas propuestas como el arroz de anguila ahumada, cerdo ibérico y jugo de vaca, el arroz asturiano (con el compango clásico de esas tierras), el arroz de rabo de toro, el de pato con alcachofas... No es necesario encargarlos con antelación, ya que desde que se pide a que se servido no pasan más de tres cuartos de hora. Un tiempo que se puede aprovechar disfrutando de los ricos entrantes de Dixtinto, como el llamado Atún al cubo (con este pescado en tataki, tartar y sashimi y una curiosa presentación) o las tortillas, de las que hacen más de 4000 unidades al mes, ya sea en su presentación clásica o moderna.
"Nunca olvidamos los sabores de Jaén, de nuestro entorno. Usamos productos de mercado con los que proponemos platos divertidos y creativos desde el atrevimiento", concluye Frutos.
Casa Antonio
Fermín Palma, 3
Una trayectoria de 25 años avala el trabajo de Casa Antonio, que ha tenido siempre a Antonio del Moral como líder y jefe de sala. Su evolución en estas dos décadas ha sido muy interesante, llegando a convertirse en una de las claras referencias de la gastronomía jiennense. "Cada vez tenemos más gente joven en cocina y hemos ido creciendo con sus nuevas formas de hacer las cosas", cuenta Del Moral.
La base del restaurante son los productos de mercado, siempre atentos a los de temporada y, en especial, a los andaluces. En su carta, propuestas tradicionales (como la ensalada de perdiz escabechada) se mezclan ya con los elaborados gracias a técnicas innovadoras; y siempre son platos bien elaborados donde el sabor es lo más importante y que se pueden disfrutar de dos maneras: "una más informal en barra y terraza y otra más formal en el comedor principal", como cuenta Pedro Beltrán, el jefe de cocina. Algunos de los mejores bocados de la casa son Quisquilla de Motril acompañada de una emulsión de codium y crema de erizo de mar; Gamba roja con crema de verduras asadas y papada ibérica y, para el postre, Tarta de queso con sorbete de mango de la Costa Tropical.
También existe un menú degustación con hasta doce platos para quienes apuesten por dejarse llevar y probar todos los sabores que propone Casa Antonio.
Bomborombillos
Pintor Carmelo Palomino, 12
Según la Real Academia Española, la palabra bomborombillos se define como "A horcajadas, sobre los hombros de una persona". La palabra es usada y muy reconocida en Jaén, y sirvió a Joaquín Machuca como eje vertebrador de su proyecto gastronómico. Así, llamó a su local Bomborombillos, pero utilizó el concepto también para unos platos que no son raciones, pero tampoco tapas. "La palabra incluye a dos personas, así que nuestros bomborombillos vienen con dos unidades. Y como una va encima de otra, la propuesta siempre lleva algo encima de algo. Y, ojo, casi nunca es pan", cuenta Machuca, que regenta este establecimiento desde hace casi dos años junto a su mujer.
Su carta, que también cuenta con raciones, está basada en productos de cercanía (huerta jiennense, carnes locales...), sin olvidar a los vinos, ya que cuenta con al menos una referencia de cada una de las zonas vinícolas de la provincia. Todo ello en un local de apenas 80 metros cuadrados y sitio para una docena de comensales, donde lo mejor es pedir un poco de todo y, así, probar los diversos sabores que Joaquín ofrece.
Entre ellos, un crujiente de morcilla con mermelada casera de tomate, el bocata de calamar con alioli de ajos negros y pimiento verde frito, el crujiente de alcachofa con huevo y jamón ibérico o los huevos rotos con ibérico y trufa.
Entre plato y plato, además, se puede disfrutar de las exposiciones temporales que las paredes del Bomborombillos acogen durante todo el año.
Mangas Verdes - Taberna Gastronómica Atípica
Bernabé Soriano, 28
Fran Cuadros tenía un trabajo que no le satisfacía del todo. Y una inquietud que tenía a la cocina como territorio. Sus ganas de cambiar y el apoyo de amigos y familia, que siempre le animaban a aterrizar sus propias ideas gastronómicas en forma de platos, le hicieron lanzarse. Estudió en Le Cordon Bleun (Madrid) y, más tarde, abrió su propio restaurante. El resultado ha sido óptimo: el pasado 6 de octubre la Taberna Gastronómica Mangas Verdes cumplía su tercer aniversario asentado como una de las referencias de Jaén.
Se trata de un restaurante con un marcado carácter informal y algunos de los bocados más originales de la ciudad. Está ubicado en la carrera, que es como se llamar popularmente a la calle Bernabé Soriano, una de las más emblemáticas de la ciudad y a un paso de la catedral. Su base es la cocina local, productos de la provincia que son tratados con mucho mimo e incluidos en platos vanguardistas con influencia de muchos lugares del planeta.
Una cocina de ida y vuelta que, por ejemplo, incluye un curry rojo con carrilleras ibéricas de la Sierra de Andújar, pero también alcachofas confitadas con ajoblanco, cecina y foie, rollito de pato confitado, tarrina de manitas... "Siempre propuestas variadas que tienen el producto local como base y una mirada internacional", subraya Fran.
La Vestida
Ronda Sur s/n, junto al recinto ferial
"En el corazón de Jaén y con Jaén en el corazón", así se siente la familia Aceituno, que tras más de una década regentando un café bar en la capital jiennense, decidió dar el salto a un restaurante fiel a sus valores. Así, en el año 2000 nació La Vestida, un lugar rodeado literalmente por un mar de olivos y donde se respira pasión por la buena cocina y amabilidad a raudales; también, sorpresas en forma de sabores y olores que enlazan tradición pero que su joven equipo de cocina lleva aún más allá.
La Vestida persigue la cocina creativa en base a buenos productos, una bodega con estupendas referencias de diferentes zonas geográficas e incluso una carta de licores y puros. Platos como ensalada de esturión en escabeche con aire de cereza y polvo de nuez moscada, cremoso de paté de perdiz con crocanti de almendra y AOVE de cebolla, paella de arroz seco con pintarroja o paletilla de cabrito lechal asada al horno forman su carta, aunque también se puede elegir un menú degustación con hasta seis platos.
Horno de Salvador
Carretera del Castillo de Santa Catalina s/n
En el año 1996, Salvador Ordoñez se aventuró a cumplir uno de sus grandes sueños. Lo hizo realidad en forma de restaurante y lo llamó Horno de Salvador. Con 21 años recién cumplidos, se trata sin duda de uno de los establecimientos que siempre forma parte de las listas de templos gastronómicos de Jaén. Su ubicación ayuda: en plena sierra, en el interior de una casa centenaria y muy cerca del castillo que preside la capital jienniense.
Ahora regentado por Jose Ángel Ordoñez, hijo de Salvador, cuenta también con una terraza de verano rodeada de pinares y vegetación para soportar las altas temperaturas nocturnas de Jaén en los meses de verano. Su carta es amplia: mariscos de las costas andaluzas, verduras de la tierra, carnes rojas y de caza, asados de cordero y cochinillo y pescados, así como postres caseros y muy representativos de la casa.
Quisquilla de Motril, gamba blanca, espinacas esparragadas, alcachofas de la tierra, habas de Jaén, paté de perdiz, cebollas rellenas de buey en gratin, revuelto de aguacate o alcauciles guisados forman parte de su cocina tradicional con apuntes propios.
Berry taller de dulces
Paseo de España, 14
La ruta gastronómica por la ciudad de Jaén tiene una última parada: Berry taller de dulces. Un lugar que pone la perfecta guinda a la gastronomía local, y cuya descripción en redes sociales deja claro su proyecto: "Somos un taller de dulces, elaboramos pasteles y productos caseros de una forma novedosa y visual". Tan visual que sus propuestas tienen un impacto visual único, que hace que cualquiera de los bocados que preparan atraiga la atención en cualquier momento del día.
Sus responsables son Francisco Castro y Delia Catalina García, él con experiencia junto a Jordi Cruz y Martín Berasategui y ella con una espectacular formación y experiencia en restaurantes como Kursaal (San Sebastián) y Löwe (Barcelona).
Ambos llevan dándole forma a su proyecto muchos años, hasta que a finales de diciembre de 2015 lo llevaron a cabo en Jaén, ubicación elegida para "aportar algo distinto, novedoso e innovador en la capital de la provincia". Productos naturales, frutas y el mejor aceite de oliva virgen extra son algunos de los ingredientes de delicias como el savarín de semilla de amapola con limón, el blondie de arándanos, el pastel de queso y dulce de leche o sus emocionantes galletas.
También tienen una carta de salados que incluye bocadillos variados y originales. Todo se puede acompañar con chocolates, cafés, granizados, zumos e incluso cócteles. La dulzura elevada al cuadrado.
El Año Murillo sitúa a Sevilla como la mejor ciudad del mundo para visitar
La guías Lonely Planet, a través de su publicación Best in Travel 2018 que selecciona los mejores destinos para el próximo año, han elegido Sevilla como la mejor ciudad del mundo para visitar, en un acto en el que El Año Murillo ha sido el gran protagonista.
La noticia se ha hecho pública hoy durante un acto celebrado en Plaza Virgen de Reyes de la capital hispalense y ha sido anunciada a nivel mundial por los directivos de Lonely Planet, así como por el delegado de Cultura, Antonio Muñoz, cuando está a punto de celebrarse el cuarto centenario del nacimiento de Murillo.
Según el sello de guías de viaje, en la elección de Sevilla como ciudad más interesante para visitar en 2018, los editores y viajeros han tenido especialmente en cuenta la gran riqueza histórica y artística de la ciudad, su revitalización en los últimos años y la celebración del Año Murillo el año que viene.
El acto fue presentado por la influidora María de León, que centró sus intervenciones en los detalles de la programación del Año Murillo y contó con la presencia de Margot Molina, periodista y autora de la Guía de Sevilla de Lonely Planet.
El Año Murillo, ha dicho la presentadora, cuenta desde ahora "con un gran aliado", mientras el concejal de Cultura ha destacado que la decisión de turistas y expertos es "fundamental para posicionar a Sevilla como destino imprescindible para cualquier persona que quiera viajar al año que viene".
Javier Saldúa, director general de estas guías en España, desveló los motivos de la elección de Sevilla y ha recordado que es la primera vez que una ciudad española recibe este reconocimiento.
"Sevilla tiene mucha historia y ese reconocimiento de la riqueza artística y la vitalidad con la que ha afrontado el futuro, junto al Año Murillo, es fundamental para que represente la mejor ciudad para visitar de 2018", ha afirmado.
Durante el acto, con la participación de dos interpretes caracterizados como Murillo y su ayudante, se han ido desvelando algunos de los pormenores de la efeméride, un programa cultural que desde noviembre contará con numerosas exposiciones, itinerarios y distintas actividades culturales.
La programación del Año Murillo se puede consultar a través de web Murilloysevilla.org, un portal en el que ya están disponibles entradas para el concierto inaugural que protagonizará el violagambista y director Jordi Savall.
También se puede conseguir las entradas para la exposición 'Murillo y su estela en Sevilla', comisariada por el profesor Benito Navarrete.
Lonely Planet recomienda la Sevilla histórica y artística como destino imprescindible de 2018
La afamadas guías Lonely Planet, que selecciona los mejores destinos turísticos para el próximo año a través de su publicación Best in Travel 2018, han elegido Sevilla como la mejor ciudad del mundo para visitar, en un acto en el que El Año Murillo ha sido el gran protagonista.
La noticia se ha hecho pública hoy durante un acto celebrado en Plaza Virgen de Reyes de la capital hispalense y ha sido anunciada a nivel mundial por los directivos de Lonely Planet, así como por el delegado de Cultura, Antonio Muñoz, cuando está a punto de celebrarse el cuarto centenario del nacimiento de Murillo.
Según el sello de guías de viaje, en la elección de Sevilla como ciudad más interesante para visitar en 2018, los editores y viajeros han tenido especialmente en cuenta la gran riqueza histórica y artística de la ciudad, su revitalización en los últimos años y la celebración del Año Murillo el año que viene.
El acto fue presentado por María de León, que centró sus intervenciones en los detalles de la programación del Año Murillo, y contó con la presencia de Margot Molina, periodista y autora de la Guía de Sevilla de Lonely Planet.
El Año Murillo, ha dicho la presentadora, cuenta desde ahora "con un gran aliado", mientras el concejal de Cultura ha destacado que la decisión de turistas y expertos es "fundamental para posicionar a Sevilla como destino imprescindible para cualquier persona que quiera viajar al año que viene".
Javier Saldúa, director general de estas guías en España, desveló los motivos de la elección de Sevilla y ha recordado que es la primera vez que una ciudad española recibe este reconocimiento. "Sevilla tiene mucha historia y ese reconocimiento de la riqueza artística y la vitalidad con la que ha afrontado el futuro, junto al Año Murillo, es fundamental para que represente la mejor ciudad para visitar de 2018", ha afirmado.
Durante el acto, con la participación de dos interpretes caracterizados como Murillo y su ayudante, se han ido desvelando algunos de los pormenores de la efeméride, un programa cultural que desde noviembre contará con numerosas exposiciones, itinerarios y distintas actividades culturales.
