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La guía total de las cervezas artesanales de Andalucía

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Los amigos Enrique Armenta y Germánico Gómez llevan años elaborando su propia cerveza en casa. A base de tutoriales en internet y probar recetas, comprobaban que su producto iba mejorando, gustando cada vez más a familiares y amigos. Más tarde se unen a la idea Manuel Ochoa y Jesús García, el proyecto se profesionaliza, el equipo se forma y, en primavera de 2018, lanzan su bebida al mercado bajo la denominación 8 Huellas. Cuentan con dos variedades, una rubia y otra tostada, que elaboran en la localidad sevillana de Los Palacios y Villafranca. "Queríamos una cerveza muy arraigada a la tierra y, creo, lo hemos conseguido", subraya Ochoa.

Su caso es muy similar al de otra muchas microcerveceras creadas en Andalucía en los últimos años. La comunidad cuenta hoy con unas 60 marcas de cerveza artesana, aunque la cifra puede estar variando en estos momentos porque surgen muchos proyectos nuevos y otros desaparecen. Actualmente, un tercio de ellas se ubican en Málaga, principal provincia productora. Sevilla, Granada y Cádiz rondan la decena y, en menor medida, Almería, Huelva, Jaén y Córdoba cuentan con otros pequeños proyectos. Por eso es posible dar una vuelta por la región en busca de esta refrescante bebida que exige, eso sí, moderación.

La crisis, las ganas de emprender y la afición a esta bebida hizo que hace unos años se multiplicaran las marcas a lo largo y ancho de toda la geografía andaluza. Son propuestas jóvenes: ninguna ha cumplido todavía su décimo aniversario. Sin embargo, durante estos últimos años han sido numerosos los proyectos puestos en marcha y, mientras unos han encontrado su hueco en el mercado y se han estabilizado, otros se han quedado por el camino. Es el caso de Tartessos (Huelva), Babel (Málaga) o Taifa (Sevilla).

También en Sevilla, Carlos W. Cañadas y sus dos socios crearon en 2015 Hecatombe Brewing. Todos llevaban años elaborando cerveza en casa y decidieron unirse para sacar adelante su proyecto, en el que cuentan ya con cinco variedades fijas y otras de temporada que sacan para celebraciones o momentos concretos. De nuevo, un perfil de personas jóvenes con ganas de emprender y aficionados a esta bebida. Como ellos, otras muchas iniciativas han surgido de compartir la cerveza con familiares y amistades hasta que el éxito en el entorno cercano les llevaba a dar el paso profesional: adquirir equipamiento para alcanzar una mayor producción y, así, empezar la distribución.

Este crecimiento traía, sin embargo, contrapartidas: la necesidad de dar a conocer la marca, ganarse la confianza del mercado, establecer un precio aceptable y, a la vez, que hiciera la cerveza rentable, algo que no todas estas firmas han conseguido. "No es lo mismo hacer cerveza para ti y tus amigos que luego hacer números, distribuirla, venderla... Compites con otras muchas marcas y hace falta mucho más: promoción, un equipo de comerciales, distribución... y en eso se falla mucho", cuenta Charo Barco, que distribuye más de 200 cervezas artesanales desde Frigiliana y también elabora La Axarca, una de las marcas malagueñas más consolidadas.

"Tenemos un grave problema y es competir con las multinacionales y sus políticas de descuentos anticipados", añade por su parte Santiago García-Cascarrubios, uno de los responsables de la cerveza sevillana Desiderata quien, de todas maneras, se muestra optimista: "estamos viviendo un afianzamiento de una nueva corriente que aprecie cervezas diferentes y que quiera probar nuevas marcas y de calidad". En su caso, de hecho, cuentan con dos centenares de puntos de venta entre tiendas y restaurantes sólo en Sevilla y provincia, mientras que a nivel nacional nos encontramos en cadenas como Gourmet Experience del Corte inglés e incluso exportan a diferentes puntos de Europa.

Proyectos estables

Mientras las más asentadas consiguen, como Desiderata, llegar incluso al extranjero, otras muchas de estas empresas sobreviven gracias a una doble apuesta. Por un lado, las cervezas propias. Por otro, la elaboración para terceros. "Es algo que en nuestro caso nos está ayudando mucho", cuenta Miguel, de Cervezas Lánchar, con sede en Lanjarón. Allí fabrican una variedad en barril para un bar local, cerveza de cacao para la firma granadina de chocolates Abuela Ily y otras especialidades para tiendas gourmet. Y otras incluso elaboran cervezas personalizadas para eventos como una boda.

Mientras, otras saben que únicamente con el público local no podrían sobrevivir, así que se posicionan bien frente a los visitantes. "Nosotros estamos muy ligados al turismo y es uno de los factores de peso que nos mantiene a flote", cuenta Juanfran Caballero, de cervezas El Cabo (Almería), con seis años ya de existencia. De hecho, es fácil encontrar su marca en establecimientos de la costa por todo Cabo de Gata, uno de los puntos turísticos por antonomasia de la geografía andaluza.

Algo similar ocurrió al equipo de cervezas Califa, firma puesta en marcha por Alejandro Díaz y Rafael Serrano. "Un buen día nos dimos cuenta que Córdoba no tenía cerveza artesanal propia", recuerdan. Así que se pusieron manos a la obra, apostando por una variedad "muy personal y de una calidad muy alta", evitando la utilización de aditivos ni elementos de química artificial. Gustó. Tanto, que actualmente cuentan con seis variedades fijas que se pueden encontrar en Carrefour, Grupo Más o Makro, entre otras grandes superficies. Y periódicamente lanzan también nuevas recetas que sirven en sus propios locales. Uno de ellos se ubica en Gran Capitán, 46, con la posibilidad de ver el proceso de fabricación  -y maridar la bebida con propuestas gastronómicas de estilo street food- y otro en el número 3 de la calle Juan Valera, cerca de la Plaza de las Tendillas.

Málaga, líder cervecera

La fábrica también es visible en el local que La Catarina posee en Marbella. Un moderno establecimiento de decoración industrial donde se pueden probar sus ricas diferentes variedades, así como tomar hamburguesas e incluso acudir a conciertos, ya que el restaurante se convierte en sala de música numerosas noches al año. En la localidad marbellí se encuentra igualmente la marca Gran de Select, con tres variedades más ligadas al lujo a las que han unido recientemente las denominadas Passion y Truffa. Cuenta con distribución en los países escandinavos y Estados Unidos y pronto prevén lanzar una línea "más económica", según cuenta Mads Sorensen, uno de sus responsables. En la misma ciudad ha nacido este año Cervezas Marbella.

En Málaga hay otras muchas propuestas: hasta una veintena en estos momentos. Entre las más originales, la llamada La Cabra Azul. Nació en 2014 gracias a la iniciativa de Liz Luyben, una de las pocas mujeres al frente de este tipo de empresas. "Empecé a elaborar cerveza hace años, cuando era estudiante en Amsterdam, en la bañera de mi casa. Hoy tengo obviamente un mejor equipo", cuenta la responsable de esta cervecera que exporta a Holanda y China. De hecho, responde a eldiario.es desde Yunnan, donde negocia la apertura de un pub cervecero donde se servirán sus cinco variedades creadas en Los Montes de Málaga y bautizadas con nombres ligados a su tierra de acogida como Los Verdiales o Comarix.

Los pueblos como trampolín

Su caso es excepcional, porque una de las principales características del mercado andaluz es que gran parte de las marcas cerveceras artesanales se distribuyen casi en su totalidad en su entorno más cercano. La distribución aumenta los gastos y complica las ventas, y asentarse en casa siempre es más fácil. A partir de ahí se puede crecer de una manera más segura, compaginando también con las ventas en internet. Todo ello también hace que sean muchas las cervezas artesanales de Andalucía que no se ubican en grandes capitales, si no en pequeños pueblos.

Gaitanejo es un buen ejemplo de ello y otra de las cervezas más estables de la provincia malagueña. Tiene base en Ardales -donde acaban de abrir fábrica- y tres etiquetas que rinden homenaje al patrimonio de su entorno: Bobastro (Golden Ale), Caminito del Rey (American Pale Ale) y Turón (IPA). Y en otro pequeño pueblo, Villanueva del Rosario, Miguel Antonio pasaron cuatro años elaborando cerveza en el sótano familiar hasta poner en marcha Malnombre, donde cuentan con siete cervezas propias, dos de las cuales lanzaron estos días al mercado: Malagente y Chronos.

También ocurre en Huelva. Allí, en la localidad de La Redondela nació la cerveza Ruben´s. Y en Valverde del Camino tiene su sede Odiel, puesta en marcha en 2015 con tres cervezas de trigo: rubia, tostada y negra, la única de esta variedad en toda España. Hoy cuentan con dos más: La Dorada y Marimateo Centeno, ambas con numerosos premios a nivel nacional e internacional, como destaca Ángel Sánchez, uno de sus responsables. Y, en Jaén, Tierra de Frontera tiene su base en Alcalá La Real. Su primera botella llegó al mercado en 2010 y, por ello, es la primera cerveza artesanal de la provincia de Jaén y una de las más antiguas de toda Andalucía.

Cooperativas cerveceras

También hay marcas que han nacido desde otro punto de vista. Una de ellas es Cervezas Bandolera, que surgió de la cooperativa Transformando SCA con la idea de crear cervezas  artesanas basadas en la "economía social y solidaria". "Nos importa tanto el qué producimos como el cómo lo producimos: de forma democrática, igualitaria, con respeto al medio ambiente y vinculados a nuestro territorio y su realidad social", cuenta Javi Bajo. En sus cinco años de vida esta iniciativa cuenta ya con ocho estilos de cervezas, entre las que destaca una línea de ecológicas -como La Verea, que se distribuye en grupos de consumo y cooperativas de consumidores de productos ecológicos- que pretenden ampliar a corto plazo.

Otro ejemplo es del Destraperlo (Cádiz), puesta en marcha por Comando Cervecero SCA, una cooperativa de trabajo compuesta actualmente por cuatro personas. El germen original lo puso Tomás, maestro cervecero, en 2007, aunque no fue hasta 2014 cuando se creó la cooperativa y un año más tarde cuando se lanzó la marca. "Nuestra filosofía es la de formar una empresa bajo los pilares de la economía social, ya que entendemos que nuestra forma jurídica es la de trabajadores y a la vez dueños de nuestra empresa, es por ello que entendemos que es fundamental cooperar con otros proyectos afines tales como la cooperativa Coop57", cuenta Irene Roldós. Actualmente Destraperlo, basada en Jerez, tiene cinco variedades: Rubia, Colorá, Negra, IPA y Trigo Eco. "Y  tenemos previsto sacar nuevas variedades en breve, ya que este mundo está vivo y vibrante y con sed de cervezas nuevas que sorprendan al consumidor", concluye Irene.


