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Cerámica azul cobalto como la de hace cuatro siglos en el centro Baeza

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Baeza nunca fue un gran centro de producción de cerámica. En la historia jamás destacó por tener un amplio número de alfarerías. Sin embargo, en el siglo XVII desarrolló un estilo propio con unas señas de identidad claras: piezas con fondo blanco, decoraciones en azul cobalto y diseños con motivos vegetales y figuras geométricas como arcos, rombos o pirámides. La utilidad era otra de sus virtudes, ya que entonces el trabajo alfarero no era decorativo, sino que tenía muchos usos distintos. Platos, quemadores, ollas, lebrillos, jarros, orzas y otros muchos elementos del día a día en las casas se hacían con barro. 

Lo habitual es que esas piezas tuvieran el color de la arcilla o, si acaso, un baño en color verde. Por eso, las cerámicas baezanas decoradas "eran casi de lujo para la época, porque los ornamentos hacían estos objetos más caros y no se la podían permitir todas las familias", cuenta Pepa Moreno desde su taller en la ciudad jiennense. El suyo es el único que existe en la actualidad y en el que ha sabido recuperar las raíces de la cerámica local y hacerla accesible a cualquier bolsillo. 

Nacida en Baeza, Moreno estudió Historia del Arte en Granada para, posteriormente, acercarse al mundo del barro en la Escuela de Artes de la capital granadina. "Me enganché" recuerda. Se convirtió en su pasatiempos favorito. Se hizo poco a poco con la maquinaria necesaria y desarrolló grandes cualidades con el barro. 

Recuperar viejas tradiciones

Mientras, trabajaba como guía turística en Baeza. Y en su día a día comprendió la importancia de recuperar viejas tradiciones locales. Una idea que le permitió convertir su afición en su nueva profesión.

Estudió la historia de la cerámica baezana, analizó sus procesos de creación. Consultó a especialistas en la materia. Investigó cómo la tradición arrancó con la influencia morisca en toda la zona (las similitudes con la cerámica granadina son obvias) y cómo Baeza vivió un esplendor relativo en el siglo XVII.

También como un siglo después la llegada del vidrio hizo que comenzara la decadencia de esta pequeña industria y lo poco que fue quedando prácticamente desapareció en el siglo XX con la aparición del plástico.  

Además, pasó todo el 2014 realizando pruebas para conseguir hoy un resultado exacto al que los ceramistas obtenían 400 años atrás. Un proceso que también le llevó por colecciones privadas, museos y centros culturales para recuperar las cenefas y decoraciones de aquel entonces, que digitalizó para ser lo más fiel posible al origen. Estudió las piezas del Museo de Baeza y las del Museo de Jaén. Y visitó algunos de los muchos yacimientos arqueológicos de la comarca jiennense para profundizar su conocimiento. "Fue difícil lograr el azul original, hicimos muchas pruebas", explica la artesana.  

Cómo se cocía el barro hace cuatro siglos

Lo consiguió. A finales de 2014, abrió su taller de cerámica en una de las callejuelas medievales que rodean a la imponente Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza. Hoy es la única alfarera del pueblo y traspasar las puertas de su delicado establecimiento permite conocer cómo se cocía el barro hace cuatro siglos, cuáles eran las claves para la decoración de las piezas. "La ubicación que elegimos, en esta zona peatonal tan antigua, ayuda a que la experiencia sea diferente. Te ayuda a viajar", explica la artesana baezana.  

En el taller, declarado como Punto de interés artesanal por la Junta de Andalucía desde 2017, Pepa tornea con paciencia y agilidad cada una de las piezas, que también decora de manera manual una a una y siguiendo los modelos digitalizados del siglo XVII. Óxidos, engobes y un esmalte transparente para impermeabilizar dan el toque final a objetos de barrio exentos de plomo, lo que los hace aptos para el uso alimentario. 

"Hoy ya casi nadie utiliza estos objetos para su día a día. Hoy son más caprichos o elementos de decoración", subraya la artista baezana, aunque son numerosos los restaurantes de la comarca que utilizan sus platos para servir recetas tradicionales.

Además de en la tienda baezana, sus piezas también se pueden conseguir en diferentes establecimientos de la localidad e incluso en Madrid. Recientemente su trabajo también ha servido para decorar un restaurante de Ibiza, esta vez con otro estilo. "Nos encanta cuando vienen clientes con un proyecto interesante. Eso me permite investigar, probar otras cosas y cambiar el carácter de las piezas durante un tiempo", relata. Con el tiempo, siempre vuelve al origen, la cerámica de sus raíces, la de Baeza.  

 


Catedral de la Encarnación: templo y refugio de Almería

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La Catedral de la Encarnación de Almería no es una catedral al uso. Es robusta, de escasa altura, y sobria, y sólo unos pocos elementos ornamentales decoran su fachada principal. La Catedral de Almería no es una catedral cualquiera: es una catedral-fortaleza, la única de Andalucía y una de las pocas de España.

La respuesta a esta particularidad, como siempre, está en la historia. El templo fue construido en el siglo XVI, un tiempo en el que los corsarios berberiscos asolaban las costas del Mediterráneo. No en vano, en el litoral almeriense del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar se encuentra la ruta de los piratas.

Una cita con la arquitectura

El artífice principal del templo fue el arquitecto renacentista Juan de Orea, quien otorgó a la Catedral su fisionomía definitiva. Previa y posteriormente trabajaron en ella los arquitectos Juan Gómez de Carmona y Mancio Infante. Así, en el edificio se mezclan rasgos del gótico tardío y del Renacimiento, con influencias barrocas y neoclásicas. Un deleite para los amantes de la arquitectura.

Esta miscelánea de estilos artísticos, unida a su singular condición de catedral fortificada, le valieron a la Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Encarnación la denominación de Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 1931.

Escenario de cotidianeidad… y de cine

Una formación de espigadas palmeras parece proteger la entrada al templo, salpicando la plaza a la que la Catedral da nombre. Por sus adoquines ha transcurrido la vida de la ciudad a lo largo de los siglos: mercados, fiestas, eventos religiosos y culturales, y hasta las tradicionales campanadas de fin de año.

Por la Plaza de la Catedral que hoy transitan familias y turistas desfilaron una vez tanques y soldados estadounidenses. Fue durante el rodaje de Patton, la galardonada película de Franklin J. Schaffner, donde participaron casi un millar de figurantes almerienses. Hoy, una placa conmemora aquel día de 1969 en el que la pequeña ciudad se convirtió en un gran plató de cine.

Un paseo por la historia de la ciudad

Para los interesados en conocer algo más de la historia de Almería, una propuesta de viaje en el tiempo sencilla y apta para toda la familia. El tour se inicia sobre el punto más alto de la ciudad con la visita al Conjunto Monumental de La Alcazaba y Murallas del Cerro de San Cristóbal, y desciende, en un trayecto de cinco minutos a pie, hasta la Catedral de la Encarnación.

Con este recorrido, los viajeros habrán consumido toda una mañana, y podrán reponer fuerzas en la mítica taberna Casa Puga, fundada en 1890 y situada a tres minutos del templo fortificado. Tras haber degustado una tapa de gambas con gabardina, el itinerario continúa con un paseo por el centro de la ciudad para finalizar disfrutando del ocaso desde el puerto, bajo las vigas del industrial ‘cable inglés’.

Museo de la Autonomía: un paseo por las raíces de Andalucía

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No es de extrañar que los vecinos de Coria del Río conocieran al peculiar edificio como 'El Castillo'. Su fisonomía, su arquitectura y su ubicación sobre una loma le daban ese aspecto. Pero si actuaba como fortaleza, lo hacía únicamente en defensa de la identidad andaluza, de los valores humanistas, del respeto al entorno. Fue la casa de Blas Infante. El hogar que él mismo diseñó y construyó con la ayuda de jornaleros y maestros artesanos árabes. Fue bautizado como Dar al-farh (La Casa de la Alegría) y, hoy, la singular construcción es parte del Museo de la Autonomía.

Este espacio cultural, además de ayudar a conocer la figura del padre del andalucismo, invita a recorrer el proceso histórico que llevó al pueblo andaluz a la consecución de su autogobierno. 

Ubicado en Coria del Río, el museo permite adentrarse en los entresijos de la construcción de Andalucía como comunidad. Y, para ello, ofrece las principales claves de la historia más reciente de la comunidad autónoma. "Ayuda a entender de dónde viene todo, los símbolos, las bandera, cómo se recupera la democracia y se negocia el 28F o la importancia del estatuto de autonomía", cuenta Mercedes de Pablos, directora de un museo con una clara vocación de educativa, así como de difusión, conservación e investigación del pasado reciente de Andalucía.

Para todo ello, el recinto acoge también más de 1.200 metros cuadrados para exposiciones temporales que siempre ayudan a recordar que la historia sigue viva. "La estamos escribiendo todos hoy y hay que seguir escribiéndola", añade de Pablos. El lugar acoge también al grueso del equipo e instalaciones del Centro de Estudios Andaluces y la realización de diferentes actividades, como presentaciones o conciertos, en los jardines.  

Un recorrido por el museo 

Visita habitual de escolares andaluces, el recorrido arranca con una sala audiovisual que, más allá de explicar los contenidos del centro cultural, contextualiza el Ideal Andaluz, una de las obras más importantes de Blas Infante. "Un vídeo que también explica por qué se le considera como el padre de autonomía andaluza", subraya De Pablos.

La constitución de Antequera de 1883, que ya incluía la igualdad de hombres y mujeres es uno de los primeros contenidos en ser desarrollados. "Sirve para demostrar que, aunque se piense que Andalucía siempre ha estado atrasada, aquí ha habido vanguardias. Y ese texto es un buen ejemplo", añade la directora del museo.  

Objetos, fotografías y reproducciones ayudan a entender el contexto histórico andaluz durante la Guerra Civil y la posterior dictadura, pero también hay un gran protagonismo de la etapa tras la muerte de Franco: desde las papeletas, urnas y manifestaciones hasta el referéndum, así como las banderas originales de Andalucía (que la mujer de Infante cosió para la asamblea de Ronda de 1918) o fotografías de la historia de la región, que completan las salas del museo.

Este paseo por las raíces de la comunidad ayuda a entender lo andaluz, el andalucismo y cómo un notario nacido en la humilde localidad de Casares (Málaga) tuvo tanta importancia en todo el proceso de asentamiento previo de la autonomía. "Siempre estuvo obsesionado con el orgullo de Andalucía, con recuperar la carga histórica y filosófica del territorio y en defender a los que menos tenían", aclara Mercedes de Pablos.  

La Casa de la Alegría 

La visita al Museo de la Autonomía también ofrece la oportunidad de visitar la casa de Blas Infante. Y no sólo su exterior, donde el casareño decidió plantar árboles y una huerta con productos autóctonos como homenaje a Andalucía, sino también su interior, al que se accede por una pequeña puerta.

El inmueble fue adquirido por la Junta de Andalucía a comienzos del siglo XXI, declarado Bien de Interés Cultural en 2006, abierto al público cuatro años más tarde y reconocido como primer Lugar de Memoria Histórica a finales de 2011. "Es el mejor de los escenarios posibles para entender quién es Blas Infante", afirma la directora del espacio.  

La arquitectura interior ayuda a comprender ciertos aspectos de la filosofía personal de Infante. Desde el dormitorio repleto de repujados inspirados en La Alhambra al comedor donde se pueden observar estupendos frescos que representan tanto la leyenda de la Peña de los Enamorados de Antequera como dos paisajes de Isla Cristina de los que Blas Infante guardaba un gran recuerdo tras su estancia en esta localidad onubense.  

Más allá, las salas donde una gran cantidad de azulejos representan algunas de las andanzas de El Quijote o la biblioteca personal del ideólogo andaluz, con más de 1.500 títulos de las más diversas materias, sorprenden al visitante.

Pero son también los elementos dispuestos en las diferentes habitaciones y las nuevas tecnologías las que terminan de representar al personaje y su contexto: su gran defensa de la dignidad y la calidad de vida de los jornaleros, sus aficiones, sus intereses, su trabajo por el andalucismo, cómo compuso el himno con la ayuda del maestro Castillo, algunos de los cuadros que realizó... Adentrarse en La Casa de la Alegría se convierte así en la mejor manera de entender completamente a uno de los personajes más importantes de la historia de Andalucía. 

"Blas Infante fue un hombre capaz de soñar unos símbolos en los que sus conciudadanos, un siglo después, nos sentimos vinculados y representados. Son símbolos de paz, de alegría, de universalidad, igualdad y ciudadanía. De humanidad. Y no hay nada más moderno que todo ello", concluye Mercedes de Pablos, que aclara que el nacionalismo que Infante defendió siempre fue "inclusivo, construyendo una Europa de los Pueblos".  

Siete razones para visitar la Sierra de las Nieves esta primavera 

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La estación primaveral es perfecta para conocer la naturaleza en ebullición de la Sierra de las Nieves. La montaña se viste colores, los ríos bajan alegres tras las lluvias invernales y el sol caliente pero sin quemar, facilitando las excursiones también por los bonitos pueblos blancos de la comarca. De paso, nos acercamos a algunos de sus restaurantes y descubrimos rincones para descansar unos días a apenas una hora de la Costa del Sol. Estas son las siete razones para visitar la Sierra de las Nieves durante esta primavera.  

1. Su naturaleza en plenitud 

Este es, probablemente, el aspecto que más defina a la Sierra de las Nieves, un Parque Natural declarado por la UNESCO como Reserva de la Biosfera será en 1995 y que pronto será Parque Nacional. Los pinsapares, distribuidos principalmente en los términos de Yunquera y Tolox, son su joya. Se trata de una especie de abeto endémico del sur de España y el norte de Marruecos de las que existen en el mundo unas 8.500 hectáreas, 8.000 de ellas en esta comarca malagueña.  

Más allá, este entorno natural es rico en formaciones espectaculares como el Tajo de la Caína, de más de cien metros de desplome, importantes simas, cañones y otras muchas formaciones  surgidas en la piedra caliza.

Entre su fauna destacan grandes ejemplares de cabra montés, así como muflones, gamos, gato montés y meloncillos. En sus ríos aún se pueden encontrar nutrias y sus cielos son surcados por enormes buitres leonados, que comparten territorio con el águila real, el halcón peregrino, el búho real o el cárabo, entre otros muchos.  

2. Una gastronomía donde manda la tradición 

Como en la inmensa mayoría de zonas rurales de Andalucía, la gastronomía de la Sierra de las Nieves sigue ligada a la tradición. De ahí que aún tengan vigencia recetas ancestrales como la sopa de los siete ramales de El Burgo, a base de tomate, pimiento, cebolla, ajo, pan, patata y espárrago. Una receta parecida a las de otros platos de cuchara de la zona como el caldo poncima de Alozaina o la sopa tolita de Tolox.

También destaca el cultivo de la aceituna aloreña, la única con Denominación de Origen en España, que se suele aliñar con hierbas y hortaliza de la zona como ajo, hinojo, tomillo y pimiento.  

"Siempre buscamos dar protagonismo a los productos locales", cuenta Francisco José Romero, propietario del restaurante La Cocina del Zarcillos, cuya especialidad es carne a la brasa pero que también disponen de otras muchas propuestas. Su sentir respecto a los ingredientes de la cocina es similar al de otro muchos negocios de este territorio, donde es relativamente fácil encontrar buenos platos a base de chivo o cordero, numerosas y sabrosas hortalizas e incluso mosto local.

Para conocer esta tradición gastronómica hay otros muchos establecimientos, desde La Alberca o La Lola en Tolox a Enara en Yunquera, pasando por el restaurante Albacar en Monda, el Refugio de Juanar en Ojén, Barón en Istán o la venta El Rivita en la aldea de Jorox.  

3. Paraíso del turismo activo 

El agua y el viento han horadado pacientemente la piedra caliza que protagoniza el paisaje de la Sierra de las Nieves. Por eso, este lugar posee un universo subterráneo formado por grutas, cavernas y simas. De hecho, la denominada Sima de la Luz es la mayor de Andalucía y la tercera del mundo con más de 1.100 metros de profundidad conocida, porque las investigaciones siguen en activo.  