La programación del Año Murillo se puede consultar a través de web Murilloysevilla.org, un portal en el que ya están disponibles entradas para el concierto inaugural que protagonizará el violagambista y director Jordi Savall. También se pueden conseguir las entradas para la exposición 'Murillo y su estela en Sevilla', comisariada por el profesor Benito Navarrete.
Tracción 4x4 bajo el Tajo de Ronda
Una pátina de tierra los cubre. Nos ajustamos las gafas protectoras y cubrimos parte del rostro con un pañuelo. Es la única manera de no morder el polvo cuando nos aventuremos por las pistas polvorientas. Aquello parece un cochecito de golf, pero con un look algo más macarra. En cuanto nos acomodamos en el asiento, giramos la llave y colocamos la palanca del piloto automático en la H, el vehículo nos saca de duda: estamos en buggy que derrocha potencia.
Su motor de 900 cc y 4 tiempos nos impulsan a toda velocidad por la Sierra de Málaga en cuanto acariciamos el pedal derecho. Las sensaciones van a caballo entre una moto y un coche: las cuatro ruedas de un automóvil y la propulsión de una motocicleta de gran cilindrada.
Mi compañero de fatigas se pone el cinturón de seguridad a toda velocidad, agarra fuerte al reposabrazos y me recuerda que es padre de tres adorables niños. Tranquilo, no voy a correr, le respondo. La promesa dura poco: en cuanto cojo confianza, piso a fondo el pedal derecho y una risa malévola se pierde entre los crujidos del chasis, el ruido infernal del motor y las gomas derrapando sobre la tierra.
Sergio Carrillo, el líder de este bautismo con tracción a las cuatro ruedas, nos guía desde el cuartel general de TopBuggy, en la ribera del Río Chico, hasta la cima del Tajo de Ronda. Por el camino, serpenteamos por el asfalto y los adoquines de la goyesca ciudad. Al parar junto a la famosa plaza de toros, los ocho ocupantes de los cuatro buggys nos convertimos en una atracción turística más de una Ronda atestada de visitantes de todas las nacionalidades. Una nube de turistas saca sus móviles y dispara más rápido que el intrépido Lucky Luke.
Apenas un puñado de centenares de metros nos separan del Balcón del Coño (sic). Basta asomarse al abismo infernal (por profundo) para entender el exabrupto. Una caída libre de centenares de metros se abre a nuestros pies, mostrándonos el espectáculo geológico que el río Guadalevín ha horadado con paciencia durante una auténtica eternidad. Un bellísimo halcón peregrino sobrevolando nuestras cabezas nos recuerda la prodigiosa altura a la que nos
Se acabó la visita cultura. Ahora toca probar nuestros nuevos juguetitos hasta exprimirles la última gota de diversión. La civilización asfaltada queda atrás y una risa malévola se escapa de nuestra garganta cuando el vehículo se precipita cuesta abajo por unos pedregales mordidos por la erosión de otros aventureros. Mi pie derecho parece soltarse y mis ligamentos pierden el miedo: ¡piso a fondo mientras caemos cuesta abajo! Puede que sean imaginaciones mías, pero, de reojo, creo que mi compañero de viaje se agarra con fuerza al reposabrazos y con la mano libre se santigua. Quién sabe, puede que simplemente se estuviera quitando la polvareda que vamos levantando a nuestro paso. Gracias al gran recorrido de suspensión de nuestros coches no tenemos miedo a volcar.
Entre olivos y viñedos
Las rocas salen disparadas, mientras avanzamos y cuando la adrenalina está por las nubes, nuestro guía hace un alto en el camino y nos lleva hasta el Albergue Los Molinos, un lugar donde nos asegura, cobijarse durante las frías noches de invierno es un placer de otro mundo. No nos cabe duda: estamos viendo otra perspectiva del famoso tajo: a sus pies resulta más majestuoso, más alto, más espectacular. Mientras tomamos un refresco en la terraza del albergue, Sergio Carrillo nos asegura que cuando llueve y los caminos están enfangandos, la experiencia es totalmente diferente. "Al rato ya no ves ni el color del buggy", explica. Cuenta Carrillo también que el invierno pasado, nevó en Ronda, y que ponerse al volante de aquellos cacharros mientras derrapaban sobre el paisaje helado fue un momento único. Sus clientes disfrutaron como niños.
Aprovechamos el receso para charlar con él, nos cuenta que las dehesas que nos rodean son perfectas para escuchar en otoño la famosa berrea: cuando la serranía malagueña es testigo de la llamada al apareamiento de estos bellísimos ungulados. La pregunta es de rigor: ¿por dónde se pueden conducir estos vehículos? "Por carretera y, por supuesto, por pistas de tierra. Está prohibido, por supuesto, conducirlos por los cortafuegos y por la Sierra de las Nieves, que es espacio protegido", señala Carrillo.
Regresamos a nuestros vehículos y serpenteamos un rato más entre olivos y viñedos, dejando atrás una de las bodegas que exprimen el famoso vino de Ronda. Con la adrenalina por las nubes, aparcamos nuestros vehículos y guardamos en nuestra retina un viaje único a los pies del gigante goyesco.
Muerde verde en Sevilla: comida rápida... y ecológica, casera y rica
La idea se ha cocinado tan a fuego lento, con tanto mimo y dedicación, como sus propios platos. Y el resultado es Muerde Verde, un nuevo establecimiento de comida para llevar en Sevilla que le da una vuelta de tuerca a los menús tradicionales que consumimos a diario, se aparta de la comida rápida y las dietas poco saludables, para convertir la mesa diaria en una fiesta.
Productos frescos de temporada, predominio de recetas vegetarianas y veganas pero sin cerrarse a la carne y el pescado, e ingredientes ecológicos atraviesan la carta de Muerde Verde, un establecimiento que "pretende cubrir una necesidad que consideraba que no existe, o no lo suficiente, en Sevilla", explica la cocinera Ana López Atero.
"Decimos muy a menudo, de hecho la publicidad tradicional se encarga de bombardearnos con esa idea, que las prisas y la falta de tiempo no son ya sinónimo de comida basura; y que se puede seguir una dieta saludable acudiendo a los platos precocinados que se ponen la etiqueta 'eco' o 'bio'.... Pero no es verdad, al menos mi experiencia así me lo dice".
La preocupación por lo que comemos
En concreto, fue a raíz de la enfermedad de un familiar, cuando Ana López Atero, ya dedicada de manera profesional a la cocina, comenzó a preocuparse "por todo lo que comemos. Dejé los productos procesados, empecé a mirar las etiquetas de los alimentos, descartando los que tienen muchos aditivos. Empecé a consumir principalmente verduras, legumbres y pescados y dejé de comer carnes rojas y procesadas", nos explica.
En concreto, "en El Contenedor es donde me introduzco en la cocina ecológica elaborada con alimentos de cercanía. Descubro mucho producto vegetal que hasta entonces desconocía y me cautivan". Y de ahí surgió esta idea que le ha permitido emprender una carrera profesional en solitario, tras años "de leer e investigar sobre cocina vegetariana y saludable".
En Muerde Verde, Ana López tiene claro que "la calidad de los ingredientes será fundamental", así como una elaboración casera al frente de la cual estará ella misma, "cuidando todos los detalles".
Una carta sorprendente
Formada en el Instituto Macrobiótico de Andalucía -con sede en Sanlúcar La Mayor- y Postgrado de Gastronomía por la Escuela de Hostelería de Sevilla Taberna del Alabardero, Ana López Atero es especialista en sopas frías (gazpacho, gazpachuelos, salmorejos...), cremas de verduras y patés vegetales, y siente "devoción" por los platos de cuchara, a los que va a aplicarle cierta audacia en la mezcla de sabores e ingredientes, como será el caso de las lentejas con chorizo de calabaza o sus alubias con almejas... "Cuchareo sin grasa", como ella misma denomina.
Entre los platos que jalonarán la carta de Muerde Verde destacan también una amplia variedad de ensaladas y ensaladillas veganas, bollería libre de azúcar, huevos y lácteos y queso vegano para untar, entre otras variedades. Pero los omnívoros tienen también un hueco en Muerde Verde, y para ellos Ana López Atero apuesta por el roast-beef con chutney de mango y menta y el pollo de corral estofado con frutas, entre otros.
Trayectoria profesional
A medio camino entre la costa y la montaña, Ana López Atero nació en Cádiz en 1980, pero su periplo vital ha pivotado siempre entre la capital que mira al mar y la sierra gaditana, con un fuerte arraigo en el municipio de El Bosque, donde existe una gran tradición en la elaboración de quesos artesanos, pan tradicional, chacinas y la cría de la trucha.
"Empecé a cocinar para mis tías y mi abuela con unos 10 años. Les hacía dulces para merendar y a ellas les encantaba, se morían de risa... Sólo un poco más tarde, con 12 años, comencé ya a redactar mi recetario personal. Aún lo conservo... Y lo uso!", recuerda entre risas la chef andaluza.
Sin embargo, sus inicios profesionales se decantan hacia el turismo, grado universitario que estudió a caballo entre Granada y Florencia, capital de la Toscana Italiana, de donde se trajo "un maravilloso recetario de pastas y verduras que he incorporado a mi formación posterior como cocinera", asegura. "Me decidí por la cocina ya mayor, pero creo que ha sido una buena elección. Más que tarde, pienso que era el momento justo para saber qué y por qué quería hacer esto", explica Ana López, que junto con el Hotel Alfonso XIII de Sevilla, el Hotel Fontecruz, los restaurantes Contenedor y Mechela y su paso por Aponiente, el establecimiento de Ángel León -dos estrellas Michelín- en El Puerto de Santa María (Cádiz), ha trabajado en el Grosvernor House de Londres -cinco estrellas-, dentro del proyecto europeo Leonardo Da Vinci.
Los 'caminantes nórdicos' se extienden por Andalucía
Encontrar en una misma frase las palabras ‘nórdico’ y ‘Andalucía’ puede resultar chocante. Sin embargo, se trata de una combinación idónea. Y es que el nordic walking o marcha nórdica encuentra en los senderos y montañas del sur un entorno inigualable para su práctica. Concretamente, en Santa Ana la Real, un pequeño municipio onubense de escasos quinientos habitantes que ha pasado a convertirse en el epicentro andaluz de este deporte.
Javier Ramos, monitor de nordic walking y fundador de Nordic Walking Sevilla, explica cuál es la clave de este deporte: “A diferencia de prácticas como el senderismo o el trekking, usamos los bastones de forma activa y no como simple apoyo”. Una sencilla técnica que moviliza el tronco superior, llegando a trabajar el 90% de la musculatura del cuerpo, y amortigua la sobrecarga de las articulaciones.
Su accesibilidad lo convierte en una práctica deportiva ideal para todo tipo de usuarios, desde experimentados deportistas que buscan en el nordic walking una actividad complementaria a sus entrenamientos, hasta personas que quieran iniciarse en el mundo del deporte de una forma amena.
Los múltiples beneficios psicofísicos de la marcha nórdica, unidos al gran atractivo turístico que supone el contacto con la naturaleza y el mundo rural, hacen de la marcha nórdica un deporte en pleno auge en España.
De un rincón de Andalucía a la capital
Pero, ¿cómo llega un pueblecito de apenas medio millar de vecinos a convertirse en el ‘Primer pueblo Nordic Walking de Andalucía’?
Todo comenzó en 2011 con una apuesta del Patronato de Turismo de Huelva que, consciente de la importancia de este deporte en países centroeuropeos como Alemania, puso en marcha un programa de formación en esta especialidad. Javier, natural de Santa Ana, explica que esto supuso una revolución para el pueblo que, “al ser tan pequeño, de repente se vio con seis monitores de marcha nórdica”.
Desde entonces, el municipio serrano ha acogido ya tres ediciones consecutivas del Campeonato de Andalucía de Marcha Nórdica y en 2017 fue el anfitrión del I Campeonato de España de Marcha Nórdica. Tomando como referencia este núcleo andaluz el nordic se popularizó y dio el salto a Sevilla, donde sigue ganando adeptos cada temporada.
“Caminar es sólo el principio”
Aunque –por el momento– no existen datos oficiales del número de aficionados a la marcha nórdica en Andalucía, cifras como las de Nordic Walking Sevilla pueden servir para dar una idea aproximada del potencial de esta nueva disciplina.
“Empezamos en 2015 con un grupo muy reducido de diez personas y en la actualidad tenemos ocho grupos, con un total de unas cien”, cuenta el director de esta empresa. Y destaca que los números no paran de crecer: “Entre cursos y campeonatos, durante el primer año participaron en nuestras actividades unas 500 personas; en 2016 superaron las mil”.
En vista de la buena acogida de la que ha gozado el nordic en tan poco tiempo, la capital andaluza acogió recientemente la I Marcha Nórdica Ciudad de Sevilla, un campeonato que contó con la participación de un centenar de deportistas.
La marcha nórdica fue reconocida por primera vez en España por la Federación Andaluza de Montañismo (FAM), una iniciativa que fue imitada por federaciones de otras Comunidades Autónomas. Y en 2016 obtuvo el reconocimiento oficial de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) y el Consejo Superior de Deportes, lo que convierte al nordic walking en un deporte en toda regla.