Río Verde: un paseo entre pozas color esmeralda y puentes colgantes

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Pozas de color esmeralda. Altas paredes calizas. Exuberante vegetación y un paisaje que parece sacado de Los Pirineos. Andalucía esconde increíbles secretos en lugares insospechados. Y el Río Verde, a las afueras de la localidad granadina de Otívar, es uno de ellos. Por eso se ha convertido en uno de los espacios preferidos para senderistas y amantes de deportes como el barranquismo. Pero también para familias que aprovechan el relativamente sencillo acceso a las primeras charcas para pasar un refrescante día de campo.

El barranco de Río Verde forma parte del Parque Natural Sierra de Tejeda, Almijara y Alhama, cuyas cumbres hacen de frontera natural entre las provincias de Granada y Málaga. Llegar hasta él no es difícil, pero requiere atravesar una finca privada. De ahí que exista un control de acceso y que, actualmente, la Sociedad Cooperativa, Agrícola y Ganadera del Campo de Cázulas cobre una entrada de cinco euros por persona y otros cinco por vehículo.

Desde la verja de entrada hasta el aparcamiento de la Junta de los Ríos existe un carril de tierra que se prolonga durante alrededor de ocho kilómetros con numerosísimas curvas. Pero el trayecto merece la pena: transcurre por un paisaje declarado de Interés Cultural por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Poco después de atravesar un estrecho tramo, cruzar el puente sobre el río y llegar ya al parque natural de dominio público, se encuentra el aparcamiento.

Unos metros más adelante aparece la primera poza, que sorprende por un intenso color esmeralda y la agradable temperatura de su agua, así como un salto para liberar adrenalina. Es el perfecto entrante para el menú que conlleva esta ruta por el barranco de Río Verde y que incluye el paso por dos puentes colgantes (otros cayeron en una crecida en 2007 y no han sido reparados), varios miradores y la posibilidad de refrescarse en numerosas pozas.

Una gran idea es realizar esta ruta combinando el senderismo con los chapuzones. Basta un calzado adecuado para caminar por tierra y que se pueda mojar para empezar. El recorrido se realiza a través de una pequeña senda se interna en el Parque Natural sin alejarse nunca del río, con cuyo cauce se cruza en diferentes ocasiones, perfectas para sumergirse en aguas cristalinas. Desde las laderas cercanas, otros barrancos como el del Lagarto, Mina Rica o La Topera alimentan periódicamente el caudal. Es precisamente la erosión por el constante paso del agua, durante miles de años, la que ha creado los saltos, cañones, cascadas y charcas de colores llamativos que hacen tan especial a este lugar.

En la ribera crecen numerosos endemismos botánicos entre los que, a medida que se asciende, se va abriendo una vegetación de media montaña. Por el camino es también posible encontrarse con ejemplares de cabra montés, uno de los animales más representativos de esta zona montañosa. Mientras, bajo los arbustos se esconden los tímidos lagartos ocelados y el cielo lo sobrevuelan águilas reales y halcones peregrinos. Al fondo, varios pinares donde se esconden las ardillas tapizan de verde la montaña para configurar un escenario natural único.

Lo que más sorprenden son los saltos y cascadas que ofrece el río hasta llegar a una de las más espectaculares, llamada de la i griega, un salto que supera los diez metros de altura. La cascada del monstruo, la poza gélida o el salto del romero son algunos de los nombres con los que se conocen otros puntos de este sendero señalizado. En la parte más alta se ubica la cascada de los árboles petrificados, uno de los lugares más interesantes del recorrido.

Y mientras los senderistas ascienden el camino aguas arriba, son numerosas las personas que practican el barranquismo en sentido contrario. Existen hasta medio centenar de empresas que ofrecen esta práctica deportiva, que en este río encuentra condiciones perfectas para ello. "Es, posiblemente, el lugar con las mejores condiciones para hacer esta actividad con turistas", cuenta Santiago Medina, monitor titulado, guía y uno de los responsable de la empresa Tropical Extreme, que ofrece esta actividad desde hace 15 años. "Se trata de un barranco que se mantiene muy bien de agua todo el año, su entorno es espectacular, el agua está muy limpia y la zona tiene una temperatura media de unos 23 grados, facilitando este deporte durante prácticamente todo el año", añade.

Existen varias posibilidades que permiten la práctica del barranquismo a prácticamente cualquier persona. De hecho, Medina cuenta que la ruta de iniciación es la elegida por el 90 por ciento de los clientes, así como el itinerario familiar, apto para niños de a partir de entre unos diez años. Finalmente, la integral está destinada a personas que ya poseen experiencia previa y cualidades aptas para realizarla, ya que ofrece más dificultad. "Lo bueno es que todas las opciones son divertidas y ningún metro del recorrido tiene desperdicio", concluye el monitor.

Por eso el barranco del Río Verde se puede disfrutar de multitud de maneras siempre, ojo, respetando el entorno y sin dejar ningún tipo de residuos. Como suele decirse entre los montañeros, hay que dejar el monte más limpio y mejor que como nos lo hayamos encontrado.

Diez razones que te harán plantearte una escapada a Cabo de Gata este otoño

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Habitual destino veraniego, este Parque Natural ofrece multitud de motivos para perderse por su paisaje desértico durante la temporada baja. Te contamos una decena de ellas.

Bucear en praderas de posidonia

Son muchos los clubes de buceo y empresas que ofrecen la experiencia de sumergirse bajo las transparentes aguas de Cabo de Gata. Se ubican en la práctica totalidad de las localidades costeras y suponen una excelente oportunidad para conocer los fondos marinos donde las praderas de posidonia ofrecen refugio a multitud de especies marinas. Sin embargo, esta costa almeriense rezuma vitalidad en casi cualquier rincón y, por eso, bastan unas gafas para mirar bajo el agua y encontrar coloridos peces, estrellas de mar, pulpos y una amplia variedad de especies a apenas unos metros de la playa. Por la superficie también son más que agradables los paseos en kayak. 

El arroz  de la pizzería Isoletta

Con mariscos, negro, caldoso, de bogavante... Los arroces de la pizzería Isoletta convierten a este restaurante en una excelente escusa para acercarse hasta La Isleta del Moro, en pleno corazón de Cabo de Gata. Con larga tradición familiar, el local cuenta con una amplia carta en la que se incluye una gran variedad de pizzas y pastas. Destacan, además de sus arroces, las propuestas con pescado del día, donde destacan la gallineta y el gallo San Pedro, así como los sabrosos y pequeños saltones. Un tiramisú casero pone el punto final a estupendo menú.

Más allá, una escapada gastronómica por esta parte de la costa almeriense debe llevar también a lugares como La Gallineta, Lakshmi, La Tasquilla, El Jardín, 4 Nudos, Bar Treze Sur, la Pela Flamenca El Palmito o El Manteca para saborear salmonetes de roca, galanes o gambas rojas junto a una cerveza El Cabo. Sin olvidar, eso sí, la tarta de zanahoria del restaurante Lebeche. 

La planta Denver

Con un nombre que parece sacado de una serie creada por el guionista Damon Lindelof, la Planta Denver es una de las instalaciones más sorprendentes de la vieja mina de oro de Rodalquilar. Situada en la ladera de la sierra de El Cinto, las instalaciones albergaron a centenares de trabajadores en los años 50 y 60. Hoy el espacio está en ruinas y pasear por él es hacerlo por un escenario fantasmagórico, sacado de otra época y, también, algo peligroso debido a las malas condiciones de los edificios.

Como otros muchos rincones de la zona, las minas también se utilizaron para rodajes cinematográficos convirtiéndose en un orfanato futurista en la película Guerreros del Sol o en una aldea medieval en El Misterio de Wells. A su lado, la Casa de los Volcanes posee numerosa información acerca de las diferentes formaciones geológicas de Almería y Andalucía. 

Senderismo entre volcanes

El sol aprieta en verano en Cabo de Gata. Una bendición para amantes de las playas y un problema para quien quiere disfrutar del senderismo. Pero el otoño la situación cambia. El astro rey sigue brillando, pero con menos intensidad, y se convierte en el perfecto acompañante para pasear entre paisajes desérticos.

Una de las rutas más espectaculares es la que se acerca hasta la caldera de Majada Redonda desde la barriada de Las Presillas Bajas y donde se puede conocer más a fondo la geografía volcánica de la comarca, así como una naturaleza única en toda la península ibérica. Pero existen otras muchas opciones, como los senderos que transcurren junto a las playas de Los Genoveses y El Mónsul, el que acerca hasta la Cala de San Pedro, el sendero Requena junto a la Cala de los Toros o la circular que recorre parte de la vía verde de Lucainena a Agua Amarga. Quienes prefieran las dos ruedas también tienen numerosas rutas ciclistas para calentar las piernas.

Todas las playas a tu disposición

Cabo de Gata es de esos lugares en los que, incluso en el punto álgido del verano, es posible encontrar un rincón de playa solitario. Sus muchas calas, algunas solo accesibles desde el mar o tras largas caminatas, regalan esa posibilidad. Pero en otoño la operación se vuelve más sencilla: es el momento de degustar las mejores orillas con total tranquilidad. El tiempo acompaña, sobre todo al principio de la estación, para darse un chapuzón; pero cuando no lo hace, basta un libro y un poquito de sol para mimetizarse con la naturaleza como lo hacen los camaleones que habitan estas tierras. Bajar hasta la Playa de los Muertos, pasear por las playas de Vera o recorrer El Playazo desde la Torre de Los Alumbres hasta el castillo de San Ramón (y rememorar viejas historias de piratas o soñar con adquirirlo si se tienen tres millones de euros en el bolsillo) son motivo más que suficiente para viajar al Parque Natural.

Rodalquilarte: cultura al aire libre

En las estrechas calles de Rodalquilar se respira tranquilidad incluso en temporada alta. Sin embargo, la caída del turismo en otoño ayuda a entender que aquí la vida transcurre de otra manera: aquí las prisas no son tantas prisas. En numerosas fachadas y rincones de esta localidad del municipio de Níjar se puede encontrar un sin fin de especies de cactus; pero también casi un centenar de trabajos artísticos pertenecientes a la iniciativa Rodalquilarte, que este año vive su tercera edición.

Son muchas las lonas que reproducen obras de artistas locales, nacionales e internacionales de todas las disciplinas artísticas, como la fotografía, el diseño gráfico, la pintura o la escultura y que, con calma, se disfrutan mejor. E incluso puedes hacerte con la que más te guste en una subasta que se celebra en el hotel Oro y Luz, a las afueras de la villa.