También hay numerosas cuevas que dan pie a la práctica de la espeleología, aunque sobresalen especialmente los cauces de río y cascadas que suponen un paraíso para quienes aman el barranquismo. "Esta es una de las mejores zonas para la práctica de este deporte, porque es un área más tranquila y la naturaleza es increíble", cuenta Elena González, responsable de la empresa Aventúrate, que ofrece numerosas posibilidades de turismo activo.

La cascada de La Rejía, a las afueras de Tolox, es un buen ejemplo de ello, pero también los barrancos de Jorox, Horcajuelos o Aguilera. La escalada es también otra buena opción con numerosas vías ferratas en diferentes áreas de la comarca. La Rejertilla, firma ubicada cerca de El Burgo, también dispone de planes de ocio en la zona, así como alojamiento.   

4. Rincones de desconexión  

Una piscina, un buen libro, un refresco de cítricos de la zona y sol. La tranquilidad en muchas zonas de la Sierra de las Nieves ofrece rincones únicos para desconectar y disfrutar de un buen descanso sin necesidad de viajar grandes distancias ni de esperar a la llegada del verano.

A poco más de una hora de la Costa del Sol, la comarca esconde pequeños paraísos como The African House, alojamiento a las afueras de Tolox con tres habitaciones dobles, piscina y unas preciosas vistas panorámicas a la comarca.  

También llaman la atención las instalaciones de El Balneario de Tolox. En su término municipal también se encuentran opciones como las casas rurales Verde que te quiero verde -junto al río Grande- o el hotel Cerro de Híjar, cuyo lema un 'El balcón donde habita el silencio' lo dice todo. "El sitio ofrece una tranquilidad increíble, es perfecto para descansar", explica Eugenio Llanos, uno de sus responsables.  

El Cortijo Capellanía en la carretera de El Burgo es otra posibilidad, La Posada del Ángel ayuda a descubrir el casco urbano de Ojén y su entorno y el Castillo de Monda ofrece también una opción diferente para sentirse parte de la historia y disfrutar de las vistas a al Valle de Guadalhorce, las Sierras de las Nieves y la bahía de Málaga. 

5. Senderismo 

Las más de 20.000 hectáreas de Parque Natural ofrecen muchísimas posibilidades para la práctica del senderismo, más aún tras las lluvias invernales, que han facilitado una increíble explosión de color en la comarca.

La mayoría de rutas tradicionales están bien señalizadas y cuentan con paneles de información en sus inicios, así como diferentes indicaciones a lo largo del camino. Existen opciones para todos los públicos y niveles de dificultad.

Una perfecta opción para la primavera es pasear junto a la ribera del río de los caballos, que cuenta con algunas pozas para darse un chapuzón. Su cauce se cruza en diferentes ocasiones por unos bonitos puentes de madera hasta alcanzar El Charco de la Virgen, una bonita cascada. La ruta puede acabar ahí o continuarse hasta La Rejía, la mayor cascada de Málaga, desde donde otro camino lleva de vuelta a Tolox.  

Junto a Casarabonela existen también muchas opciones, como la ruta que asciende hacia el pico Alcaparaín o la que acerca hasta la Sierra Cabrilla. Entre los senderos más visitados se encuentran también los que recorren el pinsapar de Yunquera desde Puerto Saucillo, así como el Peñón de los Enamorados o el pico de La Torrecilla, el segundo más alto de la provincia malagueña.   

6. Sus pueblos 

Son nueve pueblos blancos los que conforman la Sierra de las Nieves. En ellos residen unas 20.000 personas y todos rondan los 2.000 habitantes. Se trata de Alozaina, Guaro, Ojén, Casarabonela, El Burgo, Istán, Monda, Yunquera y Tolox, municipios que conforman una preciosa y diversa imagen rural andaluza. Al sur y casi ligando con la Costa del Sol destaca Istán, rodeado de una excepcional naturaleza y al que se llega por una carretera de montaña no apto para quienes se mareen. Muy cerca se ubica Ojén, a apenas unos kilómetros de Marbella y donde también destaca el entorno natural. 

Tolox se ubica en el corazón del Parque Natural. Sus fachadas blancas conforman una bonita imagen en la que destaca el barrio del castillo, con minúsculas callejuelas y bonitos pasadizos. En el centro histórico también destacan los graffitis que colorean algunas de sus callejuelas. Alrededor del municipio se levantan Guaro y Monda, localidad coronada por su castillo. También Alozaina, donde aún se conservan partes de sus antiguas murallas, así como Yunquera y Casarabonela, cuyas ruinas del viejo castillo hoy conforman un estupendo mirador.

Más al norte, El Burgo y su paisaje marcado por el río Turín se mezclan ya con la Serranía de Ronda. 

7. Amplia tradición artesanal 

Aunque las artesanías ya no ocupan el lugar que tuvieron hace no demasiadas décadas, los pueblos de la Sierra de las Nieves aún acogen a un ramillete de artesanos y artesanas que mantienen vivas algunas de las tradiciones más viejas de la comarca. Enea, esparto, mimbre, cuero, madera de pita o hoja de palma son algunos de los materiales más utilizados, todos surgidos del entorno naturaleza los pueblos de la zona. Con ellos aún se elaboran elementos de uso diario, aunque cada vez van más destinados a convertirse en souvenirs turísticos.  

Escobas fabricadas con caña de río y hojas de palmito, cuencos y cubiertos esculpidos pacientemente en la madera de pita, olivo o encina, pleitas de esparto para la elaboración de quesos, zurrones de piel para los pastores, cestas de mimbre... Son muchas las posibilidades gracias a productos naturales hoy cada vez más sustituidos por el plástico. 

Además, aún quedan restos de las viejas eras donde se trillaban cereales y legumbres, mientras que en las montañas aún se pueden encontrar los neveros donde antiguamente se acumulaba el hielo y viejos hornos donde se calcinaba la piedra caliza para la obtención de cal.

Igualmente, sobre todo en Tolox y Yunquera, aún quedan productores de mosto en pequeñas cantidades gracias a las pocas viñas que sobrevivieron a la plaga de filoxera del siglo XIX.  

Jábegas malagueñas: cuando el deporte salvó la identidad pesquera

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A veces el deporte da vida a lo que de otra forma parecería condenado a morir. La jábega es un tipo de embarcación centenaria asociada al arte pesquero del mismo nombre, y cayó en desuso cuando se prohibieron esas artes. Sin embargo, ahora goza de buena salud porque un grupo de pescadores malagueños comprendieron pronto su valor identitario y la asociaron al deporte.

Es sábado por la mañana, y en el club náutico de El Candado se respira el tenso aroma de la competición. Acaba de arrancar Liga de Jábegas. Ajetreo, tensión y un speaker que va anunciando las horas de las regatas, en cuatro categorías: femenina, senior masculina, veteranos masculina y juvenil masculina. Los curiosos se agolpan en la escollera para tener mejor perspectiva. La competición va por su séptima edición y ya participan 420 deportistas, hombres y mujeres de ocho clubes provinciales. Gracias a esto se está consolidando una actividad abierta a lugareños y turistas, y un espectáculo deportivo con denominación de origen.

De repente, las barcas que antes estaban en línea empiezan a moverse. Se trata de llegar a una boya situada a 350 metros del punto de partida y volver. La tripulación de cada jábega son siete remeros, el patrón y el metebríos, que como su nombre indica es el encargado de arengar a los remeros, con el cuerpo inclinado hacia ellos como si fuera a comérselos.

- "¡Quédate ronca! ¡Y recuérdales que respiren!", le dicen a la metebríos de una de las jábegas que compitió en la primera regata.

Tiene sentido: Pedro Castillejo, del club Cala del Moral, nos explica que esto es duro: "Estás cuatro minutos con la bomba a tope. 700 metros. No es lo que se ve aquí, sino que para aguantarlo tienes que entrenar muy bien durante la semana".

Una actividad abierta a todos: familias, empresas y grupos de amigos

Los clubes están abiertos a cualquiera que tenga interés en disfrutar el mar y el deporte. Eso sí, quien lo prueba por primera vez tiene dificultades para mover los brazos en toda la semana. Por eso conviene empezar poco a poco. Existe una asociación de remo tradicional que, además de organizar el campeonato en colaboración con la Diputación de Málaga, ofrece cursos de dos meses. Silvia Campos, la secretaria y portavoz de la asociación, explica que hay salidas todas las tardes. Como entrena en un área cedida por el puerto, rara vez el tiempo es un problema.

Además, la asociación también programa jornadas de iniciación para grupos familiares o de amigos. Por ahí han pasado hasta cumpleaños infantiles y empresas que programan una jornada de jábegas. Además de fomentar el trabajo en equipo, la actividad saca a flote el carácter de cada cual: mientras se rema es fácil mostrar quién es el vago o quién tiene dotes de liderazgo.

La asociación organiza la competición, pero es también responsable en gran medida de la pervivencia de las jábegas. Hay documentos que demuestran que las barcas de jábega surcan la Bahía de Málaga desde al menos el siglo XVI, aunque su origen es probablemente fenicio. Sin embargo, cuenta Silvia Campos que a finales de los años 70 empezó a ser habitual ver en las playas las antiguas jábegas abandonadas  pudriéndose por el desuso. El arte de pesca acababa de prohibirse porque en las redes de jábega acababan decenas de kilos de inmaduros, entre ellos el famoso chanquete. Ante el riesgo de desaparición de la embarcación, un grupo de hombres de mar constituyó la Comisión de Barcas de Jábega.

Pronto se dieron cuenta que aquello era empujar la piedra de Sísifo, y que necesitaban algo que permitiese conservar el patrimonio cultural dotándole de un uso actual. Lo encontraron en el deporte y surgió la asociación, liderada primero por Pepe Almoguera, miembro de una saga de carpinteros de ribera, y ahora por Agustín Montañés, antiguo pescador de jábega.

Las actividades de la asociación han permitido visualizar las jábegas hasta darles garantía de supervivencia. Han surcado las Rías Baixas, el Nervión con las traineras y el Guadalquivir, han atravesado el Estrecho de Gibraltar y han llevado dos jábegas hasta la Vogalonga veneciana, en la que participan 2.000 embarcaciones y 10.000 remeros.

Ocho clubes, 27 tripulaciones y 420 remeros

La asociación primero organizó regatas entre pescadores y después consolidó una competición en la que ahora participan ocho clubes de la provincia: el Club de Remo La Espaílla de El Palo, la Asociación de Remo y Pala de Pedregalejo, la Asociación de Remo y Pala de Torremolinos, el Club de Remo la Carihuela, la Asociación de Remo Faro de Calaburras Mijas, la Asociación de Remo Faro de Torre del Mar, y los clubes de remo de La Cala del Moral y La Araña. En total, 27 tripulaciones.

Este año se han incorporado dos nuevas embarcaciones, La Vikinga (de la Cala del Moral) y La Biznaga (de La Araña). Además, hay otra novedad: por primera vez se celebrará una regata nocturna, el 4 de agosto en el Muelle 1 del Puerto de la capital malagueña. La siguiente regata se celebrará el próximo 16 de junio, a las 11.00, en el Puerto de Fuengirola.

Silvia Campos explica que nadie sabe con certeza por qué las jábegas, que por su origen fenicio se extendieron por todo el Mediterráneo, sólo perviven en Málaga. Pero tiene claro que algo tendrán que ver los hombres y mujeres que les dieron un nuevo uso: "Si hubiese seguido como en los setenta no estaríamos hablando de esto. El mérito mayor es de estos pescadores". Gracias a ellos, las jábegas gozan hoy de una centenaria salud de roble.

Seis pueblos para conocer la Sierra de Aracena 

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La Sierra de Huelva es un paraíso en cualquier época del año. En estos meses su naturaleza se llena de vida y ofrece una de sus mejores caras. Acompañado de un clima aún suave que permite pasear por senderos, visitar pueblos y dejarse llevar, se convierte en un excelente destino rural. ¿Te vienes? 

Higuera de la Sierra

El municipio es uno de los más conocidos de la sierra onubense por su famosa cabalgata de los Reyes Magos, en la que sus habitantes se vuelcan durante meses hasta componer numerosas carrozas vivientes. Y aunque su vía principal se llame Avenida de La Cabalgata y posea un museo sobre sus majestades de Oriente, Higuera de la Sierra merece una escapada en cualquier momento del año, especialmente en primavera. 

Su principal atractivo es la gastronomía. Basta acercarse cualquier fin de semana al restaurante Jacarandá, cuando no cabe ni un alfiler y su equipo de camareros y camareras se desvive casi corriendo por sus salones para atender a la clientela. Sus mesas se reparten por las estancias de una vieja casa y su cocina mezcla la gastronomía tradicional con apuestas novedosas.

Por eso, lo mismo se puede pedir un huevo a baja temperatura sobre crema de patatas y boletus edulis, que un plato de migas cubiertas por huevos fritos. Flamenquín crujiente, cabrillas o presa ibérica son también apuestas seguras.

Justo enfrente, el bar Los Pajaritos ofrece una estupenda terraza en la que degustar setas de temporada, ricas carnes y una amplia carta de tapas para quienes disfruten probando muchos bocados diferentes. Las vistas a la Plaza de la Constitución y la iglesia de San Sebastián completan la experiencia.  

Higuera de la Sierra es también punto de partida para numerosas rutas senderistas como la que llega hasta La Umbría, que permite un primer acercamiento hacia el paisaje de dehesa de buena parte del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.  

Aracena  

Imponente desde la parte más alta del municipio, el castillo de Aracena domina buena parte de su comarca. Fue construido a mediados del siglo XIII, cuando las tropas cristianas tomaron la villa islámica. Desde entonces se convirtió en un gran fortín que permitió controlar esta eterna tierra de frontera hasta el siglo XVI, cuando su uso empezó a decaer. El recinto, que cuenta también con la iglesia prioral y la torre mayor, sirve como perfecto punto de partida para conocer la localidad y el resto de los rincones que conforman este Parque Natural onubense.  

Aracena es un pueblo típicamente serrano, de calles estrechas y empedradas. De ritmos pausados, donde la agricultura y la ganadería valen su peso en oro. Es también lugar de viejas iglesias, fachadas blancas y plazas abiertas.

En su casco urbano se encuentra igualmente La Gruta de las Maravillas, uno de los grandes atractivos de la región. Descubierta en el siglo XIX y abierta al turismo a comienzos del siglo XX, adentrarse en ella es toda una aventura. En ella, el agua, la piedra y el tiempo han ido labrando numerosas estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas y otras muchas formas.  

Ya a la luz del sol, es alrededor de las plazas donde gira la vida de Aracena y donde, también, se encuentran la mayor parte de restaurantes que ayudan a entender la fama de la gastronomía local capitaneada por el cerdo ibérico.

Junto a la plaza del Marqués de Aracena hay una decena de restaurantes y bares entre los que destaca Puerta 20. Allí se puede degustar un shawarma de lagartito ibérico con alioli de castañas, solomillo ibérico con jamón y unas ricas croquetas caseras, además de numeras opciones para el tapeo.

En otra plaza, la de San Pedro, existen también diversas propuestas gastronómicas entre las que destaca el restaurante Jesús Carrión, especializado en tapas. Huevos rotos con jamón, risotto de boletus o carpaccio de pluma ibérica son solo algunos de sus mejores bocados.  

Linares de la Sierra 

A ocho kilómetros de Aracena y prácticamente escondido entre colinas, sería fácil pasar de largo de este municipio sin las indicaciones viarias. Porque Linares de la Sierra parece querer pasar desapercibido tumbado bajo la falda de una montaña en un pequeño valle alejado de ojos curiosos.

Sin duda, merece la pena bajar las cuestas de acceso hasta su casco urbano, que sorprende por muchos motivos. Uno de ellos son los mosaicos de piedra con diferentes símbolos que decoran la entrada de las casas en plena calle. Otro es la iglesia de San Juan Bautista, de tamaño considerable y levantada en el siglo XVIII. Y también llama la atención la plaza redonda que existe en uno de los lados del templo. Cuenta con gradas y, en determinados momentos, se llena de albero para acoger un coqueto coso taurino.  

A un lado de la plaza se encuentra el restaurante Riandero, un excelente lugar para degustar las setas de temporada, especialmente en otoño pero también en una primavera precedida de constantes lluvias como la de 2018.