La apasionante historia del otro palacio de la Alhambra
Su color rojo galatea es casi único. Como también lo son las vistas desde su terraza. Pero lo que convierte al Alhambra Palace en más que singular es su arquitectura, tanto interior como exterior. Desde dentro, sus espacios comunes rememoran el arte andalusí. Por fuera, se asemeja a una fortaleza árabe. Y en su totalidad, el hotel es una parte indispensable en la historia de Granada.
"Nadie entendería la ciudad sin él", cuenta Francisco Rivas, jefe de cocina del establecimiento, en el que lleva 44 años trabajando. Mucho menos ahora, cuando acaba de recibir su quinta estrella tras realizar una importante remodelación para adaptarse a las exigencias del reconocimiento.
En el proceso, el hotel ha pasado de 126 a 108 habitaciones, entre ellas, cuatro nuevas suites y seis deluxe. Además, entre otros aspectos, ha reformado totalmente los sistemas de seguridad y electricidad, reduciendo también las emisiones contaminantes un 50 por ciento.
Ubicado en el mismo recinto que La Alhambra -lo que le hace estar protegido por la UNESCO- este establecimiento hotelero es el segundo más antiguo de España. Fue ideado e impulsado por Julio Quesada Cañaveral y Piédrola, Señor de Láchar, Conde de Benalúa y de las Villas y Duque de San Pedro de Galatino. Un madrileño de nacimiento pero granadino de adopción que además de aristócrata, político y empresario, fue un gran visionario: apostó por el turismo cuando nadie lo hacía.
Cuando La Alhambra era un lugar abandonado
"En esa época era prácticamente ciencia ficción, pero él lo tuvo claro. La mejor prueba de ello es este hotel", cuenta Ignacio Durán, director de ventas del Alhambra Palace. A mediados del siglo XIX, La Alhambra era un lugar sucio y maloliente, pero viajeros románticos llegaban desde todas las partes del mundo en busca de esa isla de oriente en occidente que representaba este lugar y, por extensión, Granada.
El francés Theópile Gautier o el británico Richard Ford fueron algunos de los que llegaron atraídos por los cuentos y leyendas de Washington Irving. Eso sí, a comienzos del siglo XX apenas 18.000 personas visitaban la capital granadina por turismo (frente a los tres millones actuales). "El Duque de San Pedro Galatino supo que la cifra iría aumentando y pensó que sería necesario un lugar para estos viajeros, un espacio diferente y especial para su alojamiento", añade Durán.
Decidió levantar un hotel en el solar que existía junto a una de sus residencias en la colina del Mauror y frente al viejo barrio judío, hoy conocido como Realejo. También se ubica muy cerca de La Alhambra, a la que se llega en un paseo de diez minutos. Su proyecto culminaba el 1 de enero de 1910, cuando Alfonso XIII inauguraba el hotel. En el acto se pudo confirmar que el Duque no se había conformado como crear un alojamiento al uso: había encargado a un discípulo de Eiffel un edificio de estilo historicista, con una decoración interior muy barroca "que le hacía ser más Alhambra que la propia Alhambra", subraya María Teresa Hontoria, doctora en Historia del Arte e intérprete del patrimonio.
Ello se puede comprobar hoy día. "Toda la yesería de las paredes de los salones se extienden del suelo hasta el techo. La propia Alhambra no está tan hiperdecorada y esa era la idea del Duque, de ser más, de ir más allá", añade Hontoria.
Entonces, alojarse en alguna de sus habitaciones costaba entre 15 y 30 pesetas, como refleja el libro que se presentará el próximo mes de febrero y que recoge toda la historia del hotel, así como numerosas fotografías y postales.
Eje social y cultural de Granada
El impulsor del alojamiento también decidió construir un casino y un teatro de variedades que pronto se convertiría en el eje social y cultural de Granada. García Lorca, Manuel de Falla, Ángel Barrios... Fueron muchos los nombres ligados a este recinto teatral, donde Andrés Segovia realizó su primer concierto público y el propio Lorca presentó el I Concurso del Cante Jondo, uno de los hitos culturales de la historia moderna del flamenco.
Este esplendor cultural cayó después de que, en 1921, Primo De Rivera prohibiera el juego y el casino se cerrara. "Entonces el Duque le nombró persona non grata y le prohibió la entrada al hotel", cuenta Durán, que relata cómo las pérdidas causadas por el cierre hicieron que el propietario alquilara en los años 30 el hotel a la cadena HUSA, quien lo gestionó hasta los años 80, cuando los descendientes del Duque retomaron su labor.
En ese tiempo, solo permaneció cerrado entre los años 1939 y 1942, cuando se debió renovar debido a su uso como hospital militar en la Guerra Civil. Fue en los años 50 cuando el hotel comenzó a obtener un glamour especial. Las estrellas de Hollywood que viajaban a Andalucía se hospedaban allí, al igual que la realeza de todo el mundo y, desde entonces, también presidentes del gobierno, ministros y un sinfín de personajes que conforman el libro de oro del establecimiento.
Entre sus páginas se encuentran nombres como los de Lauren Bacall, Orson Welles o Dick Bogarde, pero también los de Stephen Hawking, el Dalai Lama, Rockefeller, Mijail Gorbachov, Jean Cocteau, Rafael Alberti... Algunas de las anécdotas relacionadas con estos personajes históricos o los detalles arquitectónicos del hotel las cuenta María Teresa Hontoria en las visitas turísticas que realiza una vez al mes por las instalaciones del establecimiento.
"Considero que los granadinos debemos ser los mejores embajadores de nuestra tierra y para eso es primordial que la conozcamos a fondo. Creo que es importante que todos los que somos de aquí disfrutemos esta ciudad, pero también la difundamos", explica Hontoria. Fue hace dos años cuando comenzó esta conexión entre el hotel y la empresa que ella dirige, Granada Singular, con el objetivo de que cualquier persona se pueda acercar a conocer "un lugar que será siempre parte de la historia de Granada".
Universo Santi: cocina de producto con espíritu solidario en Jerez
Cuando un cliente entra en el restaurante Universo Santi en Jerez no sólo acude a un centro gastronómico de primer nivel. También está participando en un proyecto donde la integración de personas con capacidades diferentes es uno de los grandes objetivos. Ha abierto sus puertas a finales de octubre, todo un acontecimiento por su carácter singular.
El proyecto está impulsado por la entidad sin ánimo de lucro Fundación Universo Accesible y es un espacio en el que se dan la mano la mejor cocina de producto y la solidaridad. Para ello cuenta con una plantilla compuesta al cien por cien por personas con discapacidad.
Universo Santi está inspirado en el legado del cocinero Santi Santamaría, fallecido en 2011. Fue el primer cocinero español en conseguir siete estrellas Michelín entre todos sus locales. Universo Santi pretende convertirse en un referente de alta cocina en España. Será el único restaurante con las recetas que dieron fama a Can Fabes, el restaurante más emblemático del cocinero.
Tres menús con precios razonables
No faltarán platos como la papada con caviar o la trufa al barro. Además, habrá una carta propia del chef con raíces en el producto y otra más casual. Hay tres menús: el más caro no superará los 70 euros con unos 12 ó 14 platos. Hay otro de 45 euros con algunos platos menos y otro de 35, con cinco platos a escoger entre todos los disponibles.
El precio está lejos de lo que cobran por comensal otros restaurantes de primer nivel y el presidente de la Fundación Universo Accesible, Antonio Vila, explica por qué: "Lo hacemos porque no hay beneficio industrial, esto es una Fundación sin ánimo de lucro. Tenemos patrocinadores que han pagado la reforma y pensamos que incrementar el precio sería injusto. No competimos con nadie en Jerez porque es otro tipo de gastronomía la que vamos a dar".
La ubicación del restaurante también está por encima de la media porque se encuentra en la finca histórica de recreo El Altillo, que se va a abrir por primera vez al público. Ha sido una concesión administrativa del Ayuntamiento Jerez a la Fundación Universo Accesible y, después de dos años de trabajo, este espacio ha abierto sus puertas.
La obra de reforma de la casa ha requerido un año y cuatro meses de trabajo. Entre otras cosas, los operarios han levantado un suelo hidráulico de hace más de un siglo y han vuelto a colocarlo restaurando pieza a pieza. Además, han restaurado el estanque, que llevaba 50 años tapado, y han conseguido recuperar las cocinas originales de Santi Santamaría, que estaban en la otra punta del país.
La propia hija del desaparecido chef, Regina Santamaría, señala que “no es sólo un restaurante, es la representación del trabajo, el esfuerzo, la cultura y la ideología de mi padre. No había mejor manera de rendirle tributo que seguir cocinando y haciendo disfrutar a los amantes de la gastronomía, mientras trabajamos por una sociedad en la que todos tenemos cabida, sea cual sea nuestra condición”, señala.
La labor de integración
La plantilla está formada por 45 personas, todas ellas discapacitadas, seleccionadas por la ONCE. Actualmente se encuentran en proceso de formación. Es el único servicio de hostelería de Andalucía con la totalidad de la plantilla compuesta por personas con discapacidad.
"Decimos que es un proyecto único en el mundo porque se encuadra dentro de un entorno único, en el corazón de Jerez. Es un restaurante de alta cocina atendido al ciento por ciento por personas con discapacidad intelectual, física y orgánica. Y ofrecemos la cocina de Santi, que defendía la cocina de producto, de la tierra a la mesa. Le costó mucho llevarlo a cabo en una época en la que se llevaba la cocina intervenida y lo recuperamos para Jerez. Es un proyecto muy bonito en su conjunto", destaca Antonio Vila.
Se trata de un proyecto avalado por todos los discípulos de Santi Santamaría. Al frente están el chef con dos estrellas Michelín Óscar Velasco y el chef y jefe de cocina Semi García. Velasco es la primera vez que sale de su restaurante Santceloni, de dos estrellas Michelín. "Este proyecto une cocina, altruismo e integración de una forma tan original como provechosa", subraya Velasco.
Y uno de los logros del restaurante es haber acabado con los prejuicios incluso desde antes de su apertura. Al cliente probablemente le abra la puerta un chico con Síndrome de Down y le sirva un chico con discapacidad orgánica. Hay un ejercicio de superación porque la alta cocina tiene un nivel de exigencia máximo.
"¿Un chaval con discapacidad puede seguir el ritmo de un restaurante de alta cocina? Sí, por supuesto. Lo hemos probado. hicimos un curso específico para ello. Un curso no subvencionado por la administración. Fue en la Fundación ONCE, se pidió el apoyo para un programa de formación nuevo. No se han cogido 45 personas y se les ha dado un curso de 15 días, sino que detrás hay meses de trabajo", remarca Antonio Vila.
Una treintena de empresas e instituciones avalan el proyecto Universo Santi. Así, colaboran como patrocinadores, además de la Fundación Universo Accesible, la Fundación Cajasol, Obra Social la Caixa, Fundación ONCE, Fundación Cruzcampo, Fundación DKV Integralia, Calidad Pascual, Fundación González Byass, Pepsi, Fundáción Orange, Sabores Almería, Covap, Migasa, Riversa, Azero, Dimasa, Montesierra, Rotary Club Jerez, Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Ayuntamiento de Jerez, Fundación Plant for the Planet, Grupo BC, Renovatio, Ruca y Disegna.
Los mil sabores de la provincia de Sevilla
Todos los sabores están en Sevilla. Un recorrido gastronómico por sus municipios nos ofrece el poso de los pueblos que hicieron la historia: romanos, fenicios y árabes dejaron en la provincia guisos y su particular habilidad para extraer de las mejores materias primas los más deliciosos sabores. Aquí te ofrecemos un breve pero intenso repaso por la gastronomía de la provincia de Sevilla, del cerdo ibérico de la sierra a los tomates de La Campiña, pasando por la huerta del sur y los arroces de la marisma. ¿Alguien da más?
La Sierra Norte tiene una gastronomía reconocible influenciada por el entorno del Parque Natural, en plena Sierra Morena. Destaca, cómo no, el cerdo ibérico de montanera y todo lo que nos da, hasta los andares: la manteca colorá y la zurrapa, los potajes de garbanzos, embutidos exquisitos, las carnes a la brasa o el guarrino frito de Real de la Jara. En Alanís de la Sierra preparan un embutido singular, la lengua de cerdo, y en Almadén la hornaza o bollo preñao, cuando es dulce. ¿Y las migas? Con pimientos asados, sardinas o un chorizo viejo, pocos platos hay más reconstituyentes.
La Sierra ofrece también otros manjares más ligeros: los espárragos trigueros y los boletus y faisanes que brotan cuando lo dictan el sol y la humedad de los bosques. De la caza, zorzales, venados (adobados en La Puebla de los Infantes), jabalís o perdices que echar al arroz o a la caldereta. De la huerta, ese salmorejo tan especial al que acompañan los taquitos de perdiz guisada, o el gazpacho de Constantina con su toque de hierbabuena. Y de postre, pestiños o los gañotes a base de miel, huevo y fritos en aceite de oliva. Para la digestión no faltará el licor de Cazalla de la Sierra.