La lluvia

Aunque parezca mentira, en el desierto almeriense también llueve. Y, cuando lo hace, el entorno se convierte en un lugar muy especial. El olor a tierra mojada inunda los valles, las oscuras nubes dan mayor contraste a las montañas doradas y hay algo de festivo en la naturaleza, que se muestra exuberante para celebrar a su manera la llegada del agua dulce. El otoño es uno de los momentos del año donde la lluvia tiene más posibilidades de aparecer y, lejos de convertirse en un problema, supone una oportunidad para conocer el Cabo de Gata bajo otra interesante óptica.

La luz

Existe un momento del día que el turismo veraniego apenas puede reflejar en las fotografías que inundan sus cuentas de Instagram o Facebook. Es esa luz amarillenta que, al atardecer, va pintando el desierto, que se torna naranja hasta aumentar la saturación de cada elemento de un paisaje que cada tarde parece diferente al de mediodía. Es esa luz que se va tan rápido como llegó, que avisa de la necesidad de una manga larga, que invita a abrir un buen vino almeriense mientras el sol se esconde tras las montañas. Es el momento de encender la luz, esta vez eléctrica, y lanzarse a una buena lectura. Campos de Níjar, de Juan Goytisolo, es una buena propuesta.

Conducir

La cuesta que asciende desde el Valle de Rodalquilar en dirección a San José derrama, bruscamente, la carretera en dirección al Mirador de las Amatistas, con el Mediterráneo enorme de fondo. Le siguen unas cuantas curvas de herradura y, después, una recta que se pasea junto a la costa de La Isleta del Moro y Los Escullos. Es solo uno de los muchos tramos de carretera en los que conducir se convierte placer. Como el que transcurre desde Fernán Pérez hacia Agua Amarga por pleno desierto, las curvas que descienden hasta Las Hortichuelas o las rutas que se introducen en el interior del Parque Natural hacia Los Albaricoques. Ojo, que ya se sabe: precaución amigo conductor.

Una escapada a Almería

La capital almeriense se encuentra a poco más de una hora, como máximo, de casi cualquier punto del Parque Natural. La ciudad se convierte una perfecta escapada en la que conocer el magnífico Conjunto Monumental de La Alcazaba, dejarse llevar por las callejuelas del centro histórico, adentrarse en la Catedral de La Encarnación y su amplia plaza o disfrutar de las vistas junto al Cable Inglés. Su gastronomía, con la tapa como protagonista, ayuda a saborear el viaje gracias a espacios míticos como Casa Puga y otros muchos espacios que son una apuesta segura

 

 

Marchena: vía verde sin barreras

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A media hora de carretera de Sevilla en dirección a Málaga, junto a un silo que marca el inicio de la carretera de acceso a Fuentes de Andalucía, se encuentra el inicio de la vía verde de Marchena, que no dejaría de ser una más de las muchas que existen en España si no fuera porque la puede recorrer cualquier persona, sin que los problemas de movilidad sean un impedimento para ello.

Esto es posible mediante una idea desarrollada por el Ayuntamiento y la empresa Bikelecing. A la concejala de Igualdad, Mercedes Abadía, se le metió en la cabeza hace casi dos años que la vía verde del pueblo tenía que ser accesible para cualquiera que la quisiera recorrer, y dos bicicletas adaptadas que se pueden usar sin coste alguno han hecho posible el milagro.

No ha sido fácil, pero Abadía asegura que ver la normalidad con la que cualquiera recorre ahora esa zona del pueblo compensa el trabajo realizado para no poner barreras a un recorrido de parte del antiguo trazado ferroviario Córdoba–Marchena, que dejó de funcionar en la década de los 70.

La vía verde atraviesa campos de girasoles y cultivos cerealistas entre olivares. En primavera es todo un espectáculo visual por el contraste de colores que ofrece este trazado, continuación de la Vía Verde de la Campiña en la provincia de Córdoba.

Después recorre parte de la provincia de Sevilla por los términos municipales de Écija, La Luisiana y Marchena.

La idea de convertir en adaptada la vía verde forma parte de la colaboración que para ello deben prestar los propios vecinos. Las bicis se prestan de forma temporal. No hay un tiempo estipulado, pero siempre se cuenta con que se devuelven en un plazo prudencial. Se pueden usar para dar un paseo en familia, como actividad escolar o por turistas que las pidan en el área municipal de Turismo.

La única diferencia será que la gente que no está empadronada en Marchena debe dejar una fianza al solicitarla, que le será devuelta al volver a llevar la bici a su emplazamiento en perfecto estado. Cuidarlas para que todo el mundo pueda usarlas es la base de la idea.

Víctor Puig, uno de los gerentes de Bikelecing, explica que no sólo había que diseñar una bicicleta “sino que hacer que contara con una rueda direccionable, y que la persona con movilidad fuese segura en todo momento, por lo que se fabricó un sillón homologado que cuenta con cinco puntos de seguridad”, de modo que en todo momento está fijada al mismo de forma segura.

Una vez cumplida la teoría, llegó el momento de la práctica. Para ello se contó con el alumnado del colegio Ángeles Cuesta. Con la alcaldesa del pueblo, María del Mar Romero, como testigo, las bicis echaron a andar. Junto a la edil estaba el director general de Personas con Discapacidad de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales, Gonzalo Rivas, y, sobre una de las bicis, el deportista paralímpico marchenero Rafael López, campeón de Europa de triatlón, junto con representantes de asociaciones de personas con discapacidad de distintas asociaciones de Córdoba y Málaga.

“La discapacidad no tienen por qué ser algo que limite. Si somos capaces de facilitar los medios y hacer del entorno algo accesible, resurgirán las capacidades de cada uno”, explica Gonzalo Rivas.

Mercedes Abadía recuerda el punto amargo que le hizo meter mano a la idea: “Se organizó una salida del alumnado del colegio Padre Marchena, pero un grupo de niños y niñas con diversidad funcional se quedó en el aula. Había que ponerse a trabajar para que esto no pasara más”.

En Marchena, todos los colegios de Primaria tienen cambiada la normativa para hacer de los centros edificios accesibles. Pero faltaba que los niños pudiesen ser parte activa de cualquier actividad sin importar sus problemas de movilidad. Ahora, al menos en la vía verde, es posible.

Ocho planes para vivir Andalucía de forma diferente este otoño

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De este a oeste y norte a sur, Andalucía es una tierra de contrastes con una gran riqueza. Repasamos algunas ideas para descubrir mejor la comunidad andaluza una vez que el sol y el calor se han suavizado.

Conocer la leyenda de Omar Ibn Hafsun

Omar Ibn Hafsun fue un rebelde que puso en muchos problemas al Califato de Córdoba. Su historia y sus gestas son toda una leyenda, y parte de su legado se encuentra muy cercano al pantano de El Chorro, el conocido Caminito del Rey y el bonito pueblo blanco de Ardales. Allí se encuentra la vieja ciudad de Bobastro, donde se hizo fuerte, derrotó al ejército cordobés y consiguió dominar una gran extensión de tierra al derrotar otras plazas como Comares y Archidona. Un pequeño sendero rodeado de plantas de esparto recorre lo que queda de este lugar, entre cuyas rocas se encuentra una sorprendente iglesia mozárabe. Si quieres, un guía te puede acompañar para descubrirte todos los secretos del lugar. 

Darse el gustazo de comer en Bagá

Bagá es un pequeño rinconcito escondido tras la Basílica menor de San Ildefonso, a un paso de la Catedral de Jaén. Allí el chef Pedro Sánchez ha consolidado en muy poco tiempo -el 15 de septiembre el restaurante cumple su primer año de vida- una propuesta gastronómica única a base del recetario local y sus diferentes interpretaciones gracias a la calidad de los productos de la tierra. Su aforo máximo es de 15 personas -se recomienda reservar- y la inmensa mayoría de platos los elabora el cocinero y su equipo a la vista del cliente. Se sirve un menú degustación que cambia a base de productos de temporada y que, siempre, es toda una experiencia. Ya sea por los sabores del Cogollo con gazpachuelo de ostra y ralladura de naranja amarga, los de la Espuma de anguila ahumada con caviar y pistachos o el Praliné de ajo asado, entre otros muchos y sin olvidar el Helado de de manteca de cerdo y palo cortado, almendra tierna y caviar. Buen provecho.

Un fin de semana en Zahara de los Atunes

En octubre esta minúscula localidad gaditana se vuelve casi fantasmagórica. La mayoría de turistas veraniegos ya son solo en recuerdo en sus calles y casi la totalidad de restaurantes y tiendas tienen sus puertas cerradas hasta la próxima primavera. Quizás por eso es más fácil entender la esencia de Zahara de los Atunes, de sus gentes, su barrio marinero y sus infinitas playas. En ellas, cada tarde mientras cae el sol, se puede disfrutar del espectáculo de los pescadores con sus atarrayas en busca de buceles, una especie que sirve para caldos y que también se come frito. Un plan tranquilo y perfecto como también lo son los largos paseos por las arenas doradas o una excursión al Faro de Camarinal. Así se entiende que el otoño en tierras de Cádiz es otra cosa.

De setas por Fuenteheridos

A apenas diez kilómetros de la localidad que da nombre a la Sierra de Aracena, Fuenteheridos es un bonito y pequeño pueblo cuya vida crece alrededor de la Plaza del Coso. Allí se ubica la fuente de los doce caños, una serie de restaurantes y pequeños establecimientos que ofrecen las riquezas de esta tierra, principalmente en forma de licores e ibéricos. También setas, muy frecuentes en los senderos existentes en las cercanías del pueblo. Este año la temporada se ha adelantado gracias a las lluvias de septiembre, pero por ahora prácticamente solo se pueden encontrar algún que otro boletus y las muy apreciadas amanita caesarea. Si las lluvias anunciadas esta semana se hacen realidad, solo hará falta esperar un par de semanas para que la micología explote en esta comarca en forma de unas 600 diferentes especies. Como siempre, extrema precaución a la hora de recolectarlas.

Una ascensión a La Maroma

El pico más alto de la provincia de Málaga se viste de tonos ocres y dorados con la llegada del otoño. En sus faldas hay numerosas especies de hoja caduca y que son un regalo a la vista, así como un motivo más para disfrutar de la ascensión a esta montaña ubicada en la comarca de La Axarquía. Hasta su punto geodésico, situado a algo más de 2.000 metros de altitud, se puede llegar por diferentes vías desde los municipios de Canillas de Aceituno, Sedella y Alcaucín, así como desde la cara norte, ya en tierras de Granada, desde El Robledal. Desde todas ellas el camino es una gran aventura.

Tomar una caña en calle Feria

Pasado el calor veraniego, Sevilla vuelve a ser una ciudad maravillosa con un clima aceptable. Y para entenderlo, nada mejor que dar un paseo por las inmediaciones de calle Feria y disfrutar del tapeo en sus numerosas tabernas. Uno de los lugares más clásicos es Casa Vizcaíno, punto de partida perfecto para una ruta por esta zona del centro de la capital andaluza. El bar Ambigú o la cafetería Hércules son otras dos opciones antes de llegar al Mercado de Feria, donde saborear el pescaíto frito de La Cantina o la cocina a base de arepas de Condendé. A partir de ahí, Sevilla se llena aún más de posibilidades para disfrutarla con el buen sol del mediodía y la brisa que refresca cada noche otoñal.