Y en el otro extremo se ubica El Balcón de Linares, uno de esos establecimientos donde las cantidades llaman, y mucho, a la clientela. Por eso su plato más famoso es La tapita, con el que tiran de ironía para nombrar a una ración a compartir que incluye un surtido de carnes a la plancha, pimientos y patatas fritas, chorizo y una decena de huevos fritos.

Oculto entre sus callejuelas, Arrieros es quizás la opción más interesante para quien busque una cocina arraigada a la tierra pero técnica. Liderado por Luis Miguel López, ha conseguido recientemente su primer Sol Repsol. Galardón que premia el concepto de cocina serrana creativa que tanto tiempo lleva el chef desarrollando en este rincón onubense. Su carta se centra en los productos de temporada y no hay que dejar de probar la poléa, uno de los postres más tradicionales de la comarca.  

Desde Linares de la Sierra, además, existen diversas opciones para la práctica del senderismo, como el paseo que enlaza con Alájar a través de la bella aldea de Los Madroñeros, la ruta circular que llega hasta Aracena o el camino que transcurre por la Vereda de los Cerreños.  

Almonaster La Real 

Rodeado de pinares, dehesas de enormes encinas y una densa vegetación, este bonito y pequeño pueblo destaca por su tranquilidad, su cuidado y su patrimonio histórico. De hecho, es quizás la parte alta de la localidad la que más llame la atención precisamente por ello. Allí se encuentra la vieja mezquita: construida hace mil años, es una de las visitas más impactantes de toda la comarca. A su alrededor se encuentran algunos restos del viejo castillo y, a su lado, llama la atención una plaza de toros de muros de piedra.  

Desde esta localización se poseen unas bonitas vistas al entorno natural, pero también al casco urbano de Almonaster La Real, donde sobresale la iglesia de San Martín.

Junto al edificio hay pequeñas calles con diminutos establecimientos como el bar Almonaster o la singular Unión Amistosa El Casino. El restaurante Isabel II no falla por sus carnes, revueltos y exquisitos platos de cuchara que se pueden maridar con el vino Bemoles, elaborado por una bodega local.

A las afueras, eso sí, El Rincón de Curro se erige como verdadero templo gastronómico de la localidad gracias a su respeto al producto de calidad que le rodea y a la propuesta de cocina serrana a base de ibéricos, jamón, setas y potajes, aunque también dispone de diversos pescados.  

Cortegana 

Con su urbanismo ordenado, sus fachadas blancas y su agitada vida rural, Cortegana es uno de los mayores municipios de la comarca gracias a sus cerca de 5.000 habitantes. Su mayor atractivo es el castillo de Sancho IV El Bravo.

Fue construido entre los siglos XIII y XIV para la defensa del Reino de Castilla y es uno de los que mejor conservados ha llegado al siglo XXI. De hecho, es visita obligada para quienes disfruten con la historia y el patrimonio. Tiene una cerca exterior con un gran muro de mampostería con varias torres, un bonito patio de armas y en sus dos plantas se reparten las antiguas dependencias del alcaide, habitaciones en las que existe una colección de legajos, tapices, mobiliario medieval, armas y armaduras. A su lado se encuentra la ermita de La Piedad.  

La fortaleza es también el perfecto lugar para fotografiar Cortegana, ya que el cerro donde se levanta ofrece una panorámica completa de la localidad. Desde allí, unas calles empedradas descienden hacia un animado centro urbano donde sobresale la llamada Casa Estrada. Un claro ejemplo de eclecticismo arquitectónico ya que su construcción, entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, sigue las líneas de numerosas corrientes de la arquitectura. Junto a la plaza del Divino Salvador se ubica la iglesia del mismo nombre, aunque quizás el templo más atractivo es ermita de San Sebastián, de estilo gótico mudéjar y conocida por los vecinos como “El Santo”. 

La gastronomía local vive también de los productos ibéricos, los castañares, las setas y la tradición. En la Plaza de la Constitución, Tendido 11 y la bodega La Esquinita son dos interesantes lugares para tapear y dar un primer paso para comprobar la gran gastronomía local.

Casa Ferré o El Pontón son otras dos apuestas seguras. Y, a las afueras, en la carretera que se dirige hacia El Repilado, merece la pena visitar La Posada de Cortegana, un exquisito restaurante ubicado en un precioso entorno junto al Barranco de Carabaña. También dispone de una serie de cabañas de madera como alojamiento rural. 

Aroche 

La última parada nos lleva hasta Aroche, cuyas sierras dan también nombre al Parque Natural. Una visita a pie por el pueblo bien podría empezar por la Plaza Juan Carlos I, en la que se ubica el ayuntamiento. A unos pasos por la calle Real se alcanza la iglesia de La Asunción, que comenzó a construirse en diferentes fases desde finales del siglo XIV hasta el siglo XVII lo que permite ver una mezcla de estilos constructivos como mudéjar, gótico y renacentista. Alrededor se distribuyen unas callejuelas que alcanzan las murallas del castillo. Su interior es sorprendente ya que, curiosamente, alberga la plaza de toros del municipio. Uno poco más lejos, el puente de Felipe II, que salva el Barranco de la Villa, es otro punto de interés.  

Eso sí, al norte del municipio, a poco más de tres kilómetros, se encuentra uno de los lugares más singulares de toda esta comarca. Se trata de la ciudad hispanorromana de Turóbriga, fundada en el siglo I en época de Nerón. Sirvió para proteger las extracciones mineras de la zona, aunque fue abandonada a comienzos del siglo III. De hecho, la ermita de San Mamés y el Castillo de Aroche fueron construidos con piedras de los edificios de esta antigua villa.  

Un punto y seguido del viaje que puede continuar a pie por rutas senderistas como la que se acerca a las Peñas de Aroche a través del río Alcalaboza  o incluso la que llega hasta Cortegana. 

Los atunes de Mauro Basile, el artista italiano que diseña la memoria de Zahara

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Los relatos que escuchaba impactaron a Mauro Basile. Sus nuevos vecinos le contaban leyendas sobre el atún, historias sobre las orcas, las décadas años de migraciones, mil y un pasajes relacionados con el Estrecho de Gibraltar. Y el artista italiano pronto supo que su siguiente proyecto serviría para dar vida la memoria local.

Sus primeras creaciones tuvieron al atún como protagonista, pero pronto incluyó ballenas, terneras de la variedad retinto, ibis y flamencos. "Caí en Zahara de los Atunes por casualidad y lo que me contaron me fascinó. Supe que se abría un nuevo campo y que esta iba a ser la forma de adaptarme a mi nueva tierra", cuenta el creador mientras da forma a una cabeza de atún de cerámica.

Tras pasar cuatro años en Barcelona y otros tantos en Granada, Basile acabó en Zahara de los Atunes, donde cumple ya su novena temporada. Posee un pequeño taller denominado Sotto Scala, donde trabaja cada a día con multitud de materiales.

Entre ellos destaca la madera que encuentra en las playas y que, en la mayoría de ocasiones, procede de naufragios y pateras abandonadas. "Si esas tablas pudieran hablar, lo que contarían", afirma. Alrededor, cerámicas, ilustraciones, acuarelas, collages... "Me encanta jugar con los materiales, divertirme y desarrollar nuevas ideas", añade.

A través de todas esas técnicas desarrolla la memoria de Zahara de los Atunes, busca contar las historias que le revelan los pocos residentes que viven allí todo el año. Porque cuando el turismo se va, la localidad queda prácticamente vacía; a cambio, sigue llena de vitalidad, de sabiduría y narraciones de un lugar eminentemente marinero. De un rincón donde las atarrayas salen por San Miguel, donde las orejillas inundan la orilla atlántica, las pateras descansan en la arena y en el agua surcan delfines y ejemplares de esparte, nombre con el que se conoce localmente a las orcas. Y donde, de vez, en cuando, algún atún mordido queda varado en la arena, lejos del que fuera su destino final.

"Es un taller donde se cuecen las ideas y se ronquean las historias de los pescadores, los sabios del lugar", insiste el italiano. Muchas de esas ideas quedan plasmadas en preciosos platos de cerámica, en pequeñas esculturas de atunes y orcas, en postales que enviar a quienes te echan de menos durante el viaje y un sin fin de piezas artesanales que Mauro desarrolla con paciencia, día a día, en su pequeño taller.

Allí también está el horno, que da vida a alguna de sus creaciones. Y algunas estanterías que hacen a su obrador visitable para cualquiera que desee llevarse un trozo de la filosofía de Zahara.

Muchas de sus creaciones beben del surrealismo, de la impronta que dejo Dalí a este artista italiano cuando se adentraba en los estudios de arte. Y de ahí surgen precisamente algunas de sus últimas obras, que van desde un Puigdemont santificado a una serie de santos cuyos modelos son, precisamente, los vecinos de Zahara de los Atunes.

"Nunca hay que dejar de evolucionar, de buscar nuevos proyectos", subraya el italiano, que cada año vuelve un trimestre en los meses fríos a su ciudad natal, Grottaglie, en la Puglia italiana. Allí, la tradición artesana mediterránea le permite terminar alguno de sus proyectos. "Mi familia aún posee algunos talleres y me ayudan a culminar ideas", asegura Basile.

Muchas de sus creaciones no sólo se pueden encontrar en Sotto Scala, también en Me Piace, una preciosa tienda abierta en mayo de 2010 a un par de calles de su taller y que gestiona junto a su socia Eva Rolon Cossio, también creadora. Camisetas, bisutería, cuero, seda, tazas y un sinfín de objetos son desarrollados por ambos de manera conjunta. Piezas que no sólo permiten sobrevivir las mil y un historias de la tradición local, también llevarse a casa algo con mucho valor: un pedacito de Zahara de los Atunes.

La carpintería de las últimas jábegas, la genuina barca malagueña

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El miércoles a las 11, como cada mañana, hay tres personas en el muelle 9 del puerto de Málaga haciendo una barca a la manera en que la diseñaron los antiguos, probablemente los fenicios. Las barcas de jábega siguen luciendo el ojo y una serpiente en el espolón de proa, a modo de protección contra la mala mar. Hay algunas diferencias con la antigua jábega: pesa menos y en lugar de los 13 remos tradicionales, las que aquí preparan José Pedro González y sus dos aprendices tienen siete. Por lo demás, son jábegas de toda la vida. "Tiene sus 26 cuadernas, su espolón con la serpiente y sus escálamos", explica Agustín Montañez

Estamos en una carpintería de ribera que es, a su vez, la sede de la Escuela Provincial de Remo Jábega y de la Asociación de Remo Tradicional. El astillero nació hace apenas año y medio con el apoyo de la Diputación de Málaga, pero ya son autosuficientes. Los suministros, el alquiler del lugar y los sueldos del calafate José Pedro González y sus dos aprendices se pagan con la venta de las jábegas y los arreglos. El coste de cada una ronda los 25.000 euros y tardan unos cinco o seis meses en terminarlas. "Este es el único calafateo de ribera que queda", asegura Montañez.

José Pedro González es, como hemos dicho, el calafate: el carpintero de ribera al mando del taller. Ronda los cincuenta, y cuenta que empezó como carpintero de obra, pero cuando descubrió esta otra carpintería ya no pudo despegarse. Empezó como discípulo de Julián Almoguera Cañete, el hombre que bautizaba a todas sus jábegas por igual: María Juliana.

Por entonces, González ayudaba al maestro "forrando chalanas, haciendo arreglos y mástiles", pero poco a poco fue perfeccionando la técnica. El problema, cuenta, es que de hacer jábegas no se podía vivir. "Hay que estar loco para hacer esto", dice antes de pedir nuevos aprendices. "Pero que vengan sin saber nada, porque si no, traen vicios".

Cuenta González que hubo un tiempo, no hace tanto, en el que tan mal estaba la cosa que las jábegas corrieron riesgo de desaparecer por las prohibiciones pesqueras y el empuje de otras embarcaciones modernas, hechas de fibra de vidrio. Pero todo cambió con la llegada de la asociación y la Liga Provincial de Jábegas, para la que se exige contar con una jábega "homologada". Es decir, de acuerdo con las líneas y parámetros heredados durante siglos y con origen probable en los fenicios.

José Pedro González aligeró la barca hasta los 500-550 kilos, la redujo a 8,60 metros de eslora, empezó a producirla en madera de cedro y consiguió una jábega "dinámica", muy buena para la competición. No serviría para el uso pesquero porque no aguantaría la carga, pero respeta la esencia adaptándola al uso deportivo.

Desde 2002, José Pedro ha hecho once jábegas, las tres últimas en este lugar. La jábega está íntimamente vinculada a Málaga. Hay documentación sobre su uso que se remonta a los siglos XVII, siempre asociadas a un arte pesquero, pero hay quien remonta su origen a los fenicios, fundadores de la ciudad.

González asegura que las jábegas son las barcas más antiguas de las que surcan el Mediterráneo, y que las actuales traineras o los llauts de Cataluña han desechado la tradición para convertirse en embarcaciones deportivas. Aquí, las jábegas mantienen una roda única en el Mediterráneo y la maniqueta, y tantas otras cosas que hacen a la barca de jábega única en su especie. El plano y las medidas están custodiados por la escuela porque, según cuenta González, ahora que hay mercado han surgido los interesados en copiar el diseño.

Nueve clubes y 500 remeros

Este lugar no existiría sin la presencia simultánea de la escuela y la asociación. La escuela tiene ahora 80 alumnos y la asociación tiene nueve clubes asociados y unas 500 fichas, entre ellas unas 160 mujeres remeras. Es más que la propia Federación Andaluza de Remo. Cualquiera puede apuntarse a remar en jábega, como actividad ocasional o de forma regular, y hay una liga provincial que organiza unas regatas que son un espectáculo en sí mismas

Agustín Montañez, que ya en los 90 impulsó la Comisión de Barcas de Jábega para la conservación de este tipo de embarcaciones., dirige la asociación y la escuela "Yo soy nacido en el mar, de familia de pescadores", dice Montañez, lo que en Málaga significa ser de El Palo. Con 14 años pescaba en Marruecos, con 16 faenaba la gamba en Angola; se tiró 30 años en los barcos hasta que los pulmones lo apartaron de la pesca.

"Yo estaba navegando y a una barca muy antigua de El Palo le metieron fuego por asuntos familiares", relata. Como era la jábega en la que se sacaba en procesión a la Virgen del Carmen, los pescadores pidieron contribuciones casa por casa y con lo que sacaron compraron la Santa Isabel, una jábega de 217 años (aunque botada oficialmente en 1918), supuestamente hecha en Marbella al precio original de 1.500 reales de vellón. "Ahí empezó mi vida con esto", recuerda Montañez, que ha dado un impulso decisivo para que este tipo de barca no se pierda.

La prohibición del arte pesquero al que estaba asociada y la competencia de otras embarcaciones más modernas y deportivas estuvieron a punto de acabar con la jábega. Llegaron a ofrecerles la fabricación en fibra de vidrio. "¿Cómo vamos a permitir que nos pisen la historia unos barcos hechos con fibra de vidrio?". La asociación y la liga le han dado un impulso, aunque Montañez pide algo más de apoyo: "Hemos escrito tres cartas a Antonio Banderas y no nos ha contestado".

El caso es que ahí siguen las jábegas surcando la bahía con sus 26 cuadernas y su espolón de serpiente y sus escálamos. "Igual que hace 3.000 años. Son las únicas que siguen haciéndose de madera", cierra con orgullo Montañez.


Unos 'paseos matemáticos' por el centro de Granada conectarán ciencia e historia

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Los 'paseos matemáticos' por Granada están impulsados por la Fundación Descubre y pretenden acercar la ciencia a la ciudadanía uniendo arte, matemáticas, tecnología y turismo. El proyecto, que está cofinanciado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología del Gobierno central y la Junta de Andalucía, estrenará en otoño su versión virtual, con una web y una aplicación móvil.

La iniciativa propone un recorrido por el centro histórico de Granada, con paradas en algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, tales como el Corral del Carbón, la Casa de los Tiros, la Catedral, la Capilla Real y la Lonja del Comercio, el Puente del Cadí, El Bañuelo y el Instante preciso, escultura del edificio del Ayuntamiento.

Todo ello bajo la perspectiva de la divulgación científica, en concreto de las matemáticas, ya que en estos paseos se muestra al público los detalles más característicos de estos monumentos, interpretando en ellos las conexiones existentes entre las matemáticas y la historia del monumento, así como su significado artístico.