La Campiña esconde la influencia gastronómica de todas las culturas que la han poblado. Es, además una gran proveedora de materia prima: tomates para los gazpachos y salmorejos (llamado "ardoría" en Osuna), carne de ternera retinta y hasta de toro de lidia. Alcalá de Guadaíra es la tahona de Sevilla y por eso se la conoce también como Alcalá de los Panaderos. En Carmona, no dejes de probar la alboronía, plato de herencia árabe y los dulces de convento, en Osuna, las repapalillas, tortillas fritas con masa de bacalao, cebolla, ajo, perejil y azafrán, y en Arahal, las aceitunas prietas. La zona es también conocida por el "menudo", que es como aquí llaman a los callos.
De la Sierra Sur viene verdura abundante, aceite y aceitunas de primera y carne de caza. Es una zona con influencias malagueñas en el gazpachuelo de pescado de Pedrera o los maimones de Casariche, gaditanas en el potaje de berza y los quemones de Coripe o cordobesas con el flamenquín. Pero también tiene sus platos propios: el cocido de verdolaga de Pruna, la sopa de albóndigas, el arroz con violines (que es el hueso de cadera), el arroz con liebre o las tagarninas con chorizo y morcilla.
En Algámitas encontramos una variante del salmorejo que es la porra algamiteña, con atún y naranja, igual que en Herrera tenemos el salmorejo campero. De postre, borrachuelos y ochíos, la pata de cabra de El Saucejo o, si es Navidad, mantecados y polvorones de Estepa.
El Guadalquivir atraviesa la provincia de noreste a suroeste, hasta el parque de Doñana, y explica la gastronomía de dos decenas de pueblos. La materia prima de la marisma llena los platos de arroz, patos, cangrejos, camarones y anguilas. La estrella probablemente sea el arroz caldoso con pato, pero hay otros muchos manjares: caracoles y cabrillas, arroces con camarones o colas de cangrejo, tortillitas de camarón, el muy especial albur a la sal con boronía y camarones, los cangrejos al estilo Perlis de Isla Mayor, o la anguila ahumada o en salsa de almendras.
De Brenes destacan las verduras, de La Rinconada la patata (vendida en España entera) y de Aznalcázar, el cuchareo. Gelves tiene guisos singulares en el cascote en colorao y en la caldereta de sábalos. Aquí el postre lo ponen las orejitas de habas o los roscos amarillos de Cabezas de San Juan.
En el Aljarafe hay que empezar con una copita de mosto en alguna de sus muchas bodegas: vino joven y turbio que se degusta de noviembre a febrero con la primera prensa de la uva. Otra estrella de la zona es la aceituna de mesa, aperitivo perfecto para un arroz caldoso con zorzal, unos garbanzos con bacalao o una ropa vieja. Abundan los potajes en Albaida, Bormujos o Almensilla, donde también destacan los alcauciles rellenos. De Castilleja del Campo, el queso fresco de cabra, mientras que de Castilleja de la Cuesta nos quedamos con las famosas tortas de aceite, buen postre si no se opta por la poleá de Sanlúcar la Mayor o el arrope meloso de Villanueva del Ariscal.
La Vía de la Plata recorre desde Sevilla hasta Gijón, y en la provincia forma un pasillo natural entre la Sierra Norte y la Sierra de Aracena. De aquí destacan las venteras, un plato tan calórico como sabroso con espárragos trigueros, panceta, chorizo, patatas, pan frito, ajo… y huevos cuajados como remate. Son platos típicos los gurumelos de El Ronquillo, los pucheros coloraos o amarillos en Aznalcóllar, salmorejo con conejo asado y pestorejo (con oreja de cerdo) en Castilblanco de los Arroyos, o las gandingas a base de vísceras en Castillo de las Guardas.
Se preparan también estupendos arroces con lomo adobado, energéticas sopas de picadillo y carnes de caza de las más variadas formas: salmorejo con asadura de liebre o perdices a la serrana entre ellas. ¡Atención al salmorejo de Guillena!: aquí no es la sopa fría que todos conocemos, sino un guiso de conejo. Para postre, no olvidemos que aquí se produce miel en abundancia, ingrediente esencial para piñonates, garrapiñadas, pestiños, roscos y torrijas. O los peculiares engañamaríos, grandes pero huecos.
De los arroces marismeños a la carne de caza, de los intensos potajes a los salmorejos genuinos, Sevilla ofrece variedad para todos los paladares. Pocas cosas mejores que acompañar de manjares el recorrido por sus marismas y bosques, por sus calles y caminos.
Tres estrellas para el 'chef del mar'
Ángel León, nacido en Jerez de la Frontera (1977) y conocido como 'el chel del mar', ha conseguido la tercera estrella Michelin para su restaurante Aponiente, situado en el Puerto de Santa María (Cádiz), y la primera para Alevante, en el municipio gaditano de Chiclana de la Frontera, entrando este último por primera vez en el prestigioso listado de la Guía Michelin.
De esta manera, Aponiente es el primer restaurante que alcanza tres estrellas en la comunidad andaluza, donde también ha sido alcanzado una estrella el restaurante Bardal, del municipio malagueño de Ronda.
Los nuevos restaurantes que contarán con esta distinción se han anunciado ese miércoles en la Gala Michelín que se ha celebrado en Tenerife. Así, entre las novedades con tres estrellas se ha incluido como único restaurante andaluz el Aponiente por "traspasar las puertas del sabor con técnica, creatividad y un constante idilio con el mar", según ha apuntado la cuenta oficial de la Guía Michelín en Twitter.
Por su parte, el restaurante Alevante, de Chiclana de la Frontera (Cádiz) y llevado también por el chef Ángel León, ha sido distinguido con una estrella por su "inequívoca personalidad".
Además, otro restaurante andaluz también ha formado parte de las novedades con una estrella de la Guía Michelin España y Portugal 2017, y ha sido el restaurante Bardal, del municipio malagueño de Ronda. El Bardal, gestionado por el chef Benito Gómez, ha recibido una estrella por sus "creativos menús degustación donde se conjuga luz y simplicidad".
Los fantasmas de Jaén
Cuenta la leyenda que en el antiguo barrio de La Magdalena, en la ciudad de Jaén, había un importante manantial. En él vivía un lagarto de considerables dimensiones que se alimentaba de las personas que iban hasta el lugar a buscar agua. Los vecinos le tenían medio y, un día, un preso se propuso para enfrentarse al animal a cambio, eso sí, de que le perdonaran la vida.
Sobre un caballo en el que portaba un cordero, se acercó al manantial hasta que el reptil comenzó su ataque, momento en el que el reo escapó gracias a la velocidad de su caballo. En la persecución el bravo contrincante lanzó el cordero al saurio, que lo comió de un bocado. Lo que no sabía es que en su interior llevaba una yesca encendida que le hizo reventar y, por fin, la población pudo respirar tranquila.
Ésta es una de las muchas leyendas que aún perviven en Jaén. Fábulas que se han transmitido mediante la tradición oral de generación en generación y que han convertido a la capital de la provincia en "la más misteriosa de las Andalucías".
"Es una ciudad muy antigua y quizás por eso hay mucho mito respecto a diferentes cuestiones que han sucedido a lo largo de su historia", explica Rafael Cámara, responsable de la asociación IUVENTA, que organiza cada año unas jornadas sobre las leyendas de Jaén en diciembre y también una serie de actividades diez días antes del 2 de julio, cuando se celebra el día oficial del lagarto de la Magdalena.
Los orígenes de las leyendas
"No son hechos reales, pero sí hay un trasfondo histórico muy importante", subraya Cámara, que explica que sus orígenes son diversos. "Muchas tienes un porqué: desprestigiar a parte de la población, dar un halo mágico a un objeto religioso, un interés de evadir los impuestos de las aduanas...", cuenta este experto de la cultura jiennense.
El lagarto de la Magdalena es la historia principal, que tiene origen en las leyendas indomesopotámicas relacionadas con dragones y que, no se sabe muy bien cómo, llego a ser de gran importancia en Jaén. Tanto, que la bandera que se podía ver en los pendones cristianos tras la toma de la ciudad tenía un gran dragón en su escudo.
Hoy, una pequeña fuente rinde homenaje al lagarto en la judería jiennense, cuya historia forma parte del los Tesoros del Patrimonio Cultural Inmaterial de España declarados como tales por el Bureau Internacional de Capitales Culturales. Algunas empresas turísticas locales, como Claritas Turismo, la Asociación provincial de guías turísticos y Arqueonatura, organizan rutas relacionadas con estas fábulas que, además, permiten conocer a fondo el patrimonio local, ya que casi cada monumento tiene su propia leyenda.
Otras muchas leyendas fueron recogidas hace cinco años por Manuel Rodríguez Arévalo en el libro Leyendas del Santo Reino de Jaén, que incluye casi 300 historias relacionadas con los municipios de la provincia, medio centenar de ellas ubicadas en la capital jiennense. "Fue un trabajo de campo, de ir pueblo a pueblo preguntando", recuerda el autor, que cree que las fábulas también están ayudando a conocer el patrimonio de Jaén, "ya que muchas de ellas están ligadas a lugares históricos como castillos o palacios de hace varios siglos".
De hecho, otra leyenda lleva hasta los Baños Árabes, muy cerca de la Fuente del Lagarto. Ubicados en el subsuelo del Palacio de Villadompardo, son los más grandes y mejor conservados de Europa.
Allí se cuenta que murió el rey musulmán Alí en circunstancias que varían según la fuente. Una historia cuenta que falleció de calor un mediodía cuando fue encerrado en el hamman por sus asesinos y, por eso, su fantasma se pasea a esa hora cada día por las instalaciones emanando energía negativa. Por este motivo, según la leyenda, el recinto sufre diferentes cambios buscos de temperatura sin motivo aparente, y cámaras fotográficas o teléfonos móviles se quedan de repente sin batería.
Otra versión dice que Alí fue apuñalado junto a una columna de la sala templada de los baños, añadiendo que, desde entonces, dicha columna emana calor e incluso energía positiva.
No muy lejos, camino de la Catedral por la calle Almendros Aguilar, otras dos leyendas apuntan al Arco de San Lorenzo, hoy la única parte que queda en pie de la iglesia del mismo nombre. La primera habla de que ahí se veló el cuerpo de Fernando IV, que murió a causa de una maldición de los hermanos Carvajal, de Martos, a los que ajustició un mes antes lanzándolos al vacío por una peña de dicha localidad.
La leyenda del Padre Canillas
La segunda historia relacionada con el Arco de San Lorenzo relata que una fría y oscura noche, un joven se encontró a un sacerdote que le pidió ayuda para oficiar una misa en el templo y aceptó el encargo. En un momento dado, durante la preparación, pudo observar que, bajo la sotana, sólo había hueso: estaba junto a un esqueleto viviente. El hombre salió de allí asustado a toda prisa. En su huida, se cruzó con otro clérigo en la Plaza de la Merced, al que le contó su historia. Tras escucharla, el religioso levantó parte de sus ropajes: "¿Huesos como estos?", le dijo, lo que terminó de hacer entrar en pánico al vecino de Jaén y constituye la base de la leyenda del Padre Canillas. Hoy el Arco de San Lorenzo se puede visitar, aunque ningún turista ha vuelto a hablar con ningún esqueleto.
Unos metros más al sur, la peatonal calle Maestra pasa por delante de la bonita Casa del Reloj para adentrarse en la Plaza de Santa María, donde se levanta la imponente Catedral de la Asunción, cuyos trabajos dirigió el maestro Andrés de Vandelviria.
En su subsuelo se dice que existió la cueva que albergó la Mesa de Salomón, que se dice guarda el nombre secreto de Dios y que quien la posea tendrá poder absoluto sobre el mundo aunque, por ahora, nadie lo ha encontrado.
Un regalo memorable
Un poco más arriba, en la capilla mayor, se guarda el Santo Rostro. Se trata de un relicario de piedras preciosas con una imagen de gran devoción popular en Jaén que, según dicen los evangelios apócrifos, es uno de parte de la tela con que Verónica limpió el rostro de Cristo cuando se encaminaba hacia el monte Calvario con la cruz a cuestas.
Dice la leyenda que el lienzo llegó a Jaén desde Roma cuando el obispo de la ciudad andaluza viajó a lomos de un diabillo hasta la capital italiana para avisar al Papa de que, si no se arrepentía de sus pecados antes de morir, acabaría en el infierno. El pontífice consiguió arrepentirse a tiempo y, a cambio, le regaló el Santo Rostro que, desde entonces, permanece en Jaén guardado bajo siete llaves.
En el templo también se encuentra la talla de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Se cree que es un trabajo realizado entre los siglos XVI y XVII, aunque otra leyenda dice que fue obra de un campesino. Se cuenta que, cuando estaba cerca de Jaén, ya cansado, pidió alojamiento a un labrador y su familia, que le atendieron con hospitalidad. A cambio, les propuso crear una escultura con un gran madero, trabajo que realizó durante una sola noche y que supone el primer milagro de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
A espaldas de la Catedral se encuentra el Palacio de los Vélez, que en su día perteneció a una adinerada familia jiennense, que encerró a su hija en un torreón después de descubrir sus amoríos con un joven plebeyo que trabajaba como criado en la casa. Levantaron un muro en la puerta y olvidaron a la joven para siempre.