Adentrarse en La Alcazaba de Almería

Desde la autovía A-7 que rodea la ciudad de Almería, La Alcazaba posee una imagen espectacular elevada sobre las rocas y el resto de la capital. Sin embargo, es ascendiendo los escalones que llegan hasta su entrada y traspasándola cuando se comprende su esplendor, con unas recias murallas que ofrecen preciosas panorámicas y recorrido que se adentra en la historia. Fue construida a mediados del siglo X, pero no sería en el XI cuando fue terminada por Hayrán, rey taifa de Almería. Tuvo un papel de gran importancia durante la etapa del Al Andalus y, tras la conquista cristiana, fue reformada por los Reyes Católicos y Carlos I. Pasó mucho tiempo olvidada, pero hoy es una visita indispensable en las tierras áridas almerienses.

 

Conocer los secretos de la gastronomía granadina

La riqueza gastronómica de Granada no es casualidad. Se debe a la multitud de climas que vive su provincia, desde el húmedo y caluroso de la Costa Tropical hasta el frío de Sierra Nevada, pasando por la vega de Huétor Tajar o el Valle de Lecrín, sin olvidar las tierras alpujarreñas. De todos estos lugares nacen productos tan variados como chirimoyas y mangos, vinos naturales, castañas y almendras, aceites ecológicos o quesos de cabra de la especie murciano granadina. Para conocer muchos de ellos hay que pasa por el antiguo ultramarinos Óliver, ubicado en la Plaza de la Trinidad, donde encontrar frutos secos y frutas deshidratadas de alta calidad, aunque también hay legumbres y vinos de la tierra, o en restaurantes como La Milagrosa e Irreverente, cuyos fogones dirige el chef Nicolás S. Chica. Sin olvidar un paseo por el clásico restaurante Chikito o las muchas opciones que ofrece Granada y que te descubre el equipo de Spain Food Sherpas en sus rutas gastro por la ciudad de La Alhambra.

 

La gaita gastoreña: sonidos íberos en el corazón de la Sierra de Cádiz

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No tiene nada que ver con las astures, gallegas, aragonesas o mallorquinas, pero en El Gastor, en plena Sierra de Cádiz, también suena la gaita. La usaban los pastores para entretener las largas y solitarias jornadas en el campo. También para comunicarse entre ellos cuando cerraba la noche y era necesario recoger el ganado, o para avisar de su llegada al pueblo; y algunos cuentan que a las jóvenes viudas de la localidad se las rondaba con este instrumento como aviso de que el estricto periodo de duelo había concluido y de que era necesario volver a la vida.

La gaita gastoreña es un particular instrumento tradicional que está todavía muy vivo porque, generación tras generación, los jóvenes del pueblo han ido recogiendo el testigo de sus mayores. Tanto es así, que desde hace años se celebra un concurso muy reñido que coincide con la celebración del Corpus Cristi, una fiesta muy arraigada en los pueblos blancos gaditanos, y en él participan muchos niños que practican durante todo el año para lucir sus conocimientos ese día.

El nombre de gaita le viene dado por su característico sonido, similar al de las gaitas tal y como las conocemos. Pero éste es el único parecido entre ambas porque en esta ocasión estamos hablando de un instrumento de los llamados “aerófonos” y que se encuadra dentro del grupo de los clarinetes.

Al parecer, su origen se remonta a los primeros pobladores de la sierra, los Íberos, aunque después recibió la influencia de la flauta o chirimía árabe. Ya Cervantes, en algunas de sus obras, pone en manos de pastores instrumentos similares a esta gaita gaditana.

Las gaitas gastoreñas salidas de las manos de los artesanos del pueblo son de una rústica belleza y no hay dos exactamente iguales. Para su construcción, se utiliza cuerno de vaca o cabra. En el cuerno se encaja una pieza de madera rectangular con interior cilíndrico, normalmente de nogal, adelfa o higuera, aunque los gaiteros prefieren la primera.

Por último, para tocar la gaita gastoreña es necesaria la “pita”, una caña fina que realiza las funciones de lengüeta simple batiente, a través de la cual se insufla aire y que es la que emite el sonido, más grave o más agudo dependiendo de su grosor. La pieza de madera se decora con formas geométricas, a gusto del artesano, y en el cuerno se suele grabar el nombre del instrumento.

La gaita gastoreña era instrumento de pastores y su función meramente utilitaria, como herramienta de trabajo, pero con el paso del tiempo ha llegado a convertirse en una seña de identidad de la cultura de esta localidad enclavada en el extremo nororiental de la provincia de Cádiz.

Antiguamente formaba parte de los ritos comprendidos en el ciclo de otoño. Se empezaba a tocar a partir de noviembre, “el mes de los muertos”. Los muchachos del pueblo se reunían a soplar su instrumento alrededor de la hoguera y, pasada la Navidad, se dejaba de oír su particular sonido hasta el año siguiente, en el que se construía otra nueva gaita para continuar con el ritual.

Era un instrumento de hombres y la afición por tocarlo pasaba de padres a hijos, aunque hoy en día también las mujeres se han sumando a esta tradición y participan en el certamen anual que se celebra coincidiendo con el Corpus Cristi.

Para hacer sonar su particular melodía, es necesario que el intérprete tenga una notable capacidad torácica porque el toque de la gaita gastoreña implica desarrollar una composición musical en un solo soplo sin interrupción y se valora el tiempo que dura el sonido en ese único aliento. Aunque durante el concurso los participantes tocan sentados, lo tradicional era tocarlo apoyado en la pared.

Todavía hay artesanos en El Gastor que dan forma a este peculiar instrumento tradicional, muy valorado también como pieza ornamental. Oír su peculiar sonido nos transporta a través del tiempo a la época en la que su melodía recorría el aíre de este rincón de la sierra gaditana.

 

 

Cinco edificios emblemáticos de Cádiz para respirar la historia de la ciudad

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Cádiz se enorgullece de su pasado, de su historia y de ser una ciudad con un patrimonio arquitectónico realmente valioso. No obstante, con el paso de los años, algunos edificios emblemáticos de la ciudad han modificado su uso para adaptarse a los nuevos tiempos. Repasamos algunos de estos enclaves que, sin haber perdido su encanto, ya no son lo que eran. 

El hospital de Mora

Cuenta la leyenda urbana estudiantil que en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Cádiz hay fantasmas. Antiguos “inquilinos” atraviesan sus pasillos y se pierden como una sombra en la penumbra de las modernas aulas. Y es que el antiguo uso del edificio, un gran hospital, dispara la imaginación de muchos. 

El hospital de Mora, cuyo interior es casi irreconocible hoy día tras ser restaurado en 1994, se construyó para que los estudiantes de la Facultad de Medicina de Cádiz pudiesen contar con un lugar propicio para desarrollar sus prácticas. Lo patrocinó José Moreno de Mora y Vitó y fue el primer hospital provincial de la ciudad de Cádiz.

El arquitecto francés Lucient Viraut se encargó de diseñarlo. Ubicado en los aledaños de la playa de La Caleta e inaugurado en 1903, fue concebido como un complejo sanitario integrado por varios edificios, luminosos y de amplios pabellones, comunicados por patios y calles interiores. El conjunto incluía, además, una iglesia exenta que hoy día se usa como salón de grados.

De planta pentagonal y simétrica, su fachada blanca y los tres arcos de medio punto que dan acceso al edificio se han convertido en un referente arquitectónico gaditano. Además, delante de la puerta “del Mora”, como popularmente se le conoce, se yergue uno de los árboles más característicos de la ciudad: el enorme y centenario ficus rendido por el peso de sus imponentes ramas.

En antiguo hospital se clausuró en 1990, cuando la Diputación Provincial de Cádiz, encargada de la gestión del centro desde 1904, lo cedió a la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía. El edificio permaneció en desuso hasta 1993, cuando se proyecta su rehabilitación integral para convertirlo en centro docente, y fue inaugurado en el curso académico 1997-1998 como Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Cádiz.  

La Cárcel Real

Hasta finales de los años 90, las bodas civiles se celebraban en Cádiz en una pequeña sala con unas envidiables vistas al mar situada en uno de los edificios neoclásicos más importantes de la ciudad: la antigua Cárcel Real, que, desde 1990 a 2011, funcionó como sede de los juzgados.

El imponente edificio que actualmente alberga La Casa de Iberoamérica fue proyectado como Cárcel Real por Torcuato Benjumeda en 1794 y finalizado en 1836 por Juan Daura. Encima de la portada principal se añadió posteriormente una inscripción con el conocido lema de Concepción Arenal: "Odia el delito, compadece al delincuente", que alertaba del carácter reformador que se quiso imprimir en algún momento a este tipo de instituciones.

El edificio, de una belleza austera, es de planta rectangular y totalmente simétrico. Se distribuye en torno a un patio cuadrado y otros dos rectangulares de menor tamaño. Se comenzó a utilizar como cárcel en 1836 y fue remodelado en 1990 por el ministerio de Justicia como sede de los Juzgados. En ese momento el edificio, que en sus últimos tiempos había sido utilizado también como almacén municipal, se encontraba profundamente deteriorado.

El edificio de la Cárcel Real o “cárcel vieja”, como era conocido en la ciudad, fue recuperado por el Ayuntamiento de Cádiz y adaptado para acoger la Casa de Iberoamérica en el año 2011, después de un largo proceso con la Junta de Andalucía y nuevas obras de rehabilitación. Actualmente, además de albergar varias exposiciones permanentes, es la sede administrativa del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz.

El Gobierno Militar

Ya en el siglo XVIII los alquileres en la ciudad de Cádiz debían de estar por las nubes. Parece ser que ese fue el motivo por el que el rey Fernando VI ordenó la construcción de un edificio que alojara a los miembros del Cuerpo de Ingenieros destinados en la ciudad. Además, tenerlos reunidos en un mismo lugar facilitaba la coordinación y comunicación entre ellos.

Hoy en día ese antiguo edificio se ha convertido en el Centro Cultural Reina Sofía del Ayuntamiento de Cádiz. La construcción, frente al Baluarte de la Candelaria y con unas inmejorables vistas al mar, fue realizada según planos del ingeniero militar Silvestre Abarca entre 1758 y 1760 y se considera uno de los mejores exponentes de la arquitectura neoclásica gaditana.

Se empezó a utilizar como sede del Gobierno o Comandancia Militar y como residencia del gobernador a partir de 1846 y así permaneció hasta 1994. Tras estar cerrado más de un lustro, en el año 2000 fue entregado por el Ministerio de Defensa al ayuntamiento de la ciudad, que lo restauró y reabrió como centro cultural.