A través de un lenguaje asequible, incluso para aquellas personas que no están familiarizadas con las matemáticas, se describirá el contenido, no solo mediante recursos lingüísticos matemáticos, sino también a través de un estudio histórico artístico.

Además, para ilustrar los conceptos que se abordan en cada una de las paradas del recorrido, que podrá seguirse a través de la web y de una aplicación móvil, se hará uso de diferentes herramientas tecnológicas, como Exploria Ciencia, Impresión 3D y GeoGebra.

Los Paseos Matemáticos por Granada van a permitir así acercar la ciencia y la innovación a la sociedad, partiendo como base del hábito de pasear y sirviéndose de algunos de los referentes monumentales de Granada, así como de sus elementos y detalles más característicos, para hacer divulgación científica.

De esta forma, a los conocimientos generales y de carácter histórico artístico que la ciudadanía o los turistas puedan tener sobre estos enclaves, se sumarán los conceptos matemáticos observables durante su visita.

Con esta experiencia se pretende avanzar en el desarrollo de proyectos divulgativos y turísticos que permitan la autofinanciación de la actividad a medio plazo, garantizando su oferta estable en las agendas de ocio y cultura.

La versión virtual de los Paseos Matemáticos por Granada se completará con la realización de un total de ocho paseos presenciales que se programarán en distintas fechas a lo largo del presente año y se prolongarán hasta marzo de 2019.

La iniciativa está abierta a toda la población en general, aunque presta una importante atención a la comunidad educativa, a la que se involucrará a través de la participación del alumnado de diferentes ciclos.

De la A a la Z: 27 planes para el verano en Andalucía

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AVENTURA 

Las vacaciones veraniegas son un buen momento para probar. Para dejarse llevar y vivir experiencias únicas. Con sentido común y seguridad, son muchas las aventuras que se pueden vivir a lo largo y ancho de la comunidad autónoma andaluza. Viajar en globo por el desierto de Gorafe es una, como también lo es la práctica del barranquismo por la Garganta Verde cerca de Zahara de la Sierra. Más allá, escalada en las paredes kársticas de Villanueva del Rosario, lanzarse en tirolina en Comares, vencer al vértigo en el Caminito del Rey, volar en parapente por los cielos de Algodonales, conocer las profundidades submarinas en Cabo de Gata... Difícil no encontrar la aventura más adecuada a cada persona.    

BIZNAGA 

Si Sevilla en primavera huele a azahar, no existe verano en Málaga sin el aroma de las biznaga. Este tradicional ramillete de jazmines ha vuelto a tomar impulso de mano de los biznagueros que, pacientemente, recorren los paseos marítimos y las principales zonas de restauración de la capital de la Costa del Sol. Clavadas en una hoja de chumbera que sirve como bandeja, las biznagas forman parte ya del imaginario colectivo andaluz y son un complemento indispensable en los días de feria.   

CONCIERTOS  

Como no podía ser de otra forma, Andalucía también ofrece numerosos conciertos en sus festivales para afrontar el verano. Tras el Weekend Beach (Torre del Mar), el Cabo de Plata (Barbate) o los recientes Ojeando (Ojén) y Blues Cazorla, aún quedan mucha música por disfrutar. 

En las próximas semanas algunas de las citas más importantes serán el Fuengirola Pop Weekend, We love sunset (Tarifa), No sin música (Cádiz), Dubmarina (Barbate), Imagina Funk (Torres, Jaén), Vincula Rock (Escañuela, Jaén), Etnosur (Alcalá La Real), La Monda Festival (Monda)Los Álamos Beach (Estepona) o The Juergas Rock (Adra). En agosto también llegan Canela Party (Málaga), Brota Música (Rota), Dreambeach VillaricosTío Pepe Festival (Jerez) o Cooltural Fest (Almería), entre otros. Y en septiembre será el momento del Chanquete World Music (Nerja), Oh See Festival (Málaga) y el Granada Sound (Granada) que, como cada año, sirve para despedir el verano con una buena ración musical que este año lideran Crystal Fighters.  

DOÑANA 

El Parque Nacional de Doñana empieza a mostrar brotes verdes tras el duro incendio que sufrió el año pasado. Conocerlo seguro que ayuda a cuidarlo mejor y, para ello, una gran opción es disfrutar de un paseo por su interior a bordo de alguno de los autobuses 4x4 que ofrecen una visita con guía y explicaciones. El sistema de dunas, la orilla con los coquineros, la huella del lince ibérico o los humedales son algunos de los elementos más interesantes. Y, más allá, nada como tumbarse en la arena de playas infinitas y disfrutar de la gastronomía en Matalascañas y Mazagón. 

ENOTURISMO 

El turismo enológico está en auge y ya son muchas las bodegas que se pueden visitar para conocer la elaboración del vino o realizar catas. El verano ofrece además una oportunidad única, ya que permite conocer de primera mano una vendimia que empezará en pocas semanas y acabará cerca del otoño en las diferentes comarcas andaluzas.  

La Ruta del Vino de Ronda es una estupenda opción para conocer las bodegas de la ciudad de El Tajo. Pero también hay productores que muestran sus instalaciones en la comarca de la Axarquía y La Alpujarra o localidades como Montilla y, por supuesto, en Jerez de la Frontera o Puerto de Santa María, donde se pueden visitar bodegas como González Byass, de larga tradición. Otra opción es dormir entre viñas en el hotel Señorío de Nevada, ubicado a las afueras de Granada en el municipio de Villamena.  

FERIA 

Dicen de la Feria de Málaga que es el mayor evento del verano. Este año se celebra del 11 al 19 de agosto, ganando un día más de fiesta. El centro histórico y el recinto de Cortijo de Torres volverán a ser los epicentros de la celebración. No será la única capital de feria, ya que la de Almería celebra la suya entre el 17 y 25 de agosto y Huelva vivirá las Fiestas Colombinas entre el 31 de julio y el 5 de agosto. Más allá, numerosas localidades andaluzas también tendrán en verano su fiesta grande, como Antequera, Archidona, Vejer de la Frontera, Rota o Palma del Río, entre otras muchas. 

GENOVESES 

Es el nombre de una de las más espectaculares del Parque Nacional Cabo de Gata-Níjar. Se ubica a las afueras de la localidad de San José y está rodeada de pitas, cactus y algunas pocas chumberas que resisten a la plaga de cochinilla blanca. Tiene aguas limpias y transparentes, como muchas de las que tiene alrededor. Entre ellas, la de El Mónsul, cuya duna fósil pasó a la historia por ser uno de los escenarios de la película Indiana Jones y la última cruzada. Cerca, localidades como Rodalquilar, Las Negras, La Isleta del Moro o Agua Amarga son perfectas para descubrir la gastronomía local, con la gamba roja de Garrucha como gran estrella acompañada de especies como gallineta, galanes o gallo San Pedro.  

HISTORIA 

Los íberos son un pueblo poco conocido pero que dejó una importante huella en la historia que, poco a poco, se va descubriendo. Buena parte de su presencia se recupera desde hace unos meses en el Museo Íbero de Jaén, que expone más de 3.500 piezas, de las que casi la mitad eran inéditas hasta el momento de la apertura  el pasado mes de diciembre. La provincia jiennense también permite un viaje por la historia a través de la Ruta de los Castillos y Batallas, que recorre puntos de interés como la Fortaleza de la Mota, la ciudad de Cástulo o el impresionante castillo de Baños de la Encina. Todo un road trip veraniego. 

INTERIOR 

Además de mucho sol y mucha playa, la comunidad andaluza ofrece patrimonio histórico en numerosas localidades ubicadas interior y que son perfectas para una escapada. Antequera, Alcalá La Real, Écija, Lucena y Puente Genil son buenos ejemplos. Juntas conforman la Red de Ciudades Medias de Andalucía y en ellas se organizan numerosas visitas guiadas y teatralizadas, experiencias gastronómicas y otras muchas opciones en las que aprender de una manera entretenida mientras se disfruta del verano. 

 

JÚZCAR 

Desconocido hace años, Júzcar recibió los focos mediáticos y la visita de miles de personas tras pasar a convertirse en el primer pueblo pitufo del mundo. Sus fachadas y calles se pintaron de azul, los personajes ganaron presencia en los espacios públicos y la economía local vivió una época dorada. Hasta que un problema con los derechos de autor derivados del uso de la marca hizo que este pueblo cercano a Ronda tuviera que olvidar su denominación. Ante una más que posible caída del turismo, la Diputación Provincial de Málaga ha reanimado a este pueblo bajo la denominación Aldea Azul y convirtiéndolo en todo un parque de aventuras: dos tirolinas, puentes tibetanos, un rocódromo y pasarelas en suspensión ya se pueden disfrutar, así como una ruta de senderismo que aprovecha su extraordinario enclave natural en pleno Valle del Genal.  

KITE SURF 

Es uno de los deportes náuticos de moda. Hoy es fácil encontrar cometas danzando por el agua en playas de Málaga o Granada, aunque es la costa gaditana la que más tradición tiene. De hecho, el que dicen los expertos es el mejor lugar para la práctica es la playa de Valdevaqueros, a las afueras de Tarifa y que, además, es una de las más atractivas del litoral andaluz. Lo es por sus vientos y por la seguridad que ofrece la duna. Dispone de diferentes escuelas para aprender, como Subcielo Kite School, así como numerosos chiringuitos para disfrutar de las cabriolas sobre el mar, bebidas refrescantes y gastronomía saludable, entre los que se encuentran Tumbao o Tangana. Cerca hay también restaurantes con pescado local como El Mirlo o El Tesoro. 

LÁGRIMAS DE SAN LORENZO 

Como cada año, la noche del 12 al 13 de agosto es muy especial. Es entonces cuando la lluvia de Perseidas alcanza sus cotas máximas y el cielo se llena de estrellas fugaces. El Torcal de Antequera o Sierra Nevada son dos de los puntos más interesantes para asistir a este espectáculo natural por su baja contaminación lumínica, pero también suele haber actividades en otros lugares como Cazorla, el observatorio de Calar Alto en Almería, el Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla o la Sierra de Hornachuelos en Córdoba. En general, todos los lugares apartados de las grandes ciudades son perfectos para disfrutar de una noche diferente.  

MEDINA AZAHARA 

Su reciente declaración como Patrimonio Mundial no ha hecho más que incrementar el valor de un lugar tan mágico como atractivo e interesante. La Ciudad Califal de Medina Azahara comenzó a construirse a mediados del siglo X bajo orden de Abderraman III y llegó a acoger las labores administrativas y residenciales del Califato de Córdoba. Un paseo por lo que aún perdura de ella es un perfecto viaje al pasado y una estupenda experiencia veraniega. La capital cordobesa,  además, tiene mucho más que ofrecer, ya que es la única ciudad del mundo con cuatro declaraciones de patrimonio de estas características.  

NOCHEVIEJA 

Sí, en Andalucía también es posible tomar las uvas y celebrar el año nuevo en verano. No hay más que acercarse al municipio granadino de Bércules el 4 de agosto. Esa noche, la iglesia local dará las campanadas para tomar las uvas y luego habrá una verbena que se desarrollará allí mismo, así como en la Plaza de la Constitución y Plaza de Abastos hasta que salga el sol. La tradición surgió después de que el 31 de diciembre de 1994 el municipio sufriera un apagón y sus vecinos no pudieron tomar las uvas, así que decidieron hacerlo meses más tarde. La fiesta gustó y... hasta ahora.  

ÓRGIVA 

La llegada del deshielo, la espectacular naturaleza y el peculiar clima veraniego hacen de La Alpujarra uno de los atractivos turísticos de Andalucía. El municipio de Órgiva sirve de puerta de entrada a una comarca que ofrece numerosas experiencias. Allí se ubica el ceramista Ángel Vera, ejemplo de la tradición artesanal de la zona, pero también personas llegadas de todas las latitudes del planeta, que conforman una gran diversidad en el municipio. Desde Órgiva, la carretera asciende hasta Pampaneira, Bubión y Capileira, incluidos entre los pueblos más bonitos de España, así como a increíbles espacios como el centro budista O sel ling. Y, desde allí, las aldeas el municipio de La Taha, Busquístar o Trevélez son oportunidades para saborear la naturaleza. También incluso para realizar alguna subida al Pico del Mulhacén. Ugíjar, Narila o Cádiar son otras localidades de fisonomía alpujarreña, buena gastronomía y alojamientos rurales. La zona también alberga varias bodegas, así que es perfecta también para una sabrosa ruta enológica. 

 

PARQUE NATURAL SIERRA DE LAS NIEVES 

Su nombre cambiará pronto a Parque Nacional Sierra de las Nieves cuando termine el plazo de alegaciones y se consolide su declaración, posiblemente a finales de 2019. Pero qué más da la terminología cuando el territorio natural a disfrutar es el mismo. La dura climatología veraniega aconseja pocas rutas senderistas por las áridas cumbres de El Torrecilla, pero invita a paseos por riberas como las del río Caballos, que llega hasta la cascada de La Rejía, la más alta de la provincia de Málaga. Es también el territorio perfecto para la práctica de deportes como el descenso de cañones o la escalada y, de hecho, existen numerosas empresas de turismo activo con especialistas que aportan conocimiento y mayor seguridad. En total son 14 municipios los que forman parte de esta comarca repleta de naturaleza y estampas ligadas a la tradición.  

QUEJÍO 

Quejío, flamenco, el que se escuchará cada noche hasta mediados de septiembre en los Jardines del Generalife. Este espectacular recinto junto a la Alhambra de Granada será escenario durante buena parte del verano de un espectáculo del Ballet Flamenco de Andalucía titulado Flamencolorquiano. Con dirección artística de Rafael Estévez, coreografía de Valeriano Paño y la música original de Jesús Guerrero, así como las colaboraciones de Arcángel y María Terremoto, este trabajo muestra las distintas caras del poeta Federico García Lorca. Granaínas, fandangos, bulerías, tangos, romances o soleares serán algunos de los cantes.  

RULES  

La presa de Rules, en Granada, ofrece una visión que llama la atención a quienes circulan por la autovía que une la capital con Motril. El clima ofrece días de viento regular durante todo el verano, por lo que desde hace unos años muchos aficionados al windsurf se acercan a practicar su deporte favorito en este embalse de agua dulce. Las condiciones climatológicas y la ausencia de olas hacen también que el lugar sea perfecto para dar los primeros pasos en este deporte y, por ello, la Escuela de Windsurf Granada organiza diferentes cursos a lo largo de la temporada veraniega, además de ofrecer la oportunidad de alquilar material. Ojo, es necesario solicitar permisos a la Junta de Andalucía para surfear en este recinto.  

SEVILLA 

El calor veraniego no debe ser una excusa. La elegida por la guía Lonely Planet como la ciudad número uno para visitar en 2018 es también un perfecto lugar durante la época estival. Y razones no faltan: las sombreadas callejuelas de Santa Cruz, las noches de terraza en La Alameda, el barrio de Triana, los conciertos de Las Noches del Real Alcázar, las exposiciones y actividades relacionadas con el Año de Murillo, su intensa agenda cultural, la gastronomía de calle Feria... Sobran los motivos. 

TROPICAL 

De Motril a Vélez-Málaga, pasando por Salobreña, Almuñécar o Nerja. Son las localidades mediterráneas que viven bajo la influencia de un clima tropical. No es solo perfecto para la proliferación de huertas y cultivos de frutas como mango, aguacate, níspero o chirimoyas, sino que también ofrece las condiciones perfectas para disfrutar del verano incluso en otoño. Con más de 300 días de sol al año, temperaturas medias de 20 grados y un Mediterráneo en habitual calma sus playas son visitables más allá de la temporada estival. La preciosa cala de La Rijana, las aguas transparentes de La Herradura o los pequeños arenales escondidos entre los acantilados de Maro son solo tres estupendas opciones para disfrutar del mejor clima de Europa.   

URTA 

La urta es una especie de pez pariente del pargo y la dorada. Vive en el Atlántico, cerca de la costa y se alimenta de moluscos y bivalvos. Por eso tiene un sabor tan exquisito cuando cae en manos de un buen cocinero gaditano. Las Rejas, en la playa de Bolonia, es un estupendo sitio para probarla, pero hay otros muchos lugares en el litoral de la provincia de Cádiz donde disfrutar de este pescado, que muchos preparan a la sal y otros a la roteña. También hay otras opciones como el borriquete, las acedías, lenguado, sargo, mero, corvina o los sabrosos salmonetes de roca, con un sabor único. El mar en Cádiz, como también ocurre en Málaga, Almería y Huelva, regala al turismo su mejor sabor.  