Siglos después, dicen que el fantasma de una mujer hermosa rubia y de ojos claros sigue vagando por las estancias del palacio buscando a su enamorado al que, a pesar de los siglos transcurridos, nunca ha podido olvidar.
Bajando por la calle Bernabé Soriano se llega hasta la Plaza del Pósito, donde sitúa la tradición a un duelo por amor. En él se enfrenaban el capitán Don Diego de Osorio y el hidalgo Don Lope de Haro: el primero había matado a su mujer tras haberse arruinado y el segundo quiso vengarla por ser su amor de juventud.
De Haro ganó la contienda, clavando su espada hasta la empuñadura en su rival y recitando un Padre Nuestro mientras le veía morir. Dicen que, desde entonces, cada año y en el aniversario de tal día, el fantasma de Lope de Haro vuelve a la Cruz del Pósito para recitar la oración.
El Castillo de Santa Catalina y sus alrededores son también escenarios de algunas otras leyendas, como la de la fuente del Caño Quebrado, que se ubica junto a la carretera que da acceso al monumento. En ese punto se dice que encontraron el cadáver de Omar, un joven que gobernaba Jaén. Fue tal la tristeza que la noticia infligió en su esposa, Zoraida, que la mujer no pudo superar su pena y, un día, la encontraron muerta en el mis lugar que habían hallado el cuerpo de su amado. Justo desde el momento en que se produjo su fallecimiento, comenzó a brotar agua de la montaña agua que, se dice, son las lágrimas de Zoraida por la muerte de su amado.
Ya en la fortaleza, los fantasmas vuelven a ser los protagonistas de otras dos leyendas que se sitúan en esta bonita fortaleza que, originalmente, fue un asentamiento íbero para, después, sufrir remodelaciones a cargo de los romanos, los árabes, los castellanos y las tropas francesas durante la ocupación de comienzos del siglo XIX.
A su lado se ubica el Parador de Turismo, que se construyó sobre el viejo alcázar árabe, el único establecimiento de la red de paradores que cuenta con una reclamación por la existencia de un fantasma en la habitación 22. Allí, se dice que un cliente se despertó por los gritos y llamadas a su puerta de una mujer que, cuando abrió, no estaba. El hecho que fue analizado incluso por Iker Jiménez en su programa Cuarto Milenio.
No es el único fantasma de este alojamiento, ya que la tradición dice que el alma de un preso que murió en el viejo castillo aprovecha las tardes de sobremesa para adoptar la forma de los clientes del Parador.
En el cerro donde se levanta lo que queda de castillo existe una gran cruz de hormigón que, originalmente, fue de madera. Sin embargo, cuenta la tradición que la primera que existió la colocó un soldado del rey Fernando III que, tras la toma de la ciudad en la primavera de 1246, hincó su espada en la tierra en ese mismo punto. Parecía una cruz y el símbolo gustó al monarca, que decidió que, desde entonces, siempre hubiera una cruz en este punto de la montaña.
Muchas han sido las cruces instaladas desde entonces, de hierro o madera, que han sido derribadas por el viento hasta que, a mediados del siglo XX, se colocó la actual de hormigón.
El símbolo religioso también tenía como objetivo homenajear a Santa Catalina de Alejandría, que -según cuenta otra leyenda- se apareció en sueños a Fernando III cuando tenía sitiada Jaén. En ellos, le entregaba unas llaves y, al despertar, el rey interpretó que eran las de la ciudad, por lo que dispuso a sus tropas para la batalla y, poco después, el rey Alhamar se rendiría retirándose al Reino de Granada.
Cinco rutas senderistas (y sus mapas) para explorar la sierra de Huelva
Os proponemos cinco rutas para vivir en todo su esplendor este precioso entorno natural. Prepara buen calzado, echa el bocata y el agua y no te despistes: empezamos a andar.
Alájar - Castaño del Robledo
Ruta Circular
Duración: 4-5 horas
Dificultad: Baja
Esta bonita ruta parte del propio casco urbano de Alájar. Una serie de cuestas permiten la salida del pueblo, hasta que una empinada senda se dirige hacia la Peña Arias Montano, perfecto lugar para disfrutar de unas vistas panorámicas sobre el entorno. Lo más complicado está hecho: desde la peña, un sendero se adentra el bosque mixto sin apenas desniveles en dirección a Castaño del Robledo. En él, las encinas y alcornoques se mezclan con especies como el castaño y, a sus pies, decenas de plantas inundan un suelo que, cuando hay humedad, está plagado de setas.
Esta ruta carece de grandes pendientes y se puede hacer de manera circular, ya que existe un cruce de caminos se dirige hacia Castaño de Robledo por dos caminos diferentes. En ambos casos, la ruta se llena de enormes castaños para ir dando paso poco a poco a otras especies como el madroño y, de nuevo, alcornoques y encinas hasta la llegada al municipio.
Este bonito pueblo, el más alto del parque natural, cuenta con una bonita plaza y la llamada Iglesia Inacabada: una joya del neoclásico que comenzó a construirse en el siglo XVIII pero cuya su obra nunca se terminó. Es uno de los principales elementos que permitió al casco histórico de la localidad ser catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) a comienzo de los años 80.
La vuelta a Alájar se puede realizar por el camino que, desde Castaño de Robledo, se dirige hacia El Calabacino, una pequeña aldea llena de magia. En ella se puede observar la bonita ermita rural de la Santísima Trinidad, así como un abanico de casas desperdigadas con bonitos huertos. Desde ahí, la senda principal sigue descendiendo, plácidamente, hasta el centro de Alájar.
Santa Ana La Real - Los Riscos de Levante
Ruta Lineal
Duración: 1 - 2 horas
Dificultad: Baja
Este sendero parte de las cercanías de la Fuente de los Tres Caños, junto a un viejo lavadero público del municipio de Santa Ana La Real. Desde allí, se encamina hasta la aldea La Presa para continuar entre el barranco del mismo nombre y la carretera. Unos minutos después, el recorrido se encuentra con la rivera del Gallizo, que acompaña prácticamente todo el camino.
Esta parte del tramo coincide con el trazado del viejo camino entre Castaño de Robledo y Riotinto, recuperado hace un par de años. También cruza en diversas ocasiones el arroyo por bonitos puentes rodeados de enredaderas, chopos, fresnos, sauces, madreselvas y otras especies vegetales típicas de las riberas húmedas de la zona. Este trayecto es igualmente conocido como El Bosque de Las Letras, un itinerario en el que cuelgan de diferentes árboles relatos y poemas de autores de la zona, pero también del alumnado de los diferentes colegios de la comarca. Además, existe un punto de intercambio de libros, así como diferentes zonas de descanso con mesas y bancos para disfrutar la lectura.
Más adelante, el sendero se aleja un poco del cauce para acercarse a las dehesas y, finalmente, a un paisaje bastante atípico en el Parque Natural de Sierra de Aracena y Picos de Aroche, los denominados Riscos de Levante. Allí, la piedra caliza es la protagonista de una estampa en la que el agua ha excavado un profundo cañón. La bonita perspectiva y las imponentes paredes de verticales hacen que sea un lugar habitual para los amantes de la escalada, que han abierto diferentes vías en la zona.
La vuelta se realiza por el mismo camino, aunque en uno de los cruces, junto a la finca denominada Casa de la Rivera, surge otra pista que, entre enormes alcornoques y encinas, huertas y viejas plantaciones de tabaco, llega de nuevo hasta Santa Ana la Real, en cuya plaza principal se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de Santa Ana.
Fuenteheridos - Galaroza
Ruta circular
Duración: 4 - 5 horas
Dificultad: Media
Este es quizá uno de los rincones más bonitos del parque natural onubense, especialmente en otoño, estación que viste de colores su densa vegetación. La calleja del Valle, en Fuenteheridos, es el primer paso de esta ruta que se adentra en el camino viejo hacia Galaroza por un bosque mixto donde hay alcornoques, encinas, castaños e incluso pinos.
Además, abundan especies como los helechos, jaras o aulagas, entre otras muchas plantas, algunas de ellas de aprovechamiento medicinal. Al principio se discurre junto a las antiguas bodegas de Sebastián Martín Ortega, levantada en el siglo XVII para almacenar castañas.
El camino es sencillo, fácilmente transitable y siempre en leve descenso hasta que llega al municipio de Galaroza, en cuyo casco urbano destacan la fuente de los doce caños y la parroquia de la Inmaculada Concepción. La calle Camino de la Sierra se adentra precisamente en ella para volver, de forma circular, en dirección a Fuenteheridos. Aunque el camino se inicia en descenso y luego continua en llano, el tramo final se vuelve un poco más complicado debido a su continuo nivel ascendente que desemboca en el municipio inicial.
Alájar - Linares de la Sierra
Ruta Circular
Duración: 5-6 horas
Dificultad: Media
También del propio casco urbano de Alájar parte la ruta que lleva hasta Linares de la Sierra. Una vez superado el pueblo por la zona del colegio, el camino transcurre primero por diferentes explotaciones ganaderas de cerdo ibérico. Luego, poco a poco, va adentrándose en una bonita dehesa donde también hay numerosos huertos y un paisaje de ribera debido a la existencia de diferentes arroyos. Existe alguna subida, pero el desnivel nunca es especialmente complicado hasta la llegada a Linares de la Sierra.
Este es un bonito pueblo para descansar, tomar fuerzas y dar un paseo conociendo sus espacios, como la plaza con gradas que hace las veces -en ocasiones- de coso taurino, la iglesia de San Juan Bautista o los bonitos mosaicos de piedra que existen a la entrada de la mayoría de casas de la localidad.
La calle Encina nos lleva hasta cruzar el arroyo Plamencia y, desde ahí, retomar el camino de vuelta. Una dehesa con tintes fantasmagóricos, donde también hay olivos, es parte del precioso panorama que se atraviesa. Los muros que delimitan las fincas sirven de orientación para seguir el camino que pasa junto a la aldea de Los Madroñeros, que estuvo prácticamente abandonada pero que, hoy, empieza a estar habitada. Desde ahí, la recta final es una larga cuesta que llega hasta Alájar, ofreciendo antes unas bonitas vistas panorámicas de la localidad.
Ribera del Jabugo
Ruta lineal
Duración: 2 horas
Dificultad: Baja
El encanto y la belleza del paisaje de ribera forman parte de todo el recorrido de este sendero que une las localidades de Galaroza y Castaño del Robledo. El sendero discurre en todo momento junto al río Múrtiga y en uno de sus tramos transita un viejo camino de arrieros que comunicaba ambos municipios. Como es lineal, se puede acometer desde cualquiera de sus extremos. Además, los desniveles son prácticamente iguales sea cual sea el inicio.
El itinerario es muy variado. Cuenta con zonas anchas, como la más cercana a Castaño del Robledo, donde los castaños son los protagonistas ofreciendo miles de frutos en otoño. La inmensa mayoría están dentro de fincas privadas, pero algunas caen en los caminos públicos y sirven para probar su sabroso sabor. En otros lugares el camino se vuelve un estrecho sendero, e incluso hay algunos puentes que sirven para salvar el cauce del río, cuyo rumor se mezcla con la densa vegetación que envuelve en todo momento esta ruta, en la que también hay algunas explotaciones ganaderas.
La alta humedad del recorrido hace que también sea frecuente encontrar setas, sobre todo gurumelos, níscalos, chantarellas, tanas, tentullos o gallipiernas. Pero, ojo, como siempre recomiendan las personas expertas, es mejor no consumirlas si existe alguna duda con la especie recogida.
Ocho restaurantes de Almería que son una apuesta segura
El Chaflán
Calle de las Tiendas, 13
Tres amigos con una larga experiencia en el mundo de la hostelería son los responsables de El Chaflán. Rafael Serrano, Andrés Fin y Pablo Corzo viajaban mucho por trabajo y empezaron a dominar un sector que, por diferentes motivos, les llevó a volver a España al mismo tiempo. Dicha casualidad les animó a desarrollar su pasión poniendo en marcha un local diferente en Almería.
"Fue un poco arriesgado: no queríamos perder la tradición de la típica tapa de la ciudad, pero sí que buscábamos darles un toque más original", explica Serrano. Bajo la influencia de una alta cocina llevada a un bocado, esta temporada cuentan con una carta donde destacan numerosos platos que hasta hacen difícil elegir. Su cocina se basa en productos de temporada y elaboraciones diarias "que sacrifican la cantidad por la calidad, eliminando salsas, fritos o panes por propuestas ensambladas con sabores atípicos en Almería", añade.
La experiencia ha sido tan positiva en el primer año recién cumplido de su aventura en la capital almeriense, que el pasado mes de junio el equipo abría El Chaflán Aguadulce, barriada de Roquetas de Mar de donde proceden los tres socios. Allí, sin freidora ni plancha, utilizan técnicas de alta cocina para sus saludables platos.
La Mala tortillería
Calle Real, 69
Con la música sonando permanentemente gracias a una ecléctica playlist que va de la salsa al rock o la electrónica, entrar en La Mala tortillería es adentrarse en el mundo de Tura Satana, una actriz japonesa convertida en clásica del cine B de Estados Unidos de los años 60. Ella es el hilo conductor de un espacio muy diferente en Almería. Sus responsables son Guillermo Chao y Pablo Asensio, dos amigos que siempre soñaron con poner en marcha su propio bar.