El edificio de tres plantas estaba distribuido en siete viviendas, dos en el primer piso para los ingenieros jefes, una para el ingeniero director en el segundo y cuatro en el tercero para los ingenieros de menor grado. Además, contaba con jardín, cocheras, caballerizas, lavaderos, patios y aljibes. En el año 1806 le fue añadida una torre para montar un telégrafo óptico.

Su uso como edificio cultural no es nuevo porque el Aula de Cultura del Gobierno Militar se alojó en este mismo edificio desde su creación en 1962 y custodiaba entre sus muros la biblioteca del Cuerpo de Ingenieros, con ejemplares de los siglos XVI al XIX, la colección de cartografía y un importante archivo que fueron trasladados a Sevilla y Madrid.

Actualmente el Centro Cultural Reina Sofía es la sede administrativa del área de cultura de Ayuntamiento de Cádiz, además de alojar la Fundación Carlos Edmundo de Ory, la Fundación Joly, la Real Academia Hispanoamericana, la colección Vassallo y el legado Aramburu.

No obstante, sus días como centro cultural parecen estar contados porque el Ayuntamiento de Cádiz ha firmado recientemente un acuerdo con la Universidad para trasladar el rectorado a este histórico edificio.

La Fábrica de Tabacos

Muchos gaditanos han crecido con el particular sonido del “pito de la fábrica”, la sirena que a las horas previstas anunciaba la entrada y la salida del personal de la Fábrica de Tabacos de Cádiz, ahora convertida en Palacio de Congresos de la ciudad.

A finales de los ochenta, las cigarreras, pues eran mayoría las mujeres empleadas, dejaron la antigua fábrica de tabacos en la céntrica calle Plocia para reubicarse en los terrenos industriales de la Zona Franca. El traslado no fue bien acogido y es que las instalaciones de Altadis en el centro de la ciudad constituían lo que hoy llamaríamos “un revulsivo para la economía local”, además de aportar una especial nota de color a la vida de los barrios próximos.

El edificio de la Tabacalera está situado en un lugar estratégico, frente al puerto y la cercana estación de ferrocarril, y es uno de los primeros edificios históricos de la ciudad que pueden disfrutar los visitantes que acceden a ella por tren.

La Real Fábrica de Tabacos de Cádiz fue construida en 1741 por orden de Felipe V sobre los terrenos de la antigua alhóndiga de la ciudad, que era el lugar donde se vendía, se compraba y se almacenaba el grano.

La actual construcción, de planta irregular y tres pisos, es de 1883. Se trata de una construcción industrial ciertamente interesante que constituye un referente del caserío gaditano con su fachada decorada con ladrillo visto y su cubierta de cerámica vidriada. En su interior, en el que se integran interesantes estructuras de hierro, parece resonar aún el ruido de las antiguas máquinas y la gran cinta transportadora de la antigua fábrica. Sobresale sobre todo el patio y la artística montera de fundición que lo cubre.

El balneario de La Palma

Hablar de La Caleta es hablar del Cádiz más castizo. En esta recoleta playa se ubica el antiguo Balneario de La Palma, uno de los edificios más fotografiados de toda la ciudad. El balneario fue inaugurado –tras un concurso de ideas convocado por la Diputación Provincial de Cádiz– en 1926 y sustituía a los tradicionales Baños del Real, una instalación de madera que existía ya a comienzos del siglo XIX.

Recibe su nombre de la Virgen que, según cuenta la leyenda, paró las aguas del tsunami que afectó la costa gaditana en 1755 y que preside la iglesia de La Palma en el cercano barrio de La Viña.

El edificio en la actualidad acoge el Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía. Su característica estructura, que recuerda a la de ciertos balnearios británicos, se distribuye en dos núcleos: el pabellón de acceso, levantado sobre la muralla, y el balneario propiamente dicho, construido sobre pilares en la misma playa. La zona central está delimitada por torres coronadas por cúpulas bulbosas. Desde ambas torres parten dos alas curvas en cuyos extremos se abren pabellones cubiertos por cúpulas. Su decoración es sucinta y en su fachada blanca llama la atención el panel de azulejos que representa a la Virgen de la Palma y que es obra de Justo Ruiz de Luna.

El balneario de La Palma ha tenido usos muy variados a lo largo de su historia, una vez pasó de moda que los bañistas utilizasen este tipo de instalaciones. Entre 1936 y 1943 alojó una Escuela de Flechas Navales. También sirvió como sala de proyecciones, e incluso se celebraron bodas y bautizos a partir de 1958, cuando la Diputación Provincial cedió su titularidad a un empresario de la  zona.

El edificio estuvo años abandonado desde 1975 y hasta se pensó en demolerlo. La polémica fue grande y, finalmente, en 1990 la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía lo declaró Bien de Interés Cultural (BIC).

En esa época, no estaba tan claro su uso y hubo que ejecutar obras de emergencia a la espera de que se definiera un nuevo proyecto. Finalmente, en 1997, se decidió convertirlo en la sede del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Desde entonces, este reconocible edificio gaditano acoge exposiciones y talleres centrados en la investigación y la divulgación de la riqueza histórica y cultural oculta en los fondos marinos andaluces.

El sabor de los Tosantos en Cádiz: berza de coles, boniato y huesos de santo

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Aunque muchos de los alimentos que consumimos han perdido su estacionalidad, aún podemos recordar ese tiempo en el que esperábamos la llegada de unos meses concretos para probar la fruta que más nos gustaba o la verdura que siempre se cocinaba en casa en una fecha señalada. La Fiesta de Todos los Santos, los gaditanos “Tosantos”, marcaban un hito en el calendario gastronómico y, aún ahora, hay sabores indisolublemente asociados a esta época. Son sabores otoñales, dulces y salados, familiares y cercanos.

La celebración de Todos los Santos nació como una fiesta que cristianizaba la conmemoración pagana de la recolección de los frutos de otoño y hacía referencia a nuestra relación con la muerte.

Nuestros mercados están ahora constantemente surtidos con toda clase de productos, pero hace algunos años era típico que alrededor de la fiesta de los difuntos llegarán las primeras naranjas, las mandarinas, los membrillos, las chirimoyas, las castañas, las nueces y otros frutos secos. Más recientes son los caquis y sus distintas variedades, que se han incorporado a ese bodegón colorido que tiene como momento culmen los “Tosantos”. Tradicionalmente, esta fiesta se celebraba con la compra de todos estos frutos de temporada, que hacían las delicias de toda la familia.

Entre todos los frutos otoñales tiene un lugar destacado el boniato, que en su modestia sirvió para callar el hambre de niños y mayores durante la posguerra. No son pocas las historias que relatan cómo este humilde alimento sosegaba el estómago poco frecuentado por la comida caliente. Su poder saciante, su suave dulzor, reconfortaba y proveía de calorías suficientes para afrontar el día.

La compota de boniato

Más allá de su carácter “utilitario”, el boniato es un delicioso tubérculo que forma parte de muchos platos de la gastronomía del mundo. Estamos acostumbrados a comerlo cocido o asado pero, como  los membrillos, también típicos de esta época, los boniatos se pueden consumir en compota, a la que se le añade la mitad del azúcar habitual para este tipo de preparaciones, una rama de canela, un poco de clavo y, opcionalmente, una corteza de naranja. El boniato adquiere una suavidad increíble y su dulzor se matiza con las especias y el toque cítrico.

En Cádiz, es tradicional cocinar y disfrutar en familia alrededor del día de Todos los Santos de un guiso que incorpora una de las verduras características de la temporada: la col.

La berza de coles es un plato contundente, pensado para hacer frente a los primeros fríos del año que llegaban por noviembre. Esta suculenta preparación se elabora con judías blancas, garbanzos, magro y manita de cerdo, tocino, chorizo y morcilla, además de las coles y patatas. El guiso se adereza con sal, aceite de oliva, pimentón y un majado de ajo y comino, especia ésta que sin duda ayuda a aligerar la digestión de esta contundente preparación que se come en dos vuelcos: la berza (el guiso propiamente dicho) y la “pringá” (las carnes y la chacina servida aparte y en seco).

La berza de coles es un plato de origen humilde que no figura en las cartas de restaurantes, pero algunos las incorporan por sorpresa en sus menús en esta jornada.

Aunque los buñuelos forman parte de las recetas dulces típicas de esta época del año, sin duda la estrella de los “Tosantos” son los huesos de santo, un dulce de mazapán de forma cilíndrica que se rellena con crema para simular un trozo de tibia con su tuétano. El conjunto se glasea con azúcar.  

Un fruto seco propio de la estación, la almendra, protagoniza esta preparación que inunda los escaparates de las pastelerías en estas fechas. Los tradicionales están rellenos de yema o batata, aunque con el paso del tiempo y el cambio de nuestros gustos, ha proliferado un amplio abanico de sabores, desde el chocolate, hasta el limón o la fresa.

La alta proporción de frutos secos que se emplea para la elaboración del hueso de santo –la preparación tradicional lleva almendra y azúcar a partes iguales–hace que éste no sea un dulce precisamente barato, aunque se recomienda consumirlo en pequeñas cantidades porque su sabor el solo acto para los muy, muy golosos. Se suelen vender al peso y el cuarto de kilo roda los 9 euros.

Uno de los lugares más tradicionales para comprar estos dulces en Cádiz es la pastelería Alameda, que cuenta con obrador propio en la céntrica calle Sagasta y que también vende al público en el número 17 de la cercana calle Compañía. Los confiteros de Alameda elaboran más de siete variedades, que van desde las tradicionales de batata y yema a las de sabores a frutas o chocolate.

Otro lugar emblemático en el que probar los huesos de santo es Pastelería Casa Hidalgo, en la Plaza de la Catedral, de donde será muy difícil salir habiendo comprado exclusivamente este dulce típico.

Los huesos de santo, que se consumen casi exclusivamente durante la celebración de Todos los Santos, forman parte del repertorio de dulcería asociada a la fiesta de los muertos que podemos encontrar en muchos países de cultura hispana y que, en su origen, perseguía hacernos reflexionar sobre la futilidad de la vida, de una forma muy dulce, eso sí.


Andalucía sale del recinto de la World Travel Market para llegar al público británico con acciones directas

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Andalucía planteará una estrategia promocional basada en las accionesdirectas al consumidor final en los días previos a su participación en la próxima edición de la World Travel Market (WTM). En este sentido, se celebrarán actividades, en colaboración con los ocho patronatos, en las ciudades de Manchester y en la propia Londres, además de una campaña de comunicación específica en Birmingham.