VEJER DE LA FRONTERA 

Este bello pueblo de la provincia de Cádiz ha desarrollado una buena oferta turística en los últimos años, convirtiéndose en una de las referencias de su comarca. El calor del verano invita a pasar las horas de luz en la playa y, para eso, este municipio dispone de El Palmar, una amplia extensión de arena perfecta para olvidarse de todo. Dispone de numerosos chiringuitos y escuelas de surf para aprender a surcar las olas. Al atardecer, callejear por el casco urbano del pueblo permite ir descubriendo numerosos establecimientos de moda y restaurantes donde disfrutar de la gastronomía gaditana, que aquí conjuga perfectamente la carne del interior con el pescado de la costa. Las sabrosas propuestas de La Vera Cruz, el bonito interior de Las Delicias, el jardín de El Claustro, la carne de La Brasa de Sancho o las tapas de la Peña Flamenca son solo algunas opciones para saborear la noche gaditana.  

WARHOL 

El artista norteamericano protagoniza la muestra veraniega del Museo Picasso Málaga. Warhol, el arte mecánico es una exposición que da a conocer la multitud de facetas creativas del creador a través de pinturas, esculturas, dibujos, serigrafías, instalaciones audiovisuales, películas, portadas de discos, revistas, objetos y material fotográfico y sonoro, entre otros. Estará hasta el 16 de septiembre y es una gran oportunidad para, de paso, acercarse a alguno de los demás museos malagueños. El demandado Museo de Málaga, el Pompidou o el Museo Ruso son algunos ejemplos, como también otras pequeñas joyas menos conocidas como el Museum Jorge Rando o el Museo del Vidrio y el Cristal.  

XANTY ELÍAS 

Nacido en 1980, este cocinero onubense forma parte de esa generación que tanto está dando que hablar. Acanthum, su restaurante, es el único con estrella Michelín de la provincia de Huelva de los 16 que poseen este reconocimiento en toda Andalucía. Benito Gómez en Bardal (Ronda), Paco Morales en Noor (Córdoba) o Ángel León en Aponiente (Puerto de Santa María) y Alevante (Chiclana) son algunos de los otros nombres propios de la cocina andaluza.  

YEMAS DEL TAJO 

A base de huevo, azúcar y agua, las yemas del tajo se han convertido en una de las sabrosas excusas para visitar la ciudad de Ronda. Este dulce es tan solo uno de los muchos típicos que existen en la geografía andaluza: torrijas, pionones de Santa Fé, la poleá de Cádiz o el pan de higo son solo algunos de ellos que bien merecen, por sí mismos, excursiones. Incluso en verano. 

ZAHARA DE LOS ATUNES 

El verano es otra cosa en Zahara de los Atunes. Incluso en temporada alta, cuando llegan miles de personas dispuestas a acabar con la tranquilidad de esta pequeña aldea de pescadores. Con el atún como principal atractivo, la localidad se ha convertido en toda una meca gastronómica que se puede disfrutar en locales como Ramon Pipi, Restaurante Antonio, Trasteo, Casa Juanito, El Vapor o La Taberna de El Campero, entre otros muchos. Por supuesto, la infinita y tranquila playa de El Retín, la salvaje Cala de los Alemanes o el bonito paseo hasta El Cañuelo son visita obligada para refrescarse si el fuerte levante o el frío poniente lo permiten.   

Botijo de La Rambla: la nevera ecológica perfecta

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Con la sabiduría que le dan décadas de experiencia, Álvaro Montaño trata con delicadeza la arcilla. La acaricia suavemente. Y transforma un kilo de barro en un botijo en apenas unos minutos. Con minúsculas y precisas herramientas y, sobre todo, la acción de sus manos, modela la tierra, que toma forma como por arte de magia. Pero aquí no hay trampa ni cartón, no hay truco. Todo depende del conocimiento heredado, de la pasión por hacer las cosas bien y el dominio de un torno que ya casi es una extremidad más de este artesano.

"Yo veía a mi padre trabajar desde muy pequeño y ya con ocho o diez años empezaba a ayudar después del colegio", cuenta Montaño, que junto a su hermano Antonio lidera la alfarería tradicional Álvaro Montaño. "Llevamos toda la vida aquí", subrayan. 

Ubicado en el municipio de La Rambla (Córdoba) y creado en 1968, este taller es prácticamente el único que mantiene la elaboración artesanal del botijo en La Rambla junto al de Antonio Reyes. Se trata de uno de los productos más típicos de esta localidad cordobesa a la que, de hecho, se le conoce como la ciudad alfarera: cuenta con más de 40 empresas dedicadas a la cerámica.

Basta pasear por sus calles para observar mil y un carteles de venta de estos productos. También hay un Museo de la Cerámica donde conocer de cerca la tradición y la historia de la alfarería local, que se remonta a hace 4.000 años, aunque tuvo su mayor auge a partir del siglo XV. 

La clave es la arcilla que se puede encontrar fácilmente en el subsuelo de la zona, perfecta para la elaboración de botijos por su porosidad. Una característica que permite al botijo sudar y que el agua que permanece en el interior quede fresca. Concretamente, a unos 10 grados menos que la temperatura ambiente. "Y no sabes cómo se agradece en sitios como éste", cuenta Montaño por las altas temperaturas que vive la provincia cordobesa cada verano. 

Varios camiones de esta arcilla son los que tiene Álvaro Montaño extendidos en el patio de su taller. Allí la deja secar totalmente para, posteriormente, volver a humedecerla en unas pilas llenas de agua donde también se aporta un poco de sal común. "Es lo que hace que el barro tenga un color homogéneo al salir del horno", cuenta el alfarero, que indica que el cloruro sódico también aumenta la dureza al material.

Más tarde, la arcilla se extiende sobre el suelo para que pierda humedad durante un par de días, pasa dos veces por una máquina denominada galletera para ser tamizada y perder las impurezas y, finalmente, se almacena en un rincón oscuro y húmedo del taller.  

Es ahí donde empieza la verdadera esencia del trabajo alfarero. La de sentarse frente al torno durante horas e ir moldeando poco a poco la arcilla para que tome la forma deseada.

Los Hermanos Montaño fabrican con sus manos cántaros, jarras, cuencos, huchas, macetas, bebederos de animales o morteros, entre otros objetos. También botijas, que tradicionalmente han utilizado las gentes del campo para transportar su agua fresca pero que hoy se utiliza, sobre todo, para decoración.  

Sin embargo, el producto estrella es el botijo, que se vende en su mayor parte -alrededor del 90 por ciento- en distintos puntos de Andalucía. El resto, en España y excepcionalmente en el extranjero. En total, fabrican anualmente entre 8.000 y 9.000 botijos. Y los elaboran de distintos tamaños, que van desde los 0,5 litros de capacidad del más pequeño a los ocho litros de mayor. "Aunque el tradicional es el mediano, de cuatro litros y medio ", cuenta el artesano. Eso sí, antes de estar listos para usar deben pasar 36 horas por un horno que alcanza los 1080 grados de temperatura.

 

Bajo la mirada de su padre, fundador de la alfarería ya jubilado y que de vez en cuando pasa por el taller para seguir de cerca sus evoluciones, Álvaro Montaño cree que no habrá relevo generacional y en unos años su oficio habrá desaparecido. "Ya nadie lo aprende", subraya mientras enumera las ventajas que deberían permitir que el botijo estuviera viviendo una nueva época dorada: "Es una nevera ecológica perfecta: no usa electricidad, refresca en su justa medida y es una perfecta alternativa al plástico que tanto contamina".  

A pesar de sus bondades, el negocio va cayendo lentamente. "Hace 50 años aquí había 30 talleres de botijos y hasta una cantera, pero la llegada del plástico, las neveras y otras circunstancias ha ido haciendo que tenga cada vez menos tirón comercial", explica el alfarero mientras se limpia las manos de barro y saca el botijo recién realizado al patio para que se seque al sol durante algo más de una hora. Entonces será el momento de añadirle los denominados avíos: la boca, el asa y el pitorro por donde se beberá el agua. Un refrescante placer con origen en La Rambla. 

 

Siete playas increíbles de Andalucía que no conocen los turistas

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Andalucía cuenta con más de 800 kilómetros de costa y centenares de playas. Muchas son más que conocidas, pero el litoral andaluza también esconde joyas menos conocidas y que son auténticas maravillas naturales. Nos paseamos por algunas de ellas.

El Cañuelo · Tarifa

Aunque técnicamente esta playa pertenece a Tarifa, el principal acceso a la playa de El Cañuelo parte desde Zahara de los Atunes. Llegar hasta ella supone un pequeño esfuerzo a modo de caminata. Primero hay que ascender a pie hasta el faro de Camarinal -donde es obligatorio detenerse a respirar y disfrutar de la panorámica- y, después, desde ahí recorrer un pequeño sendero que desciende entre lentiscos, sabinas y enebros costeros. Un cuarto de hora largo después se llega a esta playa que debe su nombre a un pequeño arroyo que desemboca en su orilla durante la época de lluvia.

Este medio kilómetro de arena dorada está rodeada de pinares donde se puede encontrar la calma y disfrutar de un gran día de playa. En sus laterales también dispone de pequeñas calas, accesibles según las mareas. Las ruinas de un viejo búnker dan el toque exótico a este paraíso gaditano. También se puede llegar a través de un sendero que parte desde la playa de Bolonia rodeando la zona militar y que se puede completar en alrededor de una hora.

 

Peñón Cortado · Cuevas del Almanzora

Entre las localidades almerienses de Villaricos y San Juan de los Terreros hay una carretera que podría estar sacada de una isla balear o algún que otro paraíso mediterráneo. Parece marcar la frontera que hay entre el desierto y el mar y, junto a ella, se despliegan paisajes de aguas esmeraldas donde se esconden algunas diminutas calas. Entre ellas destaca la denominada Peñón Cortado, una de las más vírgenes y salvajes de la zona. Otro de esos lugares donde simplemente relajarse y dejar pasar el tiempo ya se asemeja a la felicidad.

Está casi oculta desde la carretera y es de complicado acceso, aunque el coche se puede aparcar bastante cerca. Posee apenas un centenar de metros de arena y está encajada entre acantilados, que ofrecen sombra para refugiarse del abrasador sol veraniego. No hay que olvidar las gafas de bucear para zambullirse y observar con detenimiento la fascinante vida existente alrededor de los fondos marinos repletos de posidonia.

 

Cala del Pino · Nerja

Aguas de tonalidades turquesas y transparentes bañan esta cala ubicada en el Parque Natural Acantilados de Maro - Cerro Gordo, a las afueras de Nerja. Esta zona del litoral malagueño acoge las playas más cristalinas y fondos marinos más ricos de toda la provincia, pero las dificultades  en el acceso y la falta de servicios hace que no estén especialmente concurridas, sobre todo comparadas con otras áreas de la Costa del Sol.

La Cala del Pino es un buen ejemplo de ello. Dispone de dos espacios con plazas de aparcamiento junto a la carretera N-340. Y, para acceder a ella, hay que descender por una serie de senderos con cierto desnivel, lo que invita a acudir con calzado deportivo. Durante el recorrido es habitual cruzarse con chicharras que luchan contra el calor posadas en palmitos, lentiscos y aulagas. La tranquilidad que se encuentra en la orilla hace que esta pequeña excursión merezca totalmente la pena. No hay que olvidar las gafas de buceo para disfrutar -con respeto- de la intensa fauna y flora de los fondos marinos de este paraje.

 

Cala de San Pedro · Níjar

Levantar la mirada tras una buena siesta en la orilla de Cala de San Pedro puede hacernos dudar. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Dónde estamos? Su relativa lejanía de la civilización y el desértico entorno son dos de sus principales características. Como también los curiosos acantilados de color blanco que la protegen y el viejo castillo de San Pedro, del siglo XVI, cuya mera presencia aporta al entorno cierto aire solemne. Sin olvidar la pequeña comunidad hippie que allí pervive y hace rememorar otros tiempos.

En pleno Parque Natural de Cabo de Gata, sus aguas turquesas, la increíble vida marina bajo la superficie y la calma que suele presentar esta pequeña pero preciosa playa son, probablemente, un premio más que merecido para quienes decidan llegar hasta ella a pie. Hay que dejar el coche a las afueras de la localidad de Las Negras para, desde allí, emprender una caminata que supera la hora por un paisaje que es puro desierto, por lo que es más que recomendable llevar bastante agua. También existe la opción, para quienes no disfruten del senderismo, de llegar en barca. Previo pago, eso sí. 

 

Nueva Umbría · Lepe

El litoral onubense está repleto de playas que parecen infinitas: el final de sus arenales apenas se distingue en el horizonte. Una de ellas la playa de Nueva Umbría, un largo brazo de arena de más de 12 kilómetros que separa el último tramo del río Piedras de su destino final, el Océano Atlántico.

En pleno Paraje Natural de las Marismas del Piedras y Flecha del Rompido, esta playa es prácticamente virgen y a ella solo se puede llegar tras una buena caminata desde la playa de El Terrón (Lepe) o bien en ferry a través de las diferentes líneas que parten desde El Rompido. Su extensión permite encontrar espacios solitarios y, por ello, es también una de las playas preferidas por las personas que practican el nudismo.

 

La Rijana · Calahonda

Muy conocida para quienes residen cerca en poblaciones como Calahonda, Castell de Ferro o Carchuna, esta pequeña playa es toda una desconocida más allá de la costa tropical granadina. Más aún desde la inauguración de la autovía que une Motril con Almería, que ha evitado bordear todo este litoral a lo largo de la carretera N-340. Sin embargo, ya desde el asfalto se atisba lo que hay unos metros más abajo: una playa de aguas cristalinas, de exuberante naturaleza y perfecta para refrescarse o disfrutar de la vida submarina.

Se encuentra prácticamente a mitad de camino entre Calahonda y Castell de Ferro, muy cerca de un pequeño túnel que lleva su mismo nombre. Junto a la carretera existe un amplio parking para dejar el vehículo y, desde ahí, un camino desciende suavemente bajo el asfalto hasta desembocar en las pequeñas piedras que sustituyen a la arena. Una vez allí es el momento de disfrutar de una de las playas más bonitas de toda la costa andaluza. En verano suele haber un pequeño chiringuito.

 

Cala Barronal · San José

Oculta entre pitas y alguna que otra chumbera superviviente, esta bonita cala de apenas 250 metros de largo es un lugar único. No es fácil encontrar otro lugar similar, en el que bañarse prácticamente en solitario en aguas tranparentes junto a viejas formaciones de lava que llegan hasta el Mediterráneo. Quizás por todo ello la banda granadina Niños Mutantes le dedicara en 2014 una canción en su disco El Futuro.

Ubicada cerca de la playa de El Mónsul, su acceso a pie a través de senda de cerca de un kilómetro le permite gozar de bastante serenidad. Algo que aprovechan muchas personas que la visitan para disfrutar con tranquilidad de la práctica del nudismo. Arenas oscuras y aguas calmadas ayudan a saborear mejor esta playa, como también posibles paseos a las llamadas Calas del Barronal: pequeñas playitas sucesivas que se esconden en este tramo de litoral almeriense. 

Pulpo seco: el mejor secreto del bar El Paso

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A mediodía hay jaleo en el bar. Las cañas de cerveza pueblan la extensa barra. El equipo de camareros y camareras que atiende al personal se mueve de un lado a otro como rabos de lagartija. Es temporada alta y se nota. De vez en cuando, se escucha "una de quisquillas" o "una de caracoles". Pero hay una petición que sobresale por encima de todas. Cuatro palabras que en el bar El Paso se escucha sin descanso: "Una de pulpo seco". "Marchaaaando", responden desde la cocina.

Con las paredes repletas de nudos marineros, redes de pesca y timones de madera, este humilde bar de la barriada de San Antonio, en la zona norte de Motril, es conocido más allá de las fronteras andaluzas y nacionales precisamente por su pulpo seco. Allí lo prepara con mimo, tradición y sabiduría la familia de Francisco José Antúnez, propietario del local, quien cuenta que todo surgió gracias al consejo de un amigo de sus tíos.