En 2012 lo hicieron realidad abriendo La Mala tortillería, un local muy canalla donde la cocina española se mezcla con propuestas internacionales a base de influencias que han ido recibiendo durante sus viajes por distintas partes del mundo. "Es un bar fronterizo, con una decoración muy especial. Nosotros lo que queremos es que quien venga salga de aquí como un colega nuestro más", subraya Guillermo Chao, que también es el chef.
La especialidad de la casa son las tortillas. La más solicitada es la de trufa, pero también hay de queso gorgonzola, de pulpo, de erizos y algas... hasta 15 variedades para una carta que se completa con una cocina raw food, es decir, cruda. De ahí surgen ceviches (como el de zamburiñas o el de pez espada), steak tartar, tataki o sashimi de atún... Y todo con elaboraciones, salsas y platos hechos siempre en el local. "Aquí lo hacemos absolutamente todo nosotros", asegura Guillermo.
Cocina internacional que también se puede encontrar en La Mala croquetería, que estos dos socios abrieron en 2015 y donde, como su nombre indica, sirven croquetas caseras de muchos tipos. Dos estupendas opciones para saborear de otra forma Almería.
Marhaba
Antonio Cano, 28
Dicen que el sabor es la razón de ser de este restaurante. Y es precisamente el que de la bienvenida y transporta a otros países al probar un cous cous, un tajine o una pastela. Un auténtico viaje gastronómico a Oriente sin salir de Almería es el que propone Anas Hadri en Marhaba, que comenzó su andadura a principios del año pasado.
La cocina árabe tiene aquí el protagonismo, pero también la mediterránea, con lo que las ensaladas o el pulpo a la brasa comparten carta con los clásicos platos del norte de África como la sopa harira o el zaelouk de berenjena. "Nuestra idea es que la gente disfrute de un lugar diferente, con una cocina casera y muy saludable", explica Hadri.
María Guernoun es la jefa de cocina. Titulada en la Escuela de Hostelería de Almería, saber dar el punto perfecto a cada uno de los platos, con texturas y sabores exquisitos. La chef combina las raíces marroquíes con pescados de mercado y carnes de ternera o de pollo más habituales de Andalucía. El restaurante también organiza diversos eventos y espectáculos que ayudan también a conocer algunos aspectos de la cultura árabe.
Manuela
Felipe II, 82
Manuela Marbacoa & Brasería dio sus primeros pasos a finales de septiembre de 2016 con una idea muy clara: proponer una cocina mediterránea actualizada. Para ello, basan su oferta gastronómica en productos de la zona, recetas tradicionales y ciertos toques de renovación. "Y el público sigue viniendo, cada vez más, así que la apuesta ha salido bien", cuenta Andrés Gómez, chef del restaurante.
"Yo creo que la clave es también dar mucho cariño al plato, eso se transmite a la gente", subraya el cocinero. Navajas a la brasa, ostras y otros mariscos combinan en la carta con pescados clásicos como el gallo pedro, los salmonetes a la brasa o diferentes carnes: desde unas costillas maceradas a un pollo mozárabe o incluso una rica fideuá. Hay que prestar la atención a las sugerencias del día y al menú diario, que cambia todos los días.
Casa Puga
Calle Jovellanos, 7
Si hay un lugar clásico en Almería ese es, sin duda, Casa Puga. Esta taberna fundada en 1870 por Juan Puga Antequera y María López Romero, se ha convertido en uno de los lugares indispensables de la gastronomía almeriense. La historia se despliega en cada una de las paredes de este bar donde las cuentas se anotan con tiza en la barra y pequeñas tapas para acompañar a la cerveza o un buen vaso de vino de Albuñol.
Alcachofas con anchoa, mojama con almendra frita, gambas rojas de Garrucha, riñones a la plancha o pescado frito del día son algunos de sus bocados, que se degustan tanto en la barra como en el coqueto comedor de su interior.
Fotos, recuerdos, recortes de periódico y un sinfín de objetos pueblan unas paredes que no cambian con el paso del tiempo. Por este pedazo de historia de Almería han pasado un amplio número de actores de Hollywood que han rodado en los decorados naturales de la provincia, así como el reparto de Juego de Tronos durante su estancia en la capital; pero también miles de personas anónimas que tienen aquí su rincón favorito de la ciudad. Ya lo dice su lema: "Lo mejor de Casa Puga son sus clientes".
Taberna Nuestra Tierra
Jovellanos, 16
En una esquina de la calle Jovellanos se ubica este local donde la gastronomía se entiende de otra manera. Aquí las tapas son también la base, pero muchas de ellas buscan la innovación, la sorpresa, ir un paso más allá. Y siempre bajo la filosofía de slow food, con productos de la tierra y de calidad. Un buen ejemplo de todo ello son los Boquerones Punk o el Bacalao frito con mahonesa de pil-pil, tapas premiadas en un concurso local. O el lomo de salmonete sobre ajoblanco. A partir de ahí, migas, tapa de plato alpujarreño, gurullos con jibia o tomate Raf con anchoas son algunas de las propuestas con las que homenajean al producto local.
Bonita decoración, estupenda ubicación y buen trato confirman a Taberna Nuestra Tierra como uno de los lugares a visitar en la capital almeriense.
Entrevinos
Francisco García Góngora, 11
La taberna Entrevinos es uno de esos lugares que nunca pasarán de moda, porque nunca lo estuvieron. Y, sin embargo, tiene un público adepto, parroquianos que saben que la buena gastronomía no siempre sale en televisión, que las tradiciones están para seguirlas y que las modas son solo eso. Por eso en este local almeriense no hay que esperar técnicas innovadoras, ni elaboraciones que conlleven decenas de ingredientes; en cambio, sí se obtiene sabor de verdad, buen trato al producto y un gusto exquisito por los maridajes.
Excelentes jamones y quesos, tomate raft, huevos rotos con queso cabrales o croquetas de rabo de toro son solo parte de una carta clásica donde también hay hueco para productos como el carpaccio de wagyu, el canelón de pato o los crepes de verduras. Sin dejar pasar el tournedo de cerdo Strogonoff o los cartuchitos de pescado. Para acompañar, estupendas opciones como una manzanilla de Sanlúcar de Barrameda, varios finos de Jerez o diversos tintos de Almería.
Salmantice
Costa Balear, 16
Salmantice es un pedacito del norte en el sur. Una forma de ayudar a dar a conocer los sabores castellanos en el este andaluz. Porque el restaurante está especialidad en carnes de Ávila, concretamente las de avileño-negro ibérico, una raza de vacuno autóctona de España que aquí se mima a la perfección.
Al entrecot avileño se le unen la presa ibérica, los chuletillas de cordero o un venado que forman la carta de carnes nacionales, que se acompañan de black angus de Nebraska o el lomo de wagyu como aportación internacional.
Aunque el restaurante no es solo apto para carnívoros: Salmantice (que significa antigua Salamanca en latín) también dispone de un buen número de entrantes que van desde las croquetas al marisco (ostras con caviar de salmón y salgas como sabrosa delicatessen marítima), la ventresca o verduras como las alcachofas ayudan a completar un menú que dominan a la perfección José Hernández y Jessica Sánchez, responsables de esta aventura en forma de comedor. Y donde, curiosamente, también se puede encontrar algún plato de comida asiática.
La Alhambra en verde: una ruta desconocida a través de la joya nazarí
‘Plantas de la Alhambra. 80 especies imprescindibles‘ es el título de un libro que edita la Alhambra junto a la editorial Miguel Sánchez, y que recoge un extenso catálogo con las especies vegetales más significativas que podemos encontrar en este recinto monumental. La publicación hace posible realizar una visita diferente en la que descubrir una Alhambra distinta en cada estación del año.
Úbeda y Baeza en 48 horas: la escapada perfecta
Primer día: Baeza
10.00 horas. Desayuno. No hace falta madrugar para disfrutar de un estupendo desayuno en K'novas café (Portales Tundidores, 16) ubicado en una esquina desde la que se puede ver todo el Paseo de la Constitución. Tiene sabrosos churros, aunque lo más saludables es degustar unas estupendas tostadas con aceite de oliva virgen extra (AOVE), el producto estrella de la provincia.
11.00 h. Catedral de la Natividad de Nuestra Señora. Este enorme edificio se construyó sobre una antigua mezquita en el siglo XIII, aunque en los siglos posteriores tuvo numerosas transformaciones. Por ello cuenta con elementos góticos y renacentistas, así como motivos barrocos. La entrada cuesta 4,5 euros.
12.00. El centro histórico. Los alrededores de la Catedral baezana componen un entramado urbanístico medieval donde merece la pena perderse. Sus callejuelas discurren entre arcos, muros y pequeñas plazas donde el tiempo parece haberse detenido. Son muchos los edificios que destacan en esta zona, como el Palacio de Jabalquinto (hoy sede de la Universidad Internacional de Andalucía), la antigua universidad, el seminario San Felipe Neri o la iglesia de Santa Cruz, la mejor conservada de estilo románico en toda Andalucía. Al igual que este templo, el interior de la mayor parte del patrimonio baezano se puede visitar, casi siempre gratis.
14.00. Almuerzo. Los callejones céntricos son el lugar perfecto para que llegue la hora del almuerzo. En uno de los palacios más antiguos, de finales del siglo XVI, se ubica el restaurante Palacio de Gallego (Santa Catalina, 5). Lo gestiona Manuel Calvo, que ha restaurado buena parte del edificio, así como el bonito artesonado de madera que preside el comedor principal. "La idea es que la gente siempre se sienta como en casa y disfrute de su estancia en Baeza", cuenta el restaurador, que también posee una bonita y pequeña bodega con casi 200 referencias de vinos. La carta se centra en carnes, pescados y verduras a la brasa, siempre alimentadas únicamente con madera de olivo. Entre sus platos más interesantes destaca el de huevos con trufa, jamón ibérico y gamba blanca, que se acompañan con un excelente AOVE. Para el postre, la milhoja de roquefort es la decisión perfecta.
Si la idea es buscar el sabor más tradicional de la zona, otra opción es acercarse hasta Casa Juanito (Avenida Alcalde Puche Pardo, 57), restaurante reconocido con un Sol Repsol y donde se cocina con las recetas más tradicionales. "Aquí buscamos la esencia, los sabores caseros y lo hacemos con mucho esfuerzo y cariño", subraya Juan Luis Salcedo, uno de los tres hermanos que gestiona el espacio. En él, además de manitas de cerdo, alcachofas, escabeches o pichón, también se puede degustar el exquisito aceite que ellos mismos elaboran en su almazara familiar con aceitunas procedentes de sus tres fincas de olivo.
16.30. La hora del café. Es el momento perfecto para visitar la pastelería cafetería Virolo (Plaza de los Leones, 4). Es la casa de los auténticos virolos, un pastelillo hecho con hojaldre, cabello de ángel y azúcar glas. La familia guarda la receta original desde el siglo XIX y son toda una delicatesen baezana.
17.00. Plaza del Pópulo. Junto a la cafetería Virolo se encuentra esta plaza, también llamada De los Leones, donde se ubican las escribanías públicas, la fuente de los leones, las antiguas carnicerías y el arco de Villalar, que componen un precioso conjunto histórico. De paso, también es buen momento para pasar al interior de La Casa del Aceite (Plaza de la Constitución, 9), donde poder elegir el mejor entre las muchas marcas existentes en Jaén. También hay aceitunas, cosméticos y otros productos elaborados a partir del olivo.
18.30. Mirador. Cuando la tarde va cayendo, el entorno del ayuntamiento, la casa en la que residió Antonio Machado o las ruinas del convento de San Francisco prometen una caminata entretenida. La tarde puede acabar viendo las luces del atardecer desde el Paseo de las Murallas, un mirador natural hacia los miles de olivos que rodean Baeza.
20.30. La noche baezana. Una estupenda opción de arrancar las horas de oscuridad es disfrutar de la gastronomía en pequeñas dosis. El tapeo es muy tradicional en la provincia de Jaén, así que cada bebida se suele servir acompañada de una tapa. Un buen lugar para iniciar una ruta es el Rincón Baezano (Avenida de Andalucía, 34), donde Mari Carmen Cruz ha sabido adaptar la cocina tradicional a estos pequeños bocados con propuestas más que creativas. "Siempre estamos cambiando e introduciendo nuevos platos y tapas. Me encanta innovar", afirma la cocinera.
Canela en Rama (Comendadores, 6) es otro recomendable sitio, con una cocina muy basada en el producto local y sabores sorprendentes. La Barbería (Comendadores, 13), puesta en marcha por tres jóvenes de la localidad, es otra buena recomendación gracias al buen hacer en la cocina de Alejandro Bohórquez. Hay que echar un ojo siempre a los fuera de carta, "donde se presta especial a tención a los productos de la tierra", como explica uno de los socios, Juan Carlos Parrilla. Y, si hay suerte, en su planta baja se celebran periódicamente eventos y conciertos. A la recta final se llega a través de Burladero (Barbacana s/n), un bar de tapeo que justo a la medianoche se transforma en bar de copas. Más tarde, para acabar la noche, Café Central (Obispo Narváez, 19) programa conciertos y otros eventos. En él, la madrugada se estira sin prisas.