Así, la acción directa de Manchester se prolongará durante los días 1 y 4 de noviembre y estará ubicada en el centro comercial Tratford Shopping. En este espacio, se informará sobre la variedad de Andalucía de una forma interactiva a través animaciones y otras actividades, con especial incidencia en productos relacionados con la gastronomía, patrimonio, naturaleza, museos, música y turismo cinematrográfico.

Por su parte, en la ciudad londinense se ubicará en las mismas fechas un expositor del destino andaluz en el centro comercial Westfield Stratford Center, en el que se desarrollarán talleres, teatros y actividades infantiles y en el que se promocionará, además de los segmentos antes citados para la ciudad Manchester, la oferta de parques de ocio y los productos relacionados con la práctica de golf.

En cuanto a la feria, que se celebra en el recinto ExCel de la ciudad de Londres entre el 5 y el 7 de noviembre, la comunidad dispondrá de un expositor de 550 metros cuadrados con una nueva ubicación en la zona de Europa, en el que se mostrará con una imagen de destino único, junto a los ocho patronatos, y se presentarán recursos específicos y novedades de la oferta regional.

Además, en el estand andaluz se harán presentaciones de los recursos del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén), la imagen de la ciudad de Huelva o nuevos productos turísticos de Torremolinos (Málaga), que contarán con la presencia del consejero Francisco Javier Fernández.

ÁREA DE NEGOCIO

El recinto andaluz, que prevé recibir más de 13.000 visitas, tendrá igualmente una orientación hacia la generación de negocio, ya que también albergará una zona con 22 mesas de trabajo destinada a más de 150 empresarios y habrá acciones para impulsar la comercialización del destino a través de encuentros con una decena de touroperadores especializados en segmentos como el cultural o el 'city break'.

La presencia de Andalucía en la WTM y la celebración de las acciones directas se verá reforzada con una campaña de comunicación específica en todo el Reino Unido. Para ello, se utilizarán soportes y canales de TV digitales, se emitirán cuñas de radio y se realizarán inserciones publicitarias en los principales diarios británicos (The Times, Daily Telegraph, Sunday Telegraph y The Sun, entre otros) y en revistasespecializadas.

Diez rutas para descubrir Andalucía a través de los ojos de la ciencia

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Conocer los secretos de la vida marina, disfrutar de la mejor red de observatorios astronómicos de Europa o seguir los pasos de las matemáticas que esconde el patrimonio son sólo algunas de las posibilidades que ofrecen las diez rutas temáticas de Turismo con Ciencia en Andalucía. Es un proyecto  promovido por la Fundación Descubre que cuenta con financiación de las Consejerías de Conocimiento, Investigación y Universidad, y Economía, Hacienda y Administración Pública.

Los recorridos, que parten del primer catálogo de iniciativas de turismo científico de Andalucía, se estructuran en torno a la oferta de la web de Turismo con Ciencia, y tiene como objetivo abrir un nuevo campo de desarrollo profesional y económico alineado con el nuevo modelo de destinos turísticos inteligentes que permita ofrecer una experiencia singular a los turistas que visiten Andalucía, basada en el conocimiento científico y sus aplicaciones al patrimonio artístico, cultural y natural.

El portal muestra un catálogo de iniciativas de turismo científico disponibles en Andalucía, el área de conocimiento que abordan, el público mayoritario al que van dirigidas y su propia agenda de actividades.

De esta forma, el proyecto busca que quienes desarrollan ya alguna actividad de turismo científico se sumen al catálogo, en tanto que da soporte a aquellas personas o entidades que tengan una idea de turismo científico y necesiten formación y asesoramiento para llevarlas a cabo.

A ello se suman ahora diez nuevas rutas de turismo científico estructuradas en torno a otras tantas grandes áreas temáticas. La primera de ellas, la ruta de los acuarios, permite al visitante comenzar el recorrido por el Acuario de Sevilla, para continuar hacia la costa, con una primera parada en Sea Life, en Benalmádena, Málaga; el Acuario de Almuñécar (Granada), y el Aquarium Costa de Almería (Roquetas de Mar).

Por su parte, la ruta de la agricultura se inicia en tierras malagueñas, en el Museo Activo del Aceite de Oliva y la Sostenibilidad La Mayora, para continuar hacia el Museo Preindustrial de la Caña de Azúcar y Clisol, en Almería. El Instituto de Agricultura Sostenible de Córdoba y Terra Oleum, en Mengíbar (Jaén), serían las últimas paradas de la ruta.

La ruta astronómica comienza en el Observatorio de Calar Alto (Gergal, Almería) de la mano de Azimuth para seguir hacia el Observatorio de la Sagra (Puebla de Don Fadrique, Granada), Cosmolarium (Hornos del Segura, Jaén) con Geoiberia, o las actividades de Astroándalus. Una visita al Observatorio astronómico del Torcal (Antequera, Málaga) con el Aula del Cielo completa el recorrido junto al Real Instituto y Observatorio de la Armada (San Fernando, Cádiz).

Por su parte, la ruta de la biología se inicia en el Parque Natural de Doñana, con Living Doñana, para proseguir hacia el IMGEMA Real Jardín Botánico de Córdoba y la Sierra de Andújar con Iberus Medio Ambiente, con el Jardín Botánico-Histórico de La Concepción en Málaga como última parada.

La ruta de la ciencia y el arte comienza a caballo entre Córdoba y Málaga con El Jardín de Elena, de la Fundación Descubre; para continuar en la capital de la Mezquita con Arqueología Somos Todos. Granada capitaliza la siguiente etapa de la ruta con los Paseos Matemáticos y la oferta ligada al Patronato de la Alhambra y Generalife, para finalizar en la provincia de Jaén con ArQueoNatura.

La ruta de los experimentos comienza en Granada con el Parque de las Ciencias, para continuar en Córdoba con el IMGEMA Real Jardín Botánico de Córdoba y Sevilla con el Museo Casa de la Ciencia y Engranajes Ciencia. El itinerario termina en Málaga con el Centro de Ciencia Principia, el Jardín Botánico-Histórico de La Concepción en Málaga y Planeta Explora.

Otro de los recorridos es la ruta geológica, que comienza en el Parque Minero de Riotinto (Huelva), para continuar con las rutas por los Geoparques de la Sierra Norte de Sevilla o el Cabo de Gata-Níjar de Natures. La ruta prosigue en Málaga, con la Fundación Pública de Servicios Cuevas de Nerja (Málaga) para terminar en Monachil, Granada con Geándalus.

La ruta industrial y tecnológica se inicia en Almería, en el Observatorio de Calar Alto (Gergal), con recorridos y observaciones de Azimuth, para continuar con la Plataforma Solar de Almería, Clisol Turismo Agrícola, en El Ejido, y el Centro de Interpretación del Mármol (Macael). En la provincia de Granada, el Museo Preindustrial de la Caña de Azúcar (Motril), da paso en Málaga, al Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea del Consejo Superior de Investigaciones Científi­cas La Mayora. En Cádiz, por su parte, se suma el Real Instituto y Observatorio de la Armada (San Fernando), para seguir en Huelva con el Parque Minero de Riotinto, y terminar en Sevilla con el Centro Nacional de Aceleradores, el Pabellón de la Navegación y las instalaciones de Airbus. Córdoba, con el Instituto de Agricultura Sostenible del Consejo Superior de Investigaciones Cientí­ficas, y Jaén, con Terra Oleum, el Museo Activo del Aceite de Oliva y la Sostenibilidad (Mengíbar), cierran la ruta.

Por su parte, la ruta matemática incluye con los Paseos Matemáticos por Granada para conocer la historia de algunos de los monumentos más emblemáticos del centro histórico de la ciudad desde la perspectiva matemática.

Por último, la ruta de los museos de ciencias comienza en Granada con el Parque de las Ciencias, para continuar con el Centro de Ciencia Principia de Málaga y finalizar en Sevilla con el Museo Casa de la Ciencia.

Los recorridos del proyecto parten de las actividades incorporadas al proyecto tras su validación por parte de Descubre según los criterios establecidos por el panel de expertos que trabaja en el proyecto. Junto a su incorporación al catálogo, los promotores de turismo científico pasan a tener acceso al Foro de Turismo Científico de Andalucía, un espacio privado para el intercambio de experiencias y recursos.

El proyecto se inició en el último trimestre de 2017 con el fin de potenciar un ámbito estratégico en la comunidad autónoma desde una perspectiva científica. 

En concreto, el proyecto se centra en promover la economía social como vehículo para el fomento de empleo entre científicos y divulgadores andaluces; desarrollar un nuevo modelo de propuesta turística basada en contenidos científicos; generar innovación en la oferta turística y crear nuevos nichos de empleo entre personal cualificado en ciencia y divulgación.

Para ello, cuenta con un panel de expertos en turismo científico. Procedentes de distintos sectores, sus integrantes comenzaron a trabajar en febrero de 2018 y, tras definir el concepto de turismo científico, han identificado y valorado todas las iniciativas de turismo científico existentes en Andalucía, así como fijar las posibilidades que el turismo científico tiene de desarrollo en la región. 

A través del panel de expertos y usando como herramienta la web, el proyecto ofrece apoyo al diseño de iniciativas de turismo científico andaluz.

Contenidos de la plataforma

La web cuenta con un apartado para la presentación del proyecto y de los integrantes del panel de expertos, así como un espacio dedicado a las actividades de turismo científico en Andalucía. Cada una de las iniciativas ofrece información detallada, público destinatario, contacto, precios y un enlace a sus respectivas web de reservas. La plataforma integra además la posibilidad por parte de los usuarios de valorar cada una de las actividades a través de la integración con TripAdvisor.

Además, el portal dispone de un espacio con información de los promotores de iniciativas de turismo científico en Andalucía, así como un área profesional destinada a las empresas promotoras y profesionales de este segmento, con noticias y foro privado para el intercambio de experiencias y recursos.

Esta zona ofrece además información sobre la oferta formativa disponible para los promotores y futuros promotores, comunidad científica y divulgadora interesada en crear productos de turismo científico. En paralelo, la plataforma cuenta con el apoyo de perfiles propios en redes sociales, tanto en Twitter como en Facebook, donde, además de página propia, ha habilitado un grupo privado para promotores. 

El proyecto Turismo con Ciencia recoge el trabajo previo de la Fundación Descubre en este ámbito. Desde hace tres años, Descubre, como principal catalizador de la divulgación de la ciencia en Andalucía, viene promoviendo distintas acciones orientadas al surgimiento de iniciativas de turismo científico en la región.  Esta labor se concreta ahora en Turismo con Ciencia, financiado por las Consejerías de Conocimiento, Investigación y Universidad, y Economía, Hacienda y Administración Pública.

Monumentos naturales de Jaén: paisajes singulares, un río con historia y huellas de dinosaurios

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Los monumentos naturales de Andalucía son espacios o elementos de la naturaleza que destacan por su singularidad, excepcionalidad o belleza y que gozan de una protección especial para garantizar su preservación y que podamos disfrutarlos, en las mejores condiciones, generación tras generación. Bosques singulares, formaciones geológicas impactantes y hasta huellas de dinosaurios, Jaén esconde tesoros naturales que quizás no conocías.