"Ellos regentaban originalmente el bar cuando abrió en 1978. Y un amigo de Adra, donde es habitual el pulpo, les contó cómo hacerlo. Probaron, gustó mucho y se quedó para siempre", cuenta Antúnez en una de las mesas del establecimiento donde todas las personas que trabajan son familia: su hermano, su hija, su primo, su mujer...

Elaboración artesanal

Unos metros más arriba está el secreto. En dos habitaciones, decenas de pulpos pescados en el Mediterráneo cuelgan en perchas frente a dos ventiladores. Allí llegan tras ser congelados y puestos en salazón. Nueve horas después de que el viento les seque lentamente, el producto está listo. Ya sólo queda pasarlo unos minutos por la plancha para darle el toque definitivo. "Todo es elaboración casera, ahí está la clave", añade Antúnez. Con ella se alcanza un sabor único, salado, que invita a masticar el pulpo y saborearlo lentamente con cada bocado. Y un buen vino refresca el paladar.

En El Paso lo habitual es servirlo con un chorreón de aceite y algo de ajo picado, así como un acompañamiento a base de col. En tapa, media ración o ración entera. Incluso se puede pedir para llevar, ya sea seco o incluso pasado por la plancha. De una u otra manera, cada día se sirven en este local entre 30 y 40 kilos de pulpo seco, una cifra que asciende los fines de semana.

Más allá del cefalópodo, la carta del restaurante motrileño está repleto de delicias mediterráneas. La principal, las famosas quisquillas de Motril, otro de los productos estrella de la localidad granadina. Pero también hay opción de completar el menú con cigalas o navajas a la plancha, anchoas con guacamole, espichás (boquerón seco) con huevos fritos a la motrileña o un vaso de caña repleto de caracoles denominado 'Cañita brava'. También patatas asadas, que se sirven recubiertas con ensaladilla o mojo picón.

Arte las 24 horas del día en Genalguacil

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Pablo y Julia pasean por las callejuelas de Genalguacil. Durante la caminata escuchan a las personas que residen en el pueblo. Hay quien les hablan del tiempo, del calor, de la necesidad de llevar agua a las bestias. También quien pasa junto a ellos con una olla repleta y se explica sin pregunta previa. "Es que hoy llevo la comida a mi hermano y comemos juntos en su casa", les dice. Otra veces, esta pareja de artistas se sientan en uno de los escalones de las muchas cuestas del pueblo y se dejan llevar por las conversaciones que las vecinas desarrollan a la sombra. O de lo que dicen los hombres sentados en uno de los bancos junto al mirador. Y muchas de las palabras, frases o ideas quedan plasmadas en un pequeño bloc lleno de bocetos. "Esa información es nuestro punto de partida, con un concepto que siempre tiene que ver con el tiempo, con cómo transcurre en un pueblo", cuenta Julia.

Ella es Julia Fuentesal y es onubense. Él, Pablo Muñoz de Arenillas y es gaditano. Ambos forman Fuentesal & Arenillas y son dos de los artistas seleccionados en los Encuentros de Arte de Genalguacil que se celebran estos días en este precioso pueblo del Valle del Genal, en la provincia de Málaga. Con mayoritaria presencia femenina, en total son 13 las personas que participan en la edición de 2018, una selección que aúna a creadores con una consolidada carrera y otros que, a pesar de su juventud, gozan de una trayectoria reconocida. Y han sido seleccionados entre 137 propuestas que se han recibido de países  como Estados Unidos, Portugal, Alemania, Argentina, Italia, India o Suecia, además de España.

Los elegidos están en Genalguacil desde la tarde del pasado 31 de julio y allí permanecerán, trabajando en sus proyectos, hasta el 15 de agosto. La jornada empieza cada mañana, cuando todos los artistas desayunan juntos en el pub Cabry unas tostadas, café y zumos sobre las nueve de la mañana. Desde ahí se distribuyen a los espacios asignados para sus trabajos, pero pronto vuelven a reencontrarse, porque la residencia artística también está pensada como convivencia: el equipo también almuerza y cena junto. Comidas que realizan de manera equitativa en los distintos restaurantes del pueblo durante su estancia que les permite conocer la gastronomía local, relacionarse con sus vecinos temporales e inmiscuirse cada vez más en el día a día del pueblo.

Convivencia artística y vecinal

Hay dos espacios principales de trabajo: el colegio rural Almazara y una nave sobre la cooperativa de castañas. Mientras junto a la cooperativa Álvaro Albadalejo, Eugenio Rivas y el equipo formado por Alegría & Piñero dan forma a sus trabajos, en el gimnasio del centro educativo, Fuentesal & Arenillas componen su obra: un cuadríptico formado por cuatro dibujos elaborados con crayones que surgirá de analizar el material obtenido de sus conversaciones y paseos por la localidad.

No son los únicos en este lugar: a unos metros Violeta Niebla y Alessandra García preparan su intervención artística y la fotógrafa Noelia García Bandera se adentra en un territorio poco conocido para ella gracias a su proyecto Natural Background, basado en la idea de la fotografía como fondo pictórico y que se aprovecha de los estupendos paisajes naturales de Genalguacil. "Yo siempre he trabajado con personas, con retratos, y esta es una oportunidad para salir de mi zona de confort. Es lo que te permiten encuentros tan interesantes como este", asegura la malagueña, que se muestra contenta por cómo se desarrolla el día a día. "Al final todos estamos involucrándonos en las obras de los demás. Es muy enriquecedor", concluye.

El buen ambiente entre artistas también se extiende a su relación con las poco más de 400 personas que residen en Genalguacil, aunque en verano son unos cuantos más por la llegada vacacional de los emigrantes y sus familias. Esa buena relación se puede comprobar también en las diferentes actividades que se desarrollan durante los quince días que duran los Encuentros de Arte. Las conferencias que imparten los propios artistas a son un buen ejemplo, pero también los tiempos de ocio, como las verbenas en la Plaza de la Constitución junto a la iglesia de San Pedro Mártir de Verona (y, curiosamente, el cementerio).

"La convivencia es excepcional. Hemos coincidido un grupo con una edad similar, todos andaluces y estamos aprendiendo mucho de las gentes de aquí", añade por su parte el sevillano José García Vallés, que prepara un trabajo denominado The sky twist con el que busca poner en contacto tiempos y espacios diferentes. Algo que hará con una pieza en forma de túnel geométrico y carácter industrial y tecnológico (en su interior habrá un vídeo y luces led). La pieza se ubicará durante un tiempo junto al río Genal para generar esa dualidad entre lo rural y lo moderno y, más tarde, podrá verse en distintos puntos de la localidad. 

Visitas culturales y naturales

"La experiencia está siendo muy rica. Y no sólo para los artistas, porque en el pueblo están encantados con su presencia. Me lo han dicho ya muchas de las personas que viven aquí", cuenta por su parte Arturo Comas, artista que este año tiene las funciones de coordinador de los Encuentros de Arte, siendo el enlace entre el equipo artístico, los servicios municipales, el vecindario e intentando dar solución a cualquier necesidad. "Ya sea encontrar una regadera para tal obra, coordinar los ventiladores para hacer frente al calor o atender a visitantes", asegura.

De hecho, son muchas las personas que estos días se acercan para ver la evolución de los trabajos del equipo de artistas, conversar, saber sobre sus trabajos, conocer las obras de ediciones anteriores y, de paso, disfrutar de uno de los pueblos más bonitos de la Serranía de Ronda y de sus estupendos parajes naturales, desde Los Reales de Sierra Bermeja a las rutas senderistas que le unen con localidades como Benarrabá. Son también espacios que Arturo Comas también enseña a los artistas, como otros rincones del pueblo y el entorno en los que pueden inspirarse o incluso ubicar sus obras. Su trabajo también incluye ponerles en contacto con herreros, artesanos, ceramistas o carpinteros locales que puedan participar en la producción de las piezas.

"Eso es parte muy importante de los Encuentros de Arte, la interconexión con lo local", añade Juan Francisco Rueda, que destaca que la iniciativa se hace "pensando siempre en los vecinos en primer lugar". "Todas las obras van ligadas al pueblo, al entorno, a sus gentes. Por eso es un proyecto único, porque esos trabajos no podría desarrollarse de la misma manera en otros lugares", subraya quien además de crítico y docente de Historia del Arte en la Universidad de Málaga es jurado de los Encuentros de Arte de Genalguacil, asesor del proyecto y comisario de exposiciones específicas que se desarrollan en la localidad.

El día 15, a mediodía, será el momento de inaugurar la exposición de esta edición de los encuentros de Genalguacil donde se mostrarán todos los trabajos realizados por los artistas participantes. Pero antes, además, este próximo sábado 11 de agosto se inaugurará la exposición Territorios. A las ciencias sociales por el arte, en la que dialogarán los artistas Françoise Vanneraud y José Medina Galeote a través del dibujo y que utilizarán como motivos principales el paisaje, la historia y asuntos variados de carácter social relativos al entorno del Valle del Genal como la despoblación, el éxodo rural o el envejecimiento de la población.

"Un proyecto pequeño, pero no menor"

"Los Encuentros de Arte son un proyecto pequeño, pero no menor. Trabajamos con la misma seriedad que cualquier gran institución y lo que se genera tiene muchísimo valor", explica Juan Francisco Rueda. "Y no solo valor artístico, también genera mucho para el pueblo", subraya Rueda. De hecho, la puesta en marcha de un Museo de Arte Contemporáneo con muchas de las obras generadas en los últimos años, sumado a las piezas que se pueden encontrar en distintos puntos del municipio son ya un atractivo turístico que está acabando con la estacionalidad turística y dando opciones de futuro a jóvenes del pueblo.

Es una de las razones por las que el alcalde de Genalguacil, Miguel Ángel Herrera, no entiende la retirada de apoyo económico por parte de la Diputación Provincial de Málaga en una decisión que ha desatado una polémica en los últimos días y que ha obligado al equipo municipal a abrir una cuenta una abierto una cuenta de micromecenazgo en Goteo.org, con la que pretende obtener un mínimo de 30.727 euros.  "Ahora mismo la cultura es el motor económico de Genalguacil. La gente viene gracias a ello porque este pueblo está aislado, está lejos de las capitales. Y es una excusa perfecta para venir, además de la tradición y la naturaleza", cuenta Herrera.

El regidor subraya que los Encuentros de Arte son ya parte esencial de la vida en la localidad y que está consiguiendo algo importante: fijar a la población en el municipio. "La iniciativa está permitiendo el mantenimiento de negocios, la llegada de inversión, la revitalización del pueblo", destaca el alcalde, que insiste: "es increíble que la Diputación no vea cómo los encuentros están cambiando Genalguacil". Basta dar un paseo por allí estos días para entender que sus calles respiran arte. 

Una noche para soñar: Las Perseidas llenan el cielo andaluz

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Son restos de un cometa que pasó hace mucho tiempo. Partículas minúsculas que viajan por el universo. Pero cada año hacen las delicias del ser humano, fascinado por esas estrellas fugaces que iluminan el cielo oscuro del verano al chocar contra la atmósfera. Son las Perseidas, conocidas popularmente como Lágrimas de San Lorenzo, que cada mes de agosto revolucionan a los amantes de la astronomía.

Y para disfrutar de este fenómeno 2018 es casi perfecto: la luna nueva alrededor del 11 y 12 de agosto, las noches con mayor número de Perseidas hará que el cielo esté prácticamente oscuro en su totalidad y se puedan ver muchas más luces cruzando el cielo que en otras ocasiones. Así que la oportunidad es única. Y, para disfrutarla en su totalidad, lo mejor es hacerlo en lugares altos y alejados de todo: la ausencia de contaminación lumínica permite una mejor observación. Te proponemos algunos de los muchos lugares que, en Andalucía, reúnen buenas condiciones para disfrutar de este fenómeno. Y, de paso, pedir varios deseos. Quizás se cumplan.

El Torcal

No siempre es posible ver las estrellas en una ciudad que forma parte de la red de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Es un aliciente más para que el Torcal de Antequera sea uno de los mejores lugares de toda Andalucía para disfrutar de la lluvia de estrellas. A más de 1.300 metros sobre el nivel del mar y con escasa contaminación lumínica, a él acuden cada año cientos de personas para disfrutar de una noche diferente.

Además, la cita es referencia debido a las actividades programadas por el Observatorio Astronómico del Torcal, que en colaboración con Aula del Cielo organiza la observación astronómica de las Lágrimas de San Lorenzo, un clásico ya de las noches "torcaleñas". Una excelente ocasión para aprender sobre astronomía, ya que además de las estrellas se podrán observar galaxias, nebulosas o cúmulos de estrellas gracias a potentes telescopios.

Este año habrá actividades el sábado 11 de agosto, el domingo 12 y lunes 13. Y quien quiera participar debe reservar su plaza en este enlace. Por su puesto, El Torcal es amplio y la observación también puede realizarse de forma libre. Eso sí, es importante llevar un aislante para el suelo y un buen abrigo: las noches en este laberinto kárstico refrescan mucho más de lo que parece incluso en verano.

También en Málaga, la agencia AstroÁndalus organizará el 11 de agosto una noche de observación en las proximidades de Alfarnatejo, en la comarca de La Axarquía.

Sierra Nevada

El punto más alto de toda Andalucía es, por supuesto, uno de los mejores para la observación de las estrellas. Por ello, Sierra Nevada es uno de los lugares más interesantes de la comunidad para disfrutar de las Perseidas. En este caso, durante la noche del 11 de agosto el telecabina de Borreguiles se abrirá de 21.30 a 1.45 horas para que los amantes de este fenómeno puedan disfrutar de la mejor manera posible de él a más de 2.700 metros de altitud.

Esa noche se organiza una actividad familiar dirigida por el Instituto de Astrofísica de Andalucía, que se puede reservar en este enlace. Habrá juegos para los más pequeños, charlas sobre astronomía y, también, observación a través de telescopios en Borreguiles. No habrá nieve, pero sí bastante frío, así que no hay que olvidar el abrigo. Por si acaso, la actividad incluye chocolate caliente y picnic.

Playas de Cádiz

Aunque también hará falta una buena prenda de abrigo para no tiritar, son muchas las playas de la provincia de Cádiz a las que acercarse para sorprenderse con las Lágrimas de San Lorenzo. Muchas asociaciones y clubs de astronomía han organizado observaciones de este fenómeno para las noches del 11 al 13 de agosto, que son las de mayor actividad de meteoros.

Así, por ejemplo, el Centro de Visitantes del Parque Natural Bahía de Cádiz organiza una velada astronómica el día siguiente, viernes 12 de agosto, a partir de las 20.30 horas. Mientras, la empresa de turismo rural Genatur realizará una actividad que combina el senderismo nocturno por la Punta del Boquerón, en San Fernando y dentro del Parque Natural Bahía de Cádiz, con la observación de las Perseidas. En este caso será el viernes 10 de agosto. 

También en la provincia gaditana, el equipo de la Agrupación Astronómica de Cádiz 'Hércules' ha previsto un evento con una serie de actividades relacionadas con la lluvia de estrellas para la noche del domingo 12 de agosto. La cita será en la Playa de Cortadura, delante del Parking de Caravanas y el chiringuito "El Salado", a partir de las 23:00 horas. "Ahí será el punto de encuentro para bajar a la playa donde nos situaremos para la observación y la realizados de los talleres", cuentan desde la asociación. Se recomienda llevar ropa cómoda, algo de comer, agua, toalla o hamaca de playa para poder tumbarse en la arena "y poder observar la bóveda celeste con más comodidad".

Por supuesto, también existe la posibilidad de pasar una velada más tranquila acudiendo a otras playas donde la observación también reúne condiciones idóneas. Para ello, es recomendable acudir a costas como las de Camposoto, en San Fernando, o todo el litoral cercano al Parque Natural de La Breña y Marismas de Barbate: allí te esperan las playas de Zahora, El Palmar o Trafalgar. Y, más allá del litoral, el Parque Natural de Los Alcornocales es también otro punto ideal para disfrutar de las Perseidas.