00.00. Para dormir. Son varios los hoteles en los que descansar en Baeza. Puerta de la Luna (Canónigo Melgares Raya, 7) es uno de los alojamientos más interesantes, en pleno centro histórico y a un paso de la Catedral. Otro cuatro estrellas es el TRH Baeza (Concepción, 3), así como los hoteles Campos de Baeza (Puerta de Córdoba, 57) y Palacio de los Salcedo (San Pablo, 18). También destaca el hostal Aznaitín (Cabreros, 2) con piscina y las habitaciones del Mirador del Renacimiento (Paseo de las Murallas, 7) aunque también hay otras posibilidades con un buen número de casas rurales en pleno casco histórico.
Segundo día: Úbeda
9.00 horas. Desayuno. Tras pasar la noche en Baeza, la cafetería Virolo es también un buen lugar para desayunar enormes tostadas con aceite y tomate o un rico ochío (un pan local de aceite, pimentón y matalahúva) con jamón y queso son perfectos para tomar energías. En Úbeda, por supuesto, también hay estupendos bares para la primera comida del día, como el café Ibiut (Plaza López Almagro, 1), Al fondo hay sitio (Don Juan, 2) o la chocolatería churrería Nazaríes (Real, 47).
10.00. Plaza Vázquez de Molina. Este lugar es la verdadera esencia de Úbeda y la razón principal para que fuese declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Allí se ubica la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares, el Palacio de Juan Vázquez de Molina, el Palacio del Marqués de Mancera, la Sacra Capilla del Salvador y el Parador de Turismo. Los edificios componen un conjunto monumental único, que merece la pena visitar con tranquilidad. Antes de acabar el recorrido, merece la pena bajar por la calle Prior Monteagudo hasta un bonito mirador hacia los olivos ubetenses junto a las viejas murallas.
13.00. De paseo. La Plaza del Ayuntamiento y la Plaza Primero de Mayo son otros dos interesantes lugares por los que caminar, pero el entramado urbano también invita a dejarse llevar por las callejuelas como Horno Contador, María de Molina o Juan Pasquau, que llevan a lugares como la Plaza de San Pedro, donde se ubica la iglesia del mismo nombre y en la que se respira una gran tranquilidad. En cualquier rincón, además, te cruzarás con la maravillosa cerámica de la Alfarería Tito (Plaza del Ayuntamiento, 12), que sorprende por su belleza.
14.00. Almuerzo. En los límites del centro histórico hay un restaurante que llama especialmente la atención. Se llama Cantina La Estación (Cuesta Rodadera, 1) y lleva más de una década creciendo. Aunque de primeras puede parecer un lugar como otro cualquiera, la opinión cambia cuando se conoce su interior; sobre todo su planta baja, decorada a modo de vagón comedor. El servicio comienza con una cata de cinco aceites de oliva virgen extra, una maravilla para abrir el apetito y, después, existe la opción de pedir a la carta o adentrarse en un estupendo menú degustación. Ochío con morcilla, sándwich de papada, una torrija con AOVE y ventresca de atún o un falso bloody mary son algunos de los muchos deliciosos bocados que conforman este viaje gastronómico liderado por Antonio Cristofani en sala y Montse de la Torre en los fogones. Ojo, también hay hueco para las tapas: "Es algo a lo que nunca podemos renunciar", relata Cristofani.
16.45. Sinagoga del Agua (Roque Rojas, 6). Sólo se puede visitar en momentos concretos del día y, este, puede ser buena opción. El edificio se descubrió por casualidad cuando comenzaban las obras para realizar unos apartamentos, pero la importancia del lugar hizo que se cambiaran los planos. Se cree que la sinagoga es del siglo XIV y cuenta con varias galerías, patios, salas y un espacio para el baño ritual de purificación.
18.00. Hospital de Santiago (Obispo Cobos, 28) En 2017 ha cumplido su primer centenario desde que fuera declarado Monumento Arquitectónico Histórico Nacional en 1917. Es una de las joyas del Renacimiento español y está considerado como El Escorial andaluz. Fue realizado por el maestro Andrés de Vandelivira y su padre, Pedro de Vandelviria a finales del siglo XVI. Tiene diversos espacios, salas y una capilla, además de dos pequeños patios. Uno de ellos acoge la Biblioteca Municipal y el otro, varias salas que se utilizan para realizar eventos e interesantes exposiciones en las que perder la noción del tiempo.
20.30. De tapeo. Paseando por la Plaza de Andalucía y la Plaza Doctor Quesada se llega a la calle Real, que además de dividir el centro histórico casi por la mitad, es el epicentro del tapeo local. El recorrido comienza por La Imprenta (Plaza Doctor Quesada, 1), con propuestas clásicas a base de producto de calidad. Más abajo, la Tapería Antique (Real, 25) ofrece pescados y carnes de caza, así como una amplia selección de pequeños bocados creativos, como el tomate relleno de ensalada de beicon y judías salteadas, la ensalada de pollo en escabeche o la crema de patata con pulpo. La Taberna Calle Melancolía (Real, 57) es perfecta para la tercera parada. Rinde homenaje a uno de sus vecinos más conocidos, Joaquín Sabina, donde hay numerosas fotos del cantante, un repaso a alguna de sus mejores frases y un rico vermut. Como destino final, la taberna Misa de 12 (Plaza Primero de Mayo, 7) ofrece recetas tradicionales actualizadas y una amplia carta de vinos.
00.00. A descansar. Un maravilloso fin de fiesta es descansar en alguna de las habitaciones del Palacio de Úbeda, un cinco estrellas Gran Lujo donde darte, precisamente, un lujo. Otra opción es el Parador de Turismo, así como los numerosos hoteles, hostales y casa rurales que se reparten por el centro histórico. ¡Y a soñar con volver a Úbeda y Baeza!
'Road trip' mudéjar por La Axarquía malagueña
La Axarquía malagueña se extiende entre paisajes montañosos, lomas infinitas y riachuelos laberínticos. En otoño e invierno sus paisajes están dibujados por los colores rojizos de las viñas, por las uvas tomando el sol en los paseros. En ella se esconden pueblos minúsculos, en los que el tiempo parece discurrir a otro ritmo y donde pasan desapercibidas algunas joyas de la historia. La población árabe vivió en la comarca hasta finales del siglo XV y su influencia no se ha desvanecido. Aún se conservan tesoros que conforman una inusual riqueza en este pequeño mundo rural que cuenta con el compromiso de sus vecinos: en muchas ocasiones, son los propios vecinos quienes enseñan su patrimonio al visitante.
La llamada Ruta del Mudéjar une seis minúsculas localidades donde las raíces árabes son más que evidentes. Se trata de ejemplos de un estilo único, el mudéjar, caracterizado por la pervivencia del uso de formas y técnicas islámicas en las construcciones cristianas, consiguiendo la fusión arquitectónica de ambas religiones.
Alminares, torres de vigilancia, estrechas callejuelas y castillos forman parte del sexteto de poblaciones formado por Arenas, Corumbela, Árchez, Salares, Sedella, Canillas de Acietuno. Entre todos suman poco más de 4.000 habitantes, pero poseen un patrimonio único que permite establecer un seductor road trip en busca de la huella andalusí. De paso, la ocasión es toda una oportunidad para saborear la espléndida gastronomía local. Y también para perderse por rutas senderistas que discurren por un peculiar entorno medioambiental de influencias continentales, mediterráneas y tropicales en pleno Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.
Las sorpresas del mundo rural
"Esta zona es de pueblos pequeños, de montaña. Pero siempre sorprenden a quien los visitan", cuentan Juan y Rosa, que regentan el bar Juanete, a la entrada de Arenas. De comida familiar, tapas del día y menú diario, la mujer prepara platos de cuchara cada día dejando para los domingos los callos, su especialidad, aunque también tiene hueco el chivo con almendras.
Es un lugar de parada habitual para quienes cada fin de semana quieren acercarse al mundo rural axárquico y, también, para los muchos ciclistas que se atreven con carreteras como la MA-4111. Es precisamente esta vía la que une la capital comarcal, Vélez-Málaga, con Arenas, que aparece de repente tras una curva después de un ondulante recorrido.
Barandillas, escaleras, adarves y arcos conforman un municipio que escapa a las prisas y al ajetreo de las grandes ciudades. "Las calles conservan su trazado andalusí", cuenta Laureano Martín, alcalde de Arenas, que recuerda que el origen del pueblo fue una alquería árabe. "Luego, la llegada de los cristianos hizo que las casas se fueran extendiendo por las dos lomas que ocupa hoy", añade el regidor.
La principal referencia arquitectónica local es la iglesia de Santa Catalina Mártir y es en ella donde se descubre una nueva maravilla mudéjar: su torre, que un día fue alminar. El templo se construyó aprovechando una antigua mezquita, de ahí que se aprovechara el símbolo musulmán para convertirlo en cristiano. En ella se contemplan algunos de los materiales más utilizados en el mudéjar: ladrillo, mampostería, yeso y cerámica. Además, el templo posee en su baptisterio un mural de Evaristo Guerra, hijo adoptivo de la localidad.
A las afueras del pueblo permanecen algunas ruinas de lo que un día fue el castillo de Bentomiz, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Un asentamiento de origen íbero que luego fue utilizado por fenicios, griegos y romanos hasta convertirse en una gran fortaleza árabe que dominó estas tierras junto a los castillos de Comares y Zalia. Fue la fortaleza de mayor tamaño de Málaga y tuvo un papel de gran importancia durante el levantamiento morisco en Granada a mediados del siglo XVI.
Sin embargo, desde que se apagara la rebelión en 1570, el recinto cayó en desuso hasta la actualidad. Abordarlo hoy supone una bonita excursión a pie a través de senderos que premian dejar el coche atrás y que regalan unas preciosas panorámicas de la zona en 360 grados.
La historia del Reino de Granada
Desde allí, en apenas dos kilómetros y medio la carretera MA-4109 llega hasta la pedanía de Daimalos. De nuevo, la Iglesia del Cristo de la Salud levantada en el 1505 conserva un precioso alminar, que se cuenta con 300 años más ya que fue construido en el siglo XII. Es accesible desde el interior y supone toda una inmersión en la historia del Reino de Granada.
Cinco kilómetros, diez minutos y 25 curvas después, la MA-4110 desemboca en Corumbela, localidad que forma parte del municipio de Sayalonga. En su perfil destaca otro alminar, en este caso junto a la iglesia de San Pedro. Está construido con mampostería de gruesas piedras planas cruzadas por hiladas de ladrillos y supone otro punto de interés en este recorrido por el mudéjar axárquico. "El pueblo es pequeño, pero tiene sus cosas. Y el alminar es muy bonito, es nuestro orgullo", cuenta Angelina Córdoba, vecina que reside junto a la parroquia y quien posee la llave de la misma para abrirla cuando llegan visitas.
Descubrir el plato de los montes
El camino se dirige después hacia Árchez, donde la venta El Curro se presenta como una estupenda parada gastronómica. Uno de sus fuertes es el tradicional plato de los montes, compuesto por migas, lomo en manteca, pimientos fritos, chorizo y morcilla. La ración es casi infinita, así que lo que sobre se puede pedir para llevar.
En la casa son también especialistas en carnes de corte argentino a la brasa o a la cruz, por lo que cualquier visita a la casa de Curro promete diversión, más si se acompaña con alguno de los reputados vinos Ariyanas, de las cercanas bodegas Bentomiz.
Tras la comilona y cruzando el viejo puente romano, un paseo por el desordenado y coqueto urbanismo de Árchez desemboca siempre en la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, cuyo campanario fue en su día el alminar de una mezquita almohade construida en el siglo XIV. La torre es lo único que se conserva de la construcción original y, en sus quince metros de altura, posee una bonita decoración a base de ladrillos. Fue declarado Monumento Histórico-Artístico a finales de los años 70 y, desde entonces, es el mayor atractivo turístico de esta localidad de pequeñas dimensiones.
Desde Árchez, una opción es tomar la dirección hacia Canillas de Albaida y Cómpeta, pero para seguir el rastro mudéjar hay que tomar la dirección hacia Salares y Sedella. Por el camino se pueden observar muchos de los paseros donde se deja secar la uva moscatel, así como los viejos viñedos de la zona en terrenos que obligan a vendimiar con mulas.
Superado el río de Salares, la carretera MA-4108 llega hasta esta población, una de las más pequeñas de toda la provincia de Málaga con apenas 181 habitantes. Entre sus calles reina la tranquilidad a cualquier hora del día y los gatos buscan la sombra en verano y el sol en invierno.
La calle del Arroyo es uno de los pocos lugares para aparcar junto al casco urbano y, desde allí, la calle Iglesia se dirige hasta el templo de Santa Ana, con una pequeña nave blanca donde sobresale el alminar, que también perteneció originalmente a una mezquita árabe.
Recientemente restaurado, destaca por sus ladrillos cruzados en forma de rombo y por ser uno de los ejemplos de la arquitectura almohade más de Andalucía. Declarado Monumento Histórico Artístico Nacional y de gran altura respecto a las casas bajas del pueblo, su mampostería resalta entre fachadas blancas solamente coloreadas por las múltiples macetas de puertas y ventanas.