Los Órganos

El desfiladero de Despeñaperros, frontera natural entre Andalucía y Castilla la Mancha, es uno de los paisajes naturales más emblemáticos de nuestra comunidad, pero hay una zona de este Parque Natural que tiene un especial interés por sus características e impactante belleza. Son los Órganos, un conjunto de enormes columnas de roca que recuerdan a los tubos del órgano de una gran catedral natural. Además de su evidente interés geológico y geomorfológico, estas formaciones de cuarcita son el hábitat de numerosas especies de fauna y flora.

La espectacularidad de este sorprendente paraje, que pertenece al municipio de Santa Elena, se debe también al contraste de colores que se produce entre el gris de las rocas y el vivo amarillo y anaranjado de las diferentes especies de líquenes que aquí perviven. Encinas, alcornoques y matorral han encontrado su aposento en estas rocas, formando un bosque mediterráneo en el que habitan ginetas, garduñas y numerosas rapaces. 

¿Pero cómo se han formado estos tubos rocosos? La zona era hace 500 años un mar poco profundo que se fue rellenando con arenas y arcillas depositadas por los ríos de la meseta que desembocaban allí. Hace 300 años, las fuerzas de la Tierra hicieron que esta zona emergiera. La erosión del río Despeñaperros y el intenso viento hicieron el resto y fueron modelando este paisaje mágico.

Desde el Mirador de los Órganos, situado a 981 metros de altitud, se divisa una impresionante panorámica de este monumento natural. Se puede acceder a él por los senderos del Barranco de Valdeazores y Barranco de la Niebla, aunque también tiene acceso por carretera.

Cómo visitarlo 

Huellas de Dinosaurio de Santisteban del Puerto

Hace 230 millones de año los dinosaurios paseaba por Santisteban del Puerto y dejaron allí sus huellas, en concreto veinticuatro que todavía se conservan en la zona. Se trata de uno de los dos únicos yacimientos de icnitas, que es el nombre técnico de estas formaciones, que han sido descubiertos en Andalucía y visitarlo nos traslada a nuestro pasado más remoto.

Sabemos que estas huellas, muy difíciles de encontrar porque para su formación se tienen que dar unas condiciones ambientales muy concretas, pertenecían a dinosaurios bípedos del Triásico del grupo de los Arcosaurios, o reptiles dominantes, que incluye, por ejemplo, a los actuales cocodrilos. Casi con toda seguridad, estas huellas se imprimieron sobre sedimentos de un lecho de río o laguna y más tarde fueron cubiertas por otro material que permitió su conservación a lo largo del tiempo, y así han llegado hasta nuestros días. 

Las huellas de Santisteban del Puerto ofrecen, además, valiosa información sobre épocas anteriores a la existencia del hombre sobre la Tierra y también nos hablan sobre las condiciones de vida en nuestro planeta y cómo se comportaban algunos de los animales que lo poblaban.

En concreto, la forma de las huellas revela que estos dinosaurios caminaban sobre dos patas, con unos movimientos similares a los de un canguro. Incluso se pueden conocer datos como su tamaño y peso aproximados, la edad y hábitos sociales.

Todas las icnitas están colocadas en una misma dirección. Los científicos creen que podemos estar ante un grupo de animales que se desplazaban juntos para dirigirse a un lugar concreto. También han aparecido restos de polen y de vegetación fosilizada que delatan unas condiciones ambientales muy diferentes a las de ahora. La vegetación estaba formada por coníferas, palmeras y helechos porque el clima era más caliente y húmedo que en la actualidad.

Cómo visitarlo 

Bosque de la Bañizuela

El Bosque de la Bañizuela es un bosque isla de reducida extensión que goza, sin embargo, de una singular importancia por sus valores biológicos. En él se encuentra perfectamente representado el bosque mediterráneo esclerófilo, es decir, que su vegetación está formada por plantas que se adaptan bien a largos periodos de sequía y al calor.

Otro de los elementos que hace que este bosque haya sido reconocido como monumento natural de Andalucía es la característica composición de su suelo, integrado por calizas, dolomías y margocalizas pertenecientes al periodo Jurásico.

El paraje, en el que se pueden observar un gran número de especies de singular belleza propias de climas subhúmedos, está situado en el municipio de Torre del Campo y era un antiguo jardín de dos hectáreas de extensión. Hoy está ocupado por una masa forestal formada por quejigo, coscoja, durillo, jazmín amarillo, clemátides y madreselva.

Entre estas plantas, destaca el Arrayán de La Bañizuela, propio de esta zona. Normalmente, el arrayán o mirto es un arbusto, pero en el Bosque de Bañizuela podemos observar algunos ejemplares de gran tamaño que destacan por el grosor de su tronco. Además, en esta singular arboleda se pueden admirar algunos árboles muy antiguos.

Cómo visitarlo

El Piélago

Historia y naturaleza se dan la mano en este interesante espacio que encantará al visitante con su singular belleza paisajística. En este paraje, que se ubica en la zona de contacto entre la campiña y las estribaciones de Sierra Morena, se puede disfrutar de un bosque de ribera, de una rica avifauna y de elementos de enorme valor geológico. Además, la importancia de este monumento natural está también determinada por la presencia en la zona de restos de un puente y una calzada de época romana.

Por el Piélago discurre un tramo del río Guarrizas, de gran importancia histórica y alto valor ecológico. El visitante disfrutará de una vegetación de ribera bien conservada y podrá hacer un receso bajo la copa de algunos de los grandes fresnos que doblan sus ramas hacia el agua. Desde este paraje es fácil divisar aves como el milano negro. 

La importancia histórica de este enclave también es muy relevante. En él podemos admirar el puente romano de Vadollano, una construcción que formaba parte de la Vía Augusta, que conectaba Roma, capital del imperio, con Gades, la actual ciudad de Cádiz. Este puente hace de frontera entre paisajes bien distintos. Junto al puente, se puede disfrutar de un entorno agreste en el que el río se encajona entre enormes bloques de granito. Aunque río arriba el Guarrizas detiene su corriente embalsándose en tranquilos remansos, en la zona del Piélago tiene que salvar una serie de desniveles que originan dos pequeñas cascadas. 

A escasos kilómetros de este paraje se encuentra la localidad de Linares, que posee un interesante patrimonio artístico y cultural.

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Quejigo del Amo o del Carbón

Un solo árbol, pero de crucial importancia, forma el monumento natural Quejigo del Amo o del Carbón, situado en el municipio de Valdepeñas de Jaén. El Quercus faginea Lam, quejigo o roble carrasqueño, es un árbol representativo de la vegetación autóctona mediterránea. En esta ocasión, nos encontramos ante uno de los ejemplares de mayores dimensiones de todo el territorio andaluz.

El quejigo del Amo o del Carbón tiene más de 500 años, su tronco tiene doce metros de perímetro y su altura es de casi nueve metros. Se dice que bajo su sombra podrían cobijarse hasta doscientas personas. No se conoce a ciencia cierta el origen de su nombre. La tradición popular asegura que su majestuosidad provocaba que su dueño dijera constantemente que era suyo y que de ahí viene el apelativo “del Amo”. Su otro nombre, “del Carbón”, parece hacer referencia al antiguo aprovechamiento de su madera para hacer carbón con el que calentar los hogares en los fríos inviernos.

El quejigo del Amo o del Carbón está a unos 1.800 metros de altitud, en un entorno de topografía abrupta propio de la Sierra Sur de Jaén. El ambiente húmedo, soleado y relativamente fresco de la zona favorece el desarrollo de esta especie de hoja caduca. En el entorno de este gran quejigo abundan los pinos laricios y carrascos, las encinas, los acebuches, los cerezos y otros frutales.

Como ocurre en tantos casos, la mano del hombre también ha intervenido en el actual aspecto de este imponente árbol. El enorme crecimiento del tronco contrasta con el menor desarrollo de la copa. Las podas de este viejo ejemplar fueron, al parecer, muy numerosas porque sus ramas se empelaban para hacer carbón. Esto ha provocado su particular forma.

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Pinar de Cánavas

El Pinar de Cánavas está situado dentro de uno de los parques naturales más importantes de Andalucía, el de Sierra Mágina. Se trata de un pequeño conjunto de ciento veinte ejemplares de pinos carrascos centenarios de enorme tamaño que constituyen un interesante ecosistema forestal. Nos encontramos ante un paraje natural en el que podemos disfrutar de árboles de entre 100 y 250 años. 

A escasos dos kilómetros del municipio de Jimena, y rodeado de olivos, este pinar presenta un importante recurso educativo porque ofrece la oportunidad de observar las distintas fases de maduración de un bosque. Por un lado, el visitante encontrará pinos jóvenes de troncos rectos y copas en forma de cono y, por otro, ejemplares de troncos retorcidos que han llegado a su madurez. El matorral prácticamente ha desaparecido de este bosque, que representa la evolución natural del pinar sin que este proceso haya sido modificado por la mano del hombre. Este es otro de los aspectos que hacen de este monumento natural un lugar único.

Situado en un alto, desde este pequeño pinar se pueden contemplar interesantes panorámicas de Sierra Mágina y también se divisan algunos de los pueblos cercanos, que destacan por la calidad de sus aceites y su interesante artesanía de soldados de plomo y cestería.

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Rota: un paraíso de la pizza a la altura de Nápoles

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La urta a la roteña o el arranque son dos platos típicos de la localidad gaditana de Rota, pero su magnetismo culinario está ligado indefectiblemente a las pizzerías. Desde hace años es una referencia en la provincia en este producto y son muchos los visitantes que la visitan expresamente para disfrutar de sus pizzas, que cuentan con un estilo propio.

Existen diferentes teorías sobre los motivos por los que este plato empezó a echar raíces allá por los años sesenta en Rota. La mayoría lo vincula a la llegada de los americanos a la Base Naval, pero otros hablan de la influencia que tuvo Vicente Trinche di Lorenzo, natural de Nápoles (Italia), que se trasladó a Rota desde Marbella y que fundó junto a la plaza de Nuestro Padre Jesús Nazareno (La Costilla) el Dutch Club. En definitiva, es hablar de la capacidad que ha tenido la ciudad de abrirse a nuevas culturas hasta darles un toque muy personal.

Para poner en valor esta singularidad, el Ayuntamiento creó el Festival de la Pizza, que en su primera edición tuvo una gran aceptación y que está previsto que se repita en 2019. Algunos estudios ofrecidos por el propio Consistorio reconocen a Rota como una de las ciudades con más pizzerías por habitante, más que Barcelona, Madrid o la mismísima Nápoles. 34 pizzerías para los 29.000 habitantes de la localidad arrojan el dato de que hay una para cada mil roteños, aproximadamente. Aquí ofrecemos algunos ejemplos de restaurantes que presentan particularidades que refrendan a Rota como la capital de la pizza.