Sierra de Cazorla

El Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas también reúne las condiciones para observar de la mejor manera posible el cielo nocturna: baja densidad de población, escasa contaminación lumínica, gran altitud media con zonas que superan los 2.000 metros sobre el nivel del mar y una importante estabilidad atmosférica. Este año, por ejemplo, el centro de ocio y turismo activo El Tranco, ofrece un paseo en barco solar hacia una zona con poca contaminación lumínica, donde sus guías orientarán la observación de las estrellas, bajo las cuales se ofrecerá un picnic.

Otro punto interesante en la provincia jiennense es el Sierra Sur de Jaén, concretamente el paraje de La Pandera, donde se ubica una antigua base militar y que es el rincón perfecto para observar las estrellas.

Almería 

Al norte del desierto de Tabernas se encuentra el Observatorio astronómico hispano-alemán de Calar Alto, con unas instalaciones operadas por el importante Instituto Max-Planck de Astronomía de Alemania y el Instituto de Astrofísico de Andalucía, dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Allí se ha organizado, la noche del 10 de agosto, una actividad titulada 'Descubre el Cielo de Calar Alto' organizada por Azimuth Spain, que también viajará a la zona en otras fechas de agosto y septiembre. En el mismo lugar, pero el día 14 de agosto, la asociación Faro de Murgi organiza una visita guiada a las instalaciones que contará con el asesoramiento de astrónomos y diversas observaciones del cielo. 

Pero en Almería habrá otras muchas actividades en diversos municipios. La asociación Pies Grandes se subirá la noche del 11 a la Sierra de los Filabres, día en el que Subparke Escullos propone una etapa senderista e interpretación de las estrellas en Cabo de Gata. Mientras, las noches del 12 y 13 de agosto se podrán ver las perseidas en el Castillo de San Juan de los Terreros gracias a la actividad organizada por Isla de los Terreros y el domingo 12 también se podrá hacer lo propio en el castillo de Huércal Overa gracias a la iniciativa municipal. El mirador del Calvario en Garrucha o la Ermita de San Miguel en Dalias son otros puntos donde se realizarán actividades.

Otra de las mejores opciones es acercarse hasta la costa y lugares como El Playazo, en Rodalquilar, para disfrutar de las estrellas con el rumor de las olas como sonido de fondo.

Puntos por toda Andalucía

La Sierra de Aracena, en Huelva, es otro lugar perfecto para disfrutar de los meteoros en los días cercanos al 11 de agosto. Lugares como el embalse de Aracena o los alrededores de Castaño del Robledo (el municipio más alto de este parque natural) son los ideales para la observación.

En la costa onubense la asociación Platalea organiza diferentes observaciones desde el 11 al 13 de agosto en distintos puntos de la costa de Isla Cristina, Mazagón y Punta Umbría. 

En Sevilla, la asociación Astronomía Sevilla se adentra en el Centro de Visitantes El Berrocal de Almadén de la Plata, en pleno Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla para dar a conocer el origen de las lluvias de estrellas, cómo se estudian y la mejor forma de observarlas. Habrá charla, cena y un entorno perfecto para ver las Perseidas

En Córdoba, también se han organizado diversas rutas para disfrutar de las Perseidas. Una de ellas se realizará en la aldea de Fuente Obejuna. Organizada por la la Asociación Astronómica de Piconcillo con la colaboración de la Red Andaluza de Astronomía y el Ayuntamiento de Fuente Obejuna, permitirá una estupenda observación del fenómeno en el campo de fútbol municipal a partir de las 22.00 horas.

 


El Parque Minero de Riotinto recupera las visitas a Peña de Hierro tras el incendio y ofrece varias rutas

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De este modo, pese al tremendo impacto que el fuego de principios de mes tuvo sobre este paraje único, en poco más de una semana se ha podido conformar un nuevo recorrido que permitirá a miles de personas acercarse a conocer tanto el entorno natural del nacimiento del río Tinto como la singular historia minera de la zona.

El incendio que los pasados 2 y 3 de agosto arrasó los alrededores de Nerva, con especial incidencia en el cerro del Padre Caro y el paraje de Peña de Hierro, afectó a la Galería Santa María, uno de los elementos principales del Parque Minero de Fundación Río Tinto, que en 2017 fue visitada por más de 60.000 personas, ha informado la fundación en una nota.

La galería de 200 metros de longitud que accede al mirador situado en el interior de la corta minera, al nivel de la lámina de agua, necesitará al menos tres meses para volver a estar operativa.

Sin embargo, tanto el Centro de Visitantes que Fundación Río Tinto abrió al público el pasado 16 de julio, como el malacate y otros bienes patrimoniales del entorno pudieron salvarse de las llamas, lo que hace posible --tras algunos ajustes y pequeñas reparaciones-- diseñar un nuevo recorrido que satisfaga las expectativas de todas las personas interesadas, que en verano se multiplican. Cabe recordar que en agosto del año pasado el Parque Minero recibió más de 9.700 visitas.

Así, desde el próximo jueves el Parque ofrece un atractivo paquete que consta de una visita guiada al Centro de Interpretación, la subida al mirador exterior situado en la parte superior de la corta minera a cielo abierto, desde el que se aprecia el conjunto del enclave en todo su esplendor y un recorrido por las antiguas instalaciones del malacate del pozo maestro, donde los visitantes podrán familiarizarse con los trabajos y técnicas propias de la minería de interior.

Los horarios pueden consultarse en la web www.parquemineroderiotinto.es y se han organizado de modo que sean compatibles con el resto de los puntos incluidos en el Parque, como el Museo, el Ferrocarril turístico y la Casa 21 del barrio inglés de Bella Vista, en Minas de Riotinto.

REHABILITACIÓN DE PEÑA DE HIERRO

El complejo industrial minero de Peña de Hierro --zona en la que hay labor minera documentada desde la época romana-- pasó en 1987 a formar parte de los activos de Fundación Río Tinto, cuya actividad principal es la restauración y rehabilitación de patrimonio minero en la Cuenca Minera y su posterior puesta en servicio turístico, tarea que viene desarrollando desde mediados de los años 90 del siglo XX con la colaboración de diversas instituciones públicas entre las que destacan la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial de Huelva.

Tras más de diez años de trabajo continuado fue posible poner en servicio turístico Peña de Hierro en noviembre de 2004 y además la importancia del patrimonio minero conservado fue reconocida con la declaración de Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Patrimonial por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en 2012.

A su vez, la importancia medioambiental de Peña de Hierro fue refrendada con la declaración de Paraje Natural Protegido también en 2005, y reforzada con la declaración en 2010 del Monumento Natural Montera de Gossan.

Tras la apertura al público con el túnel Santa María y salida al mirador en el interior de la corta como principal atractivo continuó la labor de rehabilitación, precisamente con los elementos que desde esta misma semana formarán parte del nuevo itinerario de la visita a Peña de Hierro, el Centro de Interpretación, levantado a partir de un conjunto de edificios denominado Grupo Pilones, la Casa de Máquinas del malacate o castillete del pozo maestro y el propio malacate, que se recuperó durante 2006 y 2007.

Esta acción permitió también restablecer el 'skyline' característico de Peña de Hierro además de contextualizar las instalaciones mineras haciendo más comprensibles las diversas labores que en ella se realizaban.

El malacate original, levantado en 1904, fue desguazado en 1985 para aprovechar la madera de rija con la que estaba construido, mientras que el malacate actual es una reproducción in situ realizada con los planos originales y con madera de similares características y con unas dimensiones de 12 metros de altura por ocho de base por 3,80 metros de ancho.

Andalucía asiste como destino protagonista de turismo ornitológico a una feria de aves en Inglaterra

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Andalucía asiste como destino protagonista a la British Birdwatching Fair 2018 (feria británica de observación de aves), que se celebra desde este jueves y hasta el domingo en el condado inglés de Rutland, donde el consejero de Turismo y Deporte, Francisco Javier Fernández, participa en la tarde de este jueves en el acto de inauguración de la que ha considerado.

Fernández ha valorado la importancia para Andalucía de participar en esta cita anual y las enormes posibilidades de crecimiento de este segmento que atrae a 400.000 personas al año a Andalucía, un destino que ofrece a los visitantes cuya principal motivación es el avistamiento de aves una "oferta extraordinaria con experiencia y calidad".

En esta edición de la feria, la actividad de Andalucía estará centrada en Sevilla y su oferta ornitológica, para lo que se presentará a profesionales y visitantes una guía de aves de la provincia, según ha informado la Consejería en un comunicado.

Igualmente, el Parque Nacional de Doñana contará con un protagonismo especial y será uno de los principales reclamos del destino por ser una referencia mundial para el turismo de naturaleza.

Asimismo, en el expositor andaluz estarán presentes cerca de una veintena de participantes entre empresas y entidades especializadas en este segmento de toda la geografía andaluza, con el objetivo de dar a conocer la oferta y captar nuevos clientes.

La British Birdwatching Fair, que celebra este año su XXX edición, "es la feria más importante de Europa en el segmento ornitológico", según ha señalado la consejería, y cuenta con la presencia de más de 90 destinos y 300 expositores, estando prevista la asistencia de más de 20.000 personas.

Según ha subrayado Fernández, el turismo ornitológico "es una actividad sostenible generadora de riqueza y empleo", por lo que las empresas de la región "tienen la oportunidad de aprovechar la posición de Andalucía como destino líder nacional en este segmento".

Así, el consejero ha apuntado que los últimos informes realizados sobre la materia indican que esta actividad genera en todo el mundo unos 78 millones de viajes al año que aportan ingresos superiores a los 70.000 millones de euros, cifras que certifican que se está convirtiendo en uno de los principales flujos de viajeros para determinados destinos.

Andalucía es la primera región de España receptora de turistas motivados por el turismo ornitológico, con una cuarta parte del total nacional, contando con numerosas áreas excepcionales para esta práctica y dos de las zonas más preciadas de Europa en términos de biodiversidad, Doñana y el Estrecho de Gibraltar.

El turismo ornitológico atrae cada año a la comunidad a 400.000 personas, consolidándose como un producto al alza que contribuye además al desarrollo turístico sostenible, ya que estos viajeros suelen realizar un itinerario responsable que ayuda a conservar el medio ambiente y muestran interés por la cultura local.

Además, Andalucía cuenta con alrededor de 150 espacios naturales protegidos que suman 3,3 millones de hectáreas, superficie a la que hay que sumar unas 60 Zonas de Especial Protección para Aves (ZEPA) y 190 Lugares de Interés Comunitario (LIC). Estos espacios albergan en conjunto a más de 300 especies.

De la gamba blanca a la gamba roja de Garrucha: pescados y mariscos para comerse el mar de Andalucía

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De la gamba blanca de Huelva a la gamba roja de Garrucha, pasando por el malagueño espeto de sardinas, el mar andaluz, atlántico y mediterráneo, ofrece al comensal delicias para todos los gustos. En Andalucía se pescan cada año más de 70.000 toneladas de pescados y mariscos, con un valor que supera los 300 millones de euros, según los datos de la Consejería de Agricultura y Pesca. Se dedican a la pesca profesional cerca de 1.500 embarcaciones, que cada día descargan en las lonjas de Punta Umbría, Isla Cristina, La Caleta o Adra miles de toneladas de pescado y marisco fresco, listo para desembarcar en los platos de los cientos de los restaurantes y chiringuitos de la costa.

Pero no es lo mismo la pesca en el Atléntico Sur, que en el Mar de Alborán, en Huelva que en Almería. Aquí hemos seleccionado lo más granado de cada lugar. Los pescados y mariscos que no debes perderte en cada punto de la costa andaluza. Como de cualquier otro lugar, esta selección es subjetiva. Estas son nuestras debilidades, pero valen otras. Ahí van:

De Huelva, gambas blancas y acedías

Podríamos haber elegido los chocos, las coquinas o las pijotas, pero nos hemos quedado con la gamba blanca porque, como dice Miguel Ángel, propietario del chiringuito La Cabra en Isla Canela, es "nuestro jamón del mar". Se la distingue por su franja blanca en la cabeza, y pocos dudan de que sea el producto marisquero estrella de la provincia. Algunos puertos, como el de Isla Cristina, prácticamente viven de la gamba. Se la recoge cerca, apenas a unas millas de la costa, y basta cocerlas menos de un minuto. Después, directas a un recipiente con hielo y salmuera. Y a chuparse los dedos.

La acedía es un pescado muy parecido al lenguado, jugoso y muy plano, que suele prepararse frito. Como abunda en la región suratlántica, es un clásico de los bares y chiringuitos onubenses. La acedía es un pez de fondo, de los de arrastrarse por el fango. Por eso se la pesca al trasmallo, un arte de pesca ideal para salmonetes, lubinas, doradas, sargos y otras especies de fondo. Abunda de octubre a enero, especialmente en los puertos de Huelva, Bonanza, Chipiona, Cádiz y El Puerto de Santa María, que extraen casi toda la producción total andaluza.

De Cádiz, las ortiguillas

Ostiones, erizos, el atún rojo de almadraba (que merece un artículo aparte, como el que le dedicamos aquí), los camarones… Hay tanto y tan variado que elegir en Cádiz es casi delito. Aquí hemos optado por las ortiguillas porque hay pocos platos más especiales. Este bocado de mar bajo una capa de rebozado es, en realidad, una anémona, aunque en lo culinario entra en la categoría de marisco. Un poco por eso, a la ortiguilla se la ama o se la odia.

Dice Tino, segunda generación en Casa Tino, en pleno barrio de La Viña, que la ortiguilla es un marisco "mu jodío de preparar", con muchos detalles que tener en cuenta para que salga bien. Esto es: crujiente por fuera y jugosa por dentro. Hay que lavarlas una a una, quitarles pequeñas piedras y algas y trocearlas. Luego enharinarlas, con harina de punta de sémola, y freírlas a ciento ochenta grados con aceite siempre bien limpio.

Antes de pasar por una cetárea, la ortiguilla se recoge en Cádiz, Algeciras o Málaga, aunque en invierno puede proceder también del norte, porque en el Mediterráneo se aplica una veda. "Ahora todo el mundo quiere poner ortiguillas", resalta Tino, para explicar que en los últimos tres o cuatro años están de moda y claro, no es fácil conseguirlas.

De Málaga, el espeto de sardinas y el boquerón

No hay duda. Nada menos que 7.000 toneladas de sardinas (siete millones de kilos) se pescaron en Andalucía en 2017, con un valor total de venta en lonja de 12,88 millones de euros. Porque la sardina es bien rica pero es, además, un pescado barato: se vendió, de media, a 1,83 euros el kilo.

El espeto es algo más que un manjar. Es, incluso, candidato a patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad. Lo reconozca o no la Unesco, no hay duda es de que el espeto es un arte, como te contamos en este reportaje. Lo básico es que hay que saber es que está incomparablemente más rico en los meses sin r (de mayo a agosto), cuando tienen toda su pringue, pero hay mucho más: las brasas deben ser de olivo para evitar el humo; preferentemente, la sardina debe ser manolita, la especie que abunda en la costa malagueña; el ensarte debe hacerse justo por detrás de la espina, para evitar que se deshaga o caiga a la lumbre; la espina mirando a la brasa y a barlovento; la inclinación, la justa para que no se seque la pieza….

El espeto requiere tal pericia que el oficio de espetero es muy demandado, especialmente en verano. "Tengo 49 tacos, y aprendí con 23… Aquí hay niños que con nueve años te hacen un espeto. Esto no se va a perder", nos decía Juani hace un año.

El espeto es, además, pura identidad malagueña. "Es una manifestación y un saber tradicional de la gente marenga que se transmite de padres a hijos", explica Javier Lima, impulsor de la candidatura a patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. La Comisión de Cultura del Senado aprobó una declaración institucional de apoyo a la candidatura, que se presentará formalmente ante la Junta de Andalucía. Será la administración autonómica quien la eleve o no al Ministerio de Cultura, y de ahí pasará a la Unesco.

Sólo la popularidad del espeto destrona en Málaga al boquerón (5.746 toneladas en Andalucía en 2017), otro pescado que más que un pescado es un símbolo, hasta el punto de identificar al malagueño. Sin embargo, el auténtico boquerón malagueño, el victoriano, es cada vez más escaso. Échele la culpa a la mayor temperatura del agua, la contaminación, la mayor salinidad del mar y, claro, a la sobrreexplotación.