A un paso, la calle puente desciende hasta el río de Salares, donde existe un precioso puente romano, de un solo ojo y que es el punto de partida a varias rutas senderistas que recorren los montañosos terrenos del corazón del Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.
A cinco minutos por la MA-4107, Sedella se encuentra encajonada entre colinas. Su corazón late en la Plaza de la Constitución, donde vecinos y unos pocos turistas se citan mientras pasean por el pueblo o se dan un descanso. Allí se ubica la iglesia de San Andrés, levantada en el siglo XVI con una alta torre cuadrada culminada por un cierre octogonal.
A su lado existe otra huella andalusí: la Casa Torreón, construida en el mismo siglo y en la llaman la atención sus arcos de estilo mudéjar y la decoración de estética morisca.
Una carta en siete idiomas
En la parte alta del pueblo se encuentran las ruinas del castillo árabe, fortaleza que defendía de los ataques a la comarca y, en la parte baja, el bar El Theo es un pintoresco lugar para hacer una parada. En su ecléctica carta en siete idiomas se pueden encontrar estupendas ensaladas con productos de huerto propio y platos tradicionales como el chivo con almendras o el potaje de hinojos, que se pueden acompañar de sangría de vino de la tierra. "También hacemos muchas propuestas con aguacate de la zona, como las brochetas de aguacate, panceta de cerdo y pasas", cuenta Manuel Teodoro, propietario del negocio.
En las mañanas dispone de full English breakfast, desayunos a la inglesa que hacen las delicias de las muchas personas británicas que habitan la zona. Cuando el lugar está tranquilo, merece la pena tomar un café para que el mismo Manuel Teodoro te enseñe sus peculiares reproducciones del patrimonio local a base de terrones de azúcar: siete kilos para el puente romano y diez para la iglesia. "Y ahí siguen, en pie siete años después", comenta orgulloso.
Antes de abandonar la localidad, la carretera regala otra postal para el recuerdo, con el bonito pueblo en primer término y La Maroma, el pico más alto de la provincia de Málaga, sobre el horizonte. La ubicación, precisamente, hace que desde esta población parta uno de los senderos que alcanza esta cima, que también se puede afrontar desde Canillas de Aceituno a la que se llega recorriendo poco más de seis kilómetros por la vía MA-4105. El municipio sirve de punto final a la Ruta Mudéjar.
En su casco urbano llama la atención la antigua Casa de los Diezmos, conocida también como la Casa de la Reina Mora. Su base de construcción son los ladrillos rojos, que hoy están bajo varias capas de cal, aunque unos arcos en su torre permiten intuir su carácter morisco.
Muy cerca se ubica el restaurante La Sociedad, que regenta la familia Aguilera desde los años 40 del siglo pasado. Es, por tanto, ya un clásico de la comarca de La Axarquía, cuya especialidad es el chivo lechal al horno de leña, aunque también disponen de otras exquisiteces como el potaje de hinojos. La taberna familiar es un perfecto punto final para este paseo por las montañas malagueñas en busca del influjo islámico.
La abuelita mochilera que cumplió su sueño de dar la vuelta al mundo
En los años en los que trabajaba en un camping, Kandy García conoció a viajeros que pasaban por allí en su itinerario para dar la vuelta al mundo. Decidió entonces que ése era su sueño, y cuando se jubiló a las 66 años, lo cumplió. Ahora tiene 82 y no ha parado de viajar, descubriendo muchos rincones del planeta. Kandy García cuenta su experiencia en el libro ‘Abuelita mochilera‘, que es como se le conoce ahora.
La Gruta de las Maravillas de Aracena cierra 2017 con el récord histórico de más de 170.000 visitas
La Gruta de las Maravillas ha sido visitada durante 2017 por más de 170.000 personas, lo que supone un récord histórico desde que se cuenta con registro de las visitas a este monumento, enclavado en la localidad serrana de Aracena (Huelva), una cifra que iguala el récord de visitantes que se obtuvo en 1991.
En declaraciones a Europa Press, el alcalde de la localidad, el socialista Manuel Guerra, ha mostrado su satisfacción por estos datos, y ha indicado que la celebración de su centenario en 2014, cuando se llegó a los 145.000, fue "un punto de inflexión y desde entonces esta cifra no ha dejado de crecer".
A su vez, ha subrayado que estos datos son también el resultado de todo el trabajo previo realizado en el año del centenario. A su juicio, demuestran que "fue un trabajo bien hecho, no sólo ocasional con motivo de una efeméride, sino con una base y con una política sostenida de apoyo a la promoción de la gruta para que sea uno de los grandes referentes turísticos de Andalucía".
El primer edil ha recordado que en ese año hubo "un incremento sustancial" en el número de visitantes debido a la importante promoción que se realizó por la celebración del centenario, por lo que ha subrayado que "el reto era mantener este listón y lo hemos subido durante los años posteriores".
El alcalde ha asegurado que esta cifra récord alcanzada en 2017 se hubiera superado si el número máximo de visitas diarias no fuera de 1.000 personas, pero es una cifra que no se puede sobrepasar por motivos de conservación de la gruta. No obstante, señala que "muchos días de puente o en verano a mediodía ya se han vendido todas las entradas".
Ha señalado que este balance "demuestra que la gruta sigue siendo uno de los grandes referentes del turismo subterráneo y uno de los lugares con mayor convocatoria en la Andalucía interior".
Del mismo modo, ha insistido en que los resultados obtenidos en los estos últimos ejercicios "marcan la línea que debemos seguir para próximos años, de manera que mantengamos a la Gruta de las Maravillas en el lugar privilegiado que ocupa dentro del turismo subterráneo nacional e internacional, sin olvidar el capítulo de conservación, que cuenta con especial interés y dedicación de medios y recursos".
MUSEO DEL JAMÓN Y RECINTO FORTIFICADO
Estos mismos datos positivos se viven también en el Museo del Jamón- Centro de Interpretación del Cerdo Ibérico de Aracena, que ha aumentado este año sus visitas hasta unas 34.000, una importante respuesta para este espacio dedicado en exclusividad a la difusión de los valores de la cultura del cerdo ibérico.
A su vez, en el recinto fortificado de Aracena, tras su restauración en 2015, las visitas han superado las 33.500, lo que supone un 20 por ciento más. El alcalde ha remarcado que "el crecimiento es espectacular y nos animan a seguir con la segunda fase".
A su juicio, estos datos son "positivos, no sólo por el aumento de visitantes, sino por su traducción en la economía de Aracena y para los sectores hosteleros, hoteleros y del comercio", a lo que ha añadido que, en estas fechas navideñas, "cada vez son más las personas que eligen la Sierra para pasar la Navidad".
Por último, ha destacado que el Ayuntamiento ha creado unas tarjetas turísticas que incluye las visitas a la Gruta de las Maravillas, al Museo del Jamón y al castillo, que "está funcionando muy bien", así como que a principios de este año se va a poner en marcha un sistema de audioguías y de radioguías en los tres espacios para aumentar la calidad de las visitas.
Una farmacia natural en la sierra de Huelva
El escaramujo, fruto del rosal silvestre, tiene unas altas cantidades de vitamina C. Tomado en infusión es un producto ideal para la prevención del resfriado. Igual ocurre con las sabrosas frutas de las zarzamoras que, además, son antioxidantes, y la carquesia, reconocible por las tres espinas que surgen de cada articulación de sus planas ramas. Por su parte, la paletosa, también conocida como consuelda, es una magnífica planta con propiedades antisépticas, antiinflamatorias y coagulantes: en caso de urgencia, es perfecta para tapar heridas. "Y lo mejor es que son todas especies naturales, que nacen libremente en el monte de Huelva y que pueden ayudar a nuestra salud", cuenta el biólogo Jorge Jaimez, uno de los responsables de Lynxaia, empresa de turismo sostenible que organiza diversas actividades durante todo el año. Entre ellas, una interesante ruta etnobotánica en la Sierra de Huelva.
La facilidad para ir a la farmacia a adquirir medicamentos es una ventaja, pero en España también un problema. Es uno de los países donde más personas se automedican: una quinta parte de la población decide por sí misma qué tomar cuando siente algún síntoma de enfermedad, según los datos de la Encuesta Europea de Salud en España.
Ello hace que muchas bacterias y virus estén siendo resistentes a los antibióticos, convirtiéndose en un problema de salud pública. "Por eso es cada vez más importante recuperar los usos tradicionales que siempre se le han dado a las plantas. Hay que escuchar a nuestros mayores y no olvidar su sabiduría", añade Jaimez al arrancar el paseo por el sendero que une los municipios de Galaroza y Fuenteheridos, en pleno Parque Natural de Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en la provincia de Huelva.
Aunque para la mayoría sea algo desconocido, pasear con expertos como Jorge por los múltiples senderos de este parque natural onubense es comprender que el espectacular paisaje es también una enorme farmacia natural. Sólo en esta zona de la provincia de Huelva crecen alrededor de 150 plantas medicinales, que han ayudado durante siglos a las personas que residen estos pueblos serranos.
"Ya no quedan demasiadas que usen este tipo de remedios, pero las hay. Es importante escucharles y recuperar su uso", subraya el técnico de Lynxaia, que asegura que todas las plantas que nacen en el bosque tienen utilidades para el hombre: unas son comestibles, algunas valor etnológico y, otras, como medicina.
Rutas todo el año
La primavera es el momento ideal para conocer las muchas especies vegetales que tienen propiedades medicinales en la sierra de Huelva. Sin embargo, la existencia de muchas plantas perennes hace que Jorge y su equipo puedan ofrecer rutas etnobotánicas a lo largo de todo el año. El otoño es también otra de las estaciones más interesantes. Por un lado, porque de camino siempre hay posibilidad de encontrar sabrosas setas y, por otro, porque el paisaje se viste de mil gamas de colores gracias a castaños, chopos, madroños o plantas como la cuernicabra.
Una de las especies más habituales junto a los senderos es la denominada rubia peregrina, una pequeña liana que parece tener un velcro en sus hojas, agarrarándose a otras plantas y a los animales que pasan junto a ella. Es muy buena para luchar contra la bronquitis, como también lo son las hojas de los miles de castaños que pueblan estas sierras, que también ayudan a frenar tos. Mientras, la castaña es óptima para muchos problemas estomacales y exquisita en puré. Otro fruto, el madroño, entre otros muchos beneficios, "posee altas cantidades de vitaminas y propiedades antioxidantes", según cuenta Jaimez.
La matulera, conocida también como matagallo, es otra especie bastante común en esta zona, pero también en otros montes andaluces. "Tradicionalmente se usaba como jabón natural", cuenta Jorge Jaimez, que asegura que también ayuda a superar el cólico nefrítico.
Mientras, otra más difícil de encontrar, el rusco, es buena para activar la circulación y luchar contra las hemorroides. La retama de escobas, como su propio nombre indica, se ha usado tradicionalmente para barrer, aunque en infusión también ayuda a combatir el resfriado. Y, más allá, la eufrasia es usada para combatir la conjuntivitis, el dolor o el enrojecimiento de los ojos. "También para hacer desaparecer las ojeras, es un truco que tiene mucha gente en televisión", añade el experto de Lynxaia, que destaca que muchas de estas plantas son la base de los medicamentos que se encuentran en las farmacias. Basta buscar en Google eufrasia para confirmarlo.
Plantas peligrosas para la salud
"Pero nunca hay que confiarse, ya que hay algunas especies que pueden ser peligrosas para la salud humana", deja claro Jorge Jaimez, que habla, por ejemplo, de la presencia de la cicuta en las zonas de ribera, así como de otras plantas que también pueden envenenar al ser humano y otros animales. Por eso, siempre es recomendable recolectar plantas medicinales con la ayuda de personas expertas. "No hay que dramatizar, sólo tener cuidado", subraya el responsable de Lynxaia.
Y con esa cautela, en la Sierra de Huelva se pueden conocer otras muchas plantas saludables. Por ejemplo la Hierba de San Juan, con sus reconocibles flores de cinco pétalos amarillos, también es otra de las especies más interesantes del parque onubense: ayuda a la prevención de resfriados, beneficia en caso de depresión y sus propiedades hacen que, en aceite, haga disminuir la hinchazón en caso de golpes o esguinces.
Y, a partir de ahí, hay otras también muy comunes en otras zonas de Andalucía como la lavanda (cuyo aroma ayuda al descanso y disminuye el estrés), el lentisco (masticado ayuda a prevenir enfermedades en las encías), la menta (un buen antibiótico que, además, ayuda a regular la sudoración excesiva), la manzanilla amarga (sirve para curar heridas en la piel y ayuda a estabilizar el estómago), el orégano (antibiótico) o el romero (que ayuda a personas con reuma y artritis).
Tras cuatro horas de información y ejercicio, el taller suele acabar con otra lección importante: la elaboración de infusiones, alcoholes y aceites con las plantas medicinales recogidas para aprovechar sus beneficios.
"Estamos muy contentos porque hay muchas personas que repiten", asegura Jorge Jaimez, que lleva ya más de una década dando a conocer la botánica de la sierra de Huelva, pero que también realiza rutas micológicas, otras centradas en el avistamiento de aves o anfibios y diferentes talleres.