La Forestal. Calle Catavino de Oro.

La Forestal funciona desde el año 2000 en la calle Catavino de Oro. Fabián, el dueño, destaca que "fuimos los primeros que innovamos metiendo nachos, baguettes y comida mexicana, saliéndonos de lo más habitual".

Pero la pizza, la gran especialidad, destaca por tener "una masa hecha siempre el día anterior para su fermentación, muy fina. La salsa es casera y se hace semanalmente y los productos se preparan al momento. Así se necesita más personal, pero es nuestra apuesta por la calidad".

En verano llega a tener unas 400 personas comiendo a la vez y cuenta con una clientela fiel de la propia ciudad y muchos veraneantes. Fabián subraya que la suya es "la pizzería del deportista porque soy entrenador de atletismo y casi todo el mundo que hace deporte en Rota viene aquí. Ofrecemos la pizza Ironman y varios productos como Titán, Desafío, Finisher... La pizza Ironman está pensada para el triatleta y lleva nuestra salsa casera, doble queso, huevo cocido y pollo. Por un lado lleva la proteína, lácteos y el hidrato de carbono de la masa. En los días antes de las pruebas se pide mucho".

Yola´s Pizza

Incluso en la forma de comer la pizza se nota el estilo roteño. Luis, de Yola's Pizza, remarca que "normalmente las pizzas se tienen que comer con tenedor, pero la nuestra es tan fina y la masa es tan crujiente que se puede comer con la mano perfectamente sin que se caiga".

"Es verdad que hace unos años pudo haber una influencia americana, pero después la pizza de Rota tiene su propio estilo y el mejor ejemplo es que Telepizza tuvo que cerrar porque la gente de fuera viene a comer algo diferente", añade.

"El visitante suele pedir la pizza que ya viene montada, pero el roteño elige los ingredientes". El local lleva funcionando desde 1982 y su última novedad es la ibérica, con queso manchego, jamón ibérico y tomate.

Pizzería Gallego

Otro clásico en Rota es la Pizzería Gallego, en pleno centro, en la calle Higuereta. Es una zona, junto a la Avenida Sevilla, en la que se concentran muchos de estos negocios, aunque son tantos que también se encuentran diferentes localizaciones de la ciudad. Roberto, descendiente del fundador, afirma que "la clave está en seguir apostando por lo tradicional y natural sin olvidar lo más moderno. Ahora hacemos pizzas con nachos, por ejemplo, porque queremos darle sitio a otros países".

"Lo más peculiar es la pizza cuadrada, que empezó a hacerla mi padre para diferenciarse del resto, y después está el toque personal de la masa y la salsa. La más demandada es la de productos de aquí, siempre con productos frescos de la huerta", añade.

Slice of New York

El contrapunto lo pone la pizzería Slice of New York, en la Avenida San Fernando. Como su propio nombre indica, se hace al estilo neoyorquino porque los dueños son originarios de esta ciudad. "Nuestros jefes son de allí y nos han dicho cómo hacerlas para ser diferentes. Son más grandes que la del resto y el queso se pone por abajo , mientras que los ingredientes van encima. La masa es más gordita que en las otras pizzerías y lo que se sube más es el borde por la levadura", explica Gina, una de las empleadas.

La clientela es tanto de americanos como de gente de fuera, sin olvidar a muchos roteños que también disfrutan con este estilo. "Vienen mucho de la Base y nos adaptamos a su horario, por eso estamos todo el día abiertos. En verano algunos llegan a las 11:00 de la mañana para hacer cola y tenemos que estar preparados", comenta.

Así pues, se llega a la conclusión de que son muchos los matices que convierten a Rota en una visita de obligado cumplimiento para los amantes de la pizza. Pero deben mentalizarse de que este plato suele ir acompañado de elementos más relacionados con la cultura norteamericana que con la italiana. Las alitas de pollo, las patatas fritas y las hamburguesas son los complementos habituales, aunque todo con un toque roteño. 

Vistas de Granada: asómate a los mejores miradores del Albaicín

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Dicen que para conocer bien una ciudad hay que pateársela una y otra vez. Pero hay algunas que debes visitar también desde otro punto de vista: el de las alturas. Es el caso de Granada, cuyos miradores son, además de un reclamo más para ofrecer a los turistas que quieran impregnarse de la esencia de esta capital andaluza, un cruce de civilizaciones desde tiempos inmemoriales, una postal inigualable en sí mismos.

Vigilados en todo momento desde la colina de la Sabika por la Alhambra, buque insignia del vasto patrimonio histórico que atesora la ciudad, los ubicados en el barrio del Albaicín brindan a diario instantáneas únicas, en las que se funden en una sola imagen el monumento nazarí, las nevadas cumbres de Sierra Nevada, la fértil vega granadina o destacados monumentos granadinos como la Catedral o el Palacio de Dar al-Horra.

El mirador de San Nicolás, ubicado en pleno corazón del barrio, con la iglesia de San Nicolás a la espalda y junto a una de las antiguas mezquitas de la ciudad musulmana, es el más emblemático de Granada, y también el más visitado, por sus inmejorables e impagables vistas de la Alhambra y el Generalife, pero ni mucho menos es el único que regala a granadinos y visitantes imponentes imágenes y amaneceres y atardeceres difíciles de olvidar. Aquí algunos de ellos: 

 

Mirador de Los Carvajales

A este mirador, ubicado en la parte baja del barrio del Albaicín, en la recoleta Placeta de Carvajales, se accede casi siempre sin querer tras ‘perderse’ por las decenas de calles estrechas que atesora este barrio granadino, descansar -y enamorarse- de alguna plazotela perfumada de jazmín o reponer fuerzas en la calle de las teterías por excelencia: Calderería Nueva. Desde este escondido mirador, situado entre la Cuesta de San Gregorio y la calle San Juan de los Reyes, son inigualables -y casi palpables- las vistas de la Alhambra, coronada por la Torre de la Vela, y el Generalife en contrapicado. Y lo mejor de todo, sin muchas aglomeraciones.

Mirador de Santa Isabel la Real

Está situado en una plaza de reciente construcción, conocida popularmente como el Huerto del Carlos, junto a Santa Isabel la Real, el monasterio fundado por deseo expreso de la Reina Isabel de Castilla en 1501, y dotada con fuentes, asientos y suelo de empedrado granadino, lo que la convierte en el lugar ideal para disfrutar en buena compañía de esos momentos efímeros en los que nos quedaríamos a vivir. Al igual que el mirador de San Nicolás, ofrece inmejorables instantáneas de la Alhambra y Sierra Nevada al fondo, así como una mayor perspectiva de la que fuera área residencial para la guarnición de élite al servicio del Sultán que vigilaba la ciudad palatina: la Alcazaba. Al estar elevado sobre las calles adyacentes, este mirador también es un refugio tranquilo y silencioso para disfrutar de la esencia propia del barrio albaicinero.

 

Mirador de San Cristóbal

En la parte alta del Albaicín, junto a la Iglesia de San Cristóbal, se ubica este mirador al que se accede o bien por la Carretera de Murcia o bien tras subir las famosas escaleras de la Cuesta de San Cristóbal, tras cruzar la Puerta de Elvira y ascender la Cuesta de la Alhacaba. Desde aquí el visitante puede disfrutar, además de un gran lienzo de la muralla del siglo XI, construida por los reyes ziríes, y los laterales de la Alhambra y el Palacio de Carlos V,  de una de las mejores panorámicas de Granada, que incluye destacados monumentos granadinos como la Catedral, el primer templo renancentista en España, que preside orgulloso el centro de la ciudad, el convento de Santa Isabel la Real o el Palacio de Dar-Al-Horra, donde vivió la madre de Boadil, también conocido como ‘Casa de la señora honesta’ o ‘Casa de la libre’, otro lugar imprescindible desde donde contemplar el icono más importante de Granada. San Cristóbal, sin duda alguna, no es un mirador cualquiera de la ciudad. Lo sabe bien Bill Clinton. El expresidente de Estados Unidos contempló desde aquí el "más bello atardecer del mundo" durante una visita a la ciudad.

 

Mirador de San Miguel Alto

Es el mirador más elevado de Granada y desde él se contempla una amplia y privilegiada panorámica de la ciudad. Se accede a él después de una larga y empinada caminata, pero el esfuerzo se ve rápidamente recompensado con las gratificantes vistas que regala a granadinos y visitantes. A la izquierda, otra perspectiva de la Alhambra, de frente el barrio granadino del Albaicín y el centro histórico de la ciudad y a la derecha, Sierra Elvira. Se trata de un punto diferente y único, imprescindible para todo aquel que quiera descubrir en todo su esplendor la belleza que entraña cada rincón de la capital granadina. A su espalda, se encuentra la Ermita de San Miguel Alto, que se levantó sobre la Torre del Azeytuno, punto fuerte de las torres que componían la muralla exterior que protegía la población musulmana de las incursiones cristianas, y hoy en día es un lugar al que los vecinos del Albaicín peregrinan en romería cada 29 de septiembre para sacar en procesión una imagen del Arcángel San Miguel.

 

 

Llegan las zambombas de Jerez y Arcos: "Hay noche pa rato"

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Los municipios gaditanos de Jerez y Arcos de la Frontera se convierten en diciembre en el escenario de una de las costumbres culturales y festivas más auténticas del folclore andaluz: las zambombas.

Desde el siglo XVIII, en la víspera de la Nochebuena, amigos y familiares se reunían en los patios de las casas de vecinos y gañanías para cantar villancicos. Hoy, como entonces, el espíritu entregado, alegre y desenfadado de la celebración hace que cualquiera pueda arrancarse y unirse al grupo.

Desde principios de este mes en Jerez y Arcos hay zambombas por todas partes, especialmente los sábados. Centenares de zambombas. En cada calle, plaza o plazoleta resuena la ronca zambomba y el coro de improvisados tenores.

Son la evolución de las que se celebraban al aire libre en casas de vecinos, donde a menudo se compartía una única cocina de Picón. Durante toda la noche se cantaba y bailaba, hasta el alba, justo a tiempo de dormir unas horas antes de continuar con las celebraciones del Día de Navidad.

Se trata de una noche que sigue siendo larga, de ahí que diga la copla que con las zambombas “hay noche pa rato”.

En ellas se forma un corro alrededor de las hogueras y de forma espontánea, se cantan y bailan villancicos mientras se reparte vino, anís, ponche y dulces navideños para todos. El instrumento fundamental, la zambomba, de ahí el nombre de la fiesta y a él se suman el almirez, la pandereta y la botella rayada de anís.

De entre todas las que se celebran en Jerez, destacan las que tienen