De Granada, la quisquilla de Motril

Es la gamba con sello granadino. Este pequeño crustáceo es el rey de la Costa Tropical. En torno a la mitad del total de quisquillas andaluzas se comercializa desde la lonja de Motril, que inició a finales de 2016 los trámites para solicitar el reconocimiento de la Denominación de Origen. Dicen que es la cercanía de la montaña la que le da, por clima y características del rocoso fondo marino de la costa granadina, su carácter especial.

El sabor se lo dan las huevas azules que las colorean casi siempre, porque se reproducen cuatro veces al año. Para degustarlas, cuanto más simple mejor: basta con cocerlas, pero eso sí, hay que cocerlas bien. Con el agua en ebullición, y retirándolas cuando hierva de nuevo. Un punto de sal, y estarán listas.  

De Almería, el gallo pedro y la gamba de Garrucha

Del levante andaluz nos quedamos con dos clásicos indiscutibles y genuinamente autóctonos. La gamba roja de Garrucha es tan propia que se identifica hasta en el nombre con este pequeño pueblito pescador. El ayuntamiento ha iniciado este año los trámites para obtener el distintivo de Indicación Geográfica Protegida. En 2016 se descargaron 61.603 kilos de gamba roja en Garrucha, aunque la cifra bajó a 36.198 kilos en 2017.

Manuel González, jefe de cocina del restaurante El Jurelico, en Almería, explica que ahora están sirviendo gambas rojas de hasta 70 gramos. "No falla. A los amantes de la gamba les vuelve locos". Su preparación, dice, no tiene vuelta de hoja: "Cama de sal gorda y cuando está bien caliente se asan encima. Ellas mismas absorben la sal que necesitan". Al ser ejemplares gruesos, "bastante hermosas", se preparan al punto que cada uno quiere: "Hay gente a la que le gusta que se quede en su punto y se quede con el jugo de la cabeza, y gente más escrupulosa a la que le gusta más pasaíta"

El gallo pedro es un pescado blanco que se prepara normalmente a la plancha o frito. El cocinero nos dice que él lo prepara con una harina de trigo con un poco de salvado, para darle más crujiente, y añade que para salirse de la preparación típica también se puede hacer en caldereta, "guisada con almejitas, gamba roja, cebollita y tomate".

Mientras lo cuenta, se nos hace la boca agua. Esta es nuestra selección, pero el litoral andaluz ofrece manjares para todos los gustos. Chocos, caballas, jureles y salmonetes, bolos, cigalas... Sea cual sea tu preferido, nada mejor que acompañar un día de playa con unas raciones del pescado y marisco que nos da el mar que baña nuestras costas.

Rafting entre olivos: descenso por las aguas bravas del río Genil

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Casco en la cabeza, remo en la mano y salvavidas ajustado. Jacinto y su hijo esperan las indicaciones del guía, José, para subir a una balsa. Desde la orilla, el ambiente es fresco a pesar de ser pleno verano. El agua baja con fuerza, como demuestran algunos troncos que van río abajo. Unos metros más arriba solo hay olivos, pero en la ribera la naturaleza es salvaje, casi tropical, regalando una sensación de libertad que crece a bordo de la barca. El sol aprieta y el primer meandro avisa de que lo viene: un tramo de nueve kilómetros a lo largo del río Genil con suficiente interés y numerosos rápidos para que la práctica del rafting sea más que atractiva. "Hoy lo vamos a pasar bien", advierte el pequeño a sus compañeros de viaje.

¿Rafting? ¿En el Genil? Es la primera pregunta a la que se enfrentan en Salta Ríos, primera empresa que apostó por esta actividad en un río que, tras nacer en Sierra Nevada y regar la vega de Huétor Tajar, ayuda a llenar el pantano de Iznájar. Allí se regula su caudal y cada verano, cuando los regantes lo necesitan, se abren las compuertas para dejar correr 35 metros cúbicos de agua por segundo que, entre otros cultivos, riega los campos de zanahoria morá de Cuevas Bajas. La temporada estival es así el momento ideal para el descenso de aguas bravas en un recorrido que discurre por los términos municipales de Benamejí y Palenciana.

Salta Ríos tiene su sede en El Tejar, una pedanía benamejicense. Allí, cada mañana, quienes se atreven con este deporte reciben el material necesario, así como las indicaciones básicas necesarias para que la actividad transcurra con la mayor seguridad posible. La forma de sujetar el remo, qué hacer si alguien cae al agua y la importancia de seguir las instrucciones del guía forman parte de una charla inicial tan instructiva como necesaria. Con estas palabras José acaba su charla: "El monitor es el timonel, el que se preocupa de la dirección; pero vosotros sois el motor. Somos un equipo".

Nueve kilómetros de recorrido

Tras un breve paseo en autobús hasta el punto de partida, se lleva a la práctica toda la teoría. Bajo sus indicaciones de "adelante", "atrás" y "stop" los viajeros sortean los meandros, esquivan las ramas de los muchos árboles que crecen en las riberas -chopos, higueras, sauces llorones- y se preparan para los rápidos. Los primeros tres kilómetros sirven como práctica de iniciación: permiten al equipo coger confianza, hacerse con la balsa y el gesto para remar e incluso hay tiempo para un baño en el frío caudal del Genil. "Qué barbaridad. Esto está congelado", dice uno de los deportistas, José Arias, mientras se da un rápido chapuzón. La razón es sencilla: el agua procede directamente de las profundidades del pantano de Iznájar -donde no llega el sol- y el baño casi corta la respiración.

Las riberas están repletas de vegetación. Muchas zarzamoras, pequeños bosques de pino y numerosos olivares pintan el paisaje hasta que el cauce se adentra en hondos cañones de grandes paredes. Antes de llegar a la zona más movida, una parada sirve para que desembarquen los más pequeños. En los siguientes seis kilómetros comienza la marcha de verdad y, por seguridad, los menores de 12 años deben bajar de las balsas. El trayecto completo, que dura alrededor de hora y media, nunca se vuelve peligroso, pero sí emocionante. Olas creadas por la fuerte corriente, piedras en el camino y hoces cerradas dificultan la navegación, que siempre se ejecuta con seguridad bajo la constante voz de los monitores.  

José, Sergio y Alba -en prácticas- son quienes guían las barcas de la empresa este verano. Tienen un conocimiento del terreno pasmoso. Detectan cada nuevo tronco varado en el recorrido. Y hasta han puesto nombre a cada rápido. La piedra del mexicano y la ola del francés son dos de los principales, bautizados así por alguna anécdota ocurrida durante los descensos, que en verano son casi diarios. La cueva, los agujeros negros o la ola del surf son algunos de los más atractivos. "Y siempre hay que tener en cuenta que el río cambia todos los días porque el nivel del agua nunca es el mismo debido a la presa. Eso hace que los obstáculos también sean diferentes. Hay que estar siempre muy atentos", explica Sergio. "Y también hace que quien disfrute pueda venir más de una vez, porque el recorrido nunca a va a ser igual ni en las mismas condiciones", añade José.

Las circunstancias perfectas

Salta Ríos comenzó la práctica del rafting en esta parte del Genil hace casi dos décadas. De hecho, en 2019 cumplirá su vigésimo aniversario. Su principal impulsor es Iñaki Arrate, gran aficionado a los deportes de agua que ha remado en numerosos países del mundo. Los inicios no fueron fáciles: a finales de los años 90 parecía una locura el descenso de aguas bravas en este río en la frontera entre Málaga y Córdoba. "Las caras de los alcaldes entonces era un poema. Pensarían '¿de dónde ha salido este loco?', recuerda Arrate. Pero su apuesta fue fuerte y tras mucha lucha burocrática, consiguió los permisos adecuados. "Agua, desnivel y piedras para crear espuma y emoción. El Genil es perfecto para lanzarse en este deporte", subraya Arrate.

Esas condiciones del descenso, la cercanía con la Costa del Sol y el hecho de que, en verano, sea uno de los pocos ríos en los que se puede practicar rafting al sur del pirineo catalán, han hecho del Genil un lugar de peregrinaje para quienes quieren remar. Y, aunque Arrate fue pionero, poco a poco han ido llegando otras empresas. Alúa es una de ellas, como también Ocio Aventura Cerro GordoSulayr Aventura o Tropical Extreme.

Algunas ofrecen igualmente la posibilidad de desarrollar esta actividad en los otros únicos cuatro ríos donde se puede realizar en Andalucía. En Granada, el Guadalfeo -a la altura de Órgiva- es la estrella, mientras que un tramo del Guadiana Menor a su paso por el altiplano granadino es perfecto para la aventura en familia. El recorrido inicial del Guadalquivir en Cazorla (Jaén) y el Guadiato, en Sierra Morena, son las otras dos opciones. Además, todas estas firmas ofertan otras modalidades acuáticas como el kayak o deportes como el barranquismo, vías ferratas, paquetes multiaventura o campamentos infantiles.

Los últimos tres kilómetros son una sucesión de rápidos que dispara la adrenalina y permite disfrutar sin riesgos de una experiencia diferente en pleno corazón de Andalucía. Al final del recorrido las caras reflejan alegría. Junto a la orilla y tras transportar las barcas hasta el remolque, es el momento de unas fotos para el recuerdo y un corto viaje de vuelta a El Tejar para comentar los mejores momentos del descenso. Un almuerzo en el restaurante Carmona, junto a las instalaciones de Salta Ríos, es el punto ideal perfecto para reponer fuerzas a base de salmorejo, lomo de orza o flamenquines: un sabroso descenso hacia la gastronomía cordobesa para acabar la jornada de rafting con el mejor sabor de boca.

Ecoreserva de Ojén: un oasis para la fauna en la Costa del Sol

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Son poco más de las siete de la tarde. El sol veraniego empieza a caer y una familia se sube a un jeep descapotable. El viaje es de apenas un par de minutos, pero nada más comenzar cruza delante del vehículo una pareja de muflones. Y en la primera parada una familia de ciervos mira a los recién llegados con curiosidad. Eva, la pequeña del grupo, abre los ojos emocionada ante la cercanía de la manada. Y el guía, Antonio Calvo, le advierte: "Hoy vas a ver muchos más animales. Te va a encantar".

La escena tiene lugar a las afueras del municipio de Ojén, al borde de la Sierra de las Nieves y a un paso de Marbella. Allí, al pie de Sierra Blanca, una finca de 82 hectáreas ha sido declarada Reserva Ecológica. Ha pasado de ser un refugio cinegético para la caza a un espacio muy singular. Rodeado de carreteras, es un oasis para la fauna llamado EcoReserva de Ojén.

Desde septiembre del año pasado lo gestiona la Agrupación Ecologista Pinsapo -a través de la empresa Monteaventura, de la que Antonio Calvo es el gerente- que venía demandando un lugar así desde comienzos del siglo XXI. "El incendio de 2012 supuso un punto de inflexión. Se quemaron más de 8.000 hectáreas en la comarca y se entendió que cada ver era más importante la conservación del espacio", asegura Calvo. La entidad tiene ahora una concesión de 10 años renovable otros 50 a cambio de un canon anual, pero también la obligación de realizar trabajos de desbroce, cuidado de la fauna y puesta en marcha de actividades de voluntariado, educacionales y de investigación.

El voluntariado

"Príncipeeeee", grita Antonio desde la entrada a la reserva. Los primeros pasos se realizan por un pequeño sendero habilitado, precisamente, por las personas voluntarias que, periódicamente, acuden a la llamada de la agrupación ecologista. "Nada sería igual sin ellos, porque nunca hemos recibido ayudas públicas. Un proyecto de este tamaño te hace querer abandonar en más de una ocasión, pero cuando ves al voluntariado te llenan de energía", subraya quien, primero al volante y luego a pie, guía al grupo de visitantes.

Calvo transmite amor a la naturaleza desde el primer momento. Refleja perfectamente la visión del refugio natural: "Abrir al público un espacio protegido rico en vida donde facilitar a las personas el contacto con la naturaleza, para aprender a amarla y conservarla, creando empleo y valor en el territorio".

Conoce al dedillo la finca, así como las especies botánicas y la fauna que reside en ella. Hay cerca de un centenar de grandes mamíferos: ciervos, muflones y cabras montesas. Pero en este vecindario también hay meloncillos, jinetas, zorros, tejones, camaleones, lagartos ocelados y un amplio número de especies de aves. También hay una veintena de especies de flora endémicas, así como otras que se pueden encontrar en otras zonas de bosque mediterráneo, así como en otros espacios cercanos. Desde alcornoques, castaños, olivos o algarrobos hasta torvizco, esparto, dedaleras, matagallo, enebro o cornicabra.

Red de senderos

El voluntariado ha ayudado a crear una red de ocho kilómetros de senderos, aunque durante la visita apenas se recorren unos cientos de metros. Bastan para comprender la importancia de la conservación de la naturaleza y, también, para tener contacto con los animales. Apenas a unos metros del camino, un gran macho cabrío está subido a un castaño para refugiarse del calor entre sus hojas y su sombra. Más adelante, otra familia de ciervos surge de entre los arbustos para seguir, a unos metros, al grupo de humanos. Y, de vez en cuando, se escuchan los balidos de pequeños muflones mientras Antonio continúa con sus interesantes indicaciones y su continúo grito: "Príncipeeeeee". Cerca, además, Manolo y Jaime, guían a otros dos grupos, formados principalmente por una familia de turistas norteamericanos.

A mitad de camino, Príncipe aparece. Es un ciervo alto, grande, de buen porte, serio y curioso. Tiene nueve años y posee una cornamenta que impresiona. Le acompaña Paco, un cervatillo con cuernos incipientes y muchas ganas de jugar. Ambos se dejan alimentar de la mano e incluso acariciar. Cuando la agrupación ecologista llegó a esta finca su situación era absolutamente diferente: estaban en los huesos y tenían muchas garrapatas. Su cuidado y la instalación de numerosas cajas para el anidamiento de aves insectívoras ha cambiado su historia. Como las de otros ejemplares que llegan aquí tras ser víctimas de accidente o alguna intoxicación. "El objetivo es que siempre llegue fauna local, para mantener el ecosistema original", subraya Antonio mientras señala la ubicación de un nido de cárabo y otro de gavilanes. También el búho real vive en una zona a la que acuden con frecuencia diferentes especies de águila a cazar.

Muchas de las especies de aves se pueden fotografiar desde una pequeña caseta habilitada para ello, frente a la que se ha creado un pequeño espacio al que los pequeños pájaros acuden a beber o alimentarse haciendo las delicias de los aficionados a la observación, quienes apuntan en una pequeña libreta sus avistamientos diarios de especies como herrerillos, petirrojos o carboneros. Existen pases especiales para fotógrafos de un día o de un año entero. "Su labor también es muy importante, porque ayudan a concienciar de lo bella que es la naturaleza y, de paso, el pago de sus credenciales aportan a la subsistencia de la reserva", explica Calvo. Muchas de esas fotos y, también, vídeos, se cuelgan en las distintas redes sociales de la iniciativa, permitiendo qué más personas las conozcan.

Mucho por hacer

Para la Agrupación Ecologista Pinsapo las visitas a la Ecoreserva de Ojén son solo la punta del iceberg de un proyecto conservacional y educacional que va mucho más lejos. Las periódicas actividades con voluntariado son un ejemplo, en las que se construyen casas nidos, se adecentan caminos o se crean charcas para generar pequeños ecosistemas. Pero también son importantes las iniciativas de sensibilización que se realizan con colegios, la puesta en marcha de actividades variadas (como la observación de las Perseidas recientemente) y otras muchas ideas que se agolpan en la mente de Antonio, como la reforestación con pinsapos para regenerar los bosques originales. "Hay mucho por hacer, pero ya es un éxito la existencia de un lugar así en un entorno como este", asegura el guía mientras el sol se esconde tras las montañas.

Con la menor claridad son aún más los animales que aparecen junto al sendero mientras el grupo de visitantes ya va de camino al jeep. Es el momento de hacer las últimas fotos, saborear la magia del bosque en casi total oscuridad. Cansada pero con una sonrisa contagiosa, Eva se despide de Príncipe y Paco. Son casi las diez de la noche y la visita ha concluido. "¿Nos los podemos llevar a casa", pregunta la pequeña. "Esta es su casa, así que para verlos tendrás que volver", le responde Antonio. "Volveremos", subrayan sus padres, contentos con un paseo que nunca olvidarán.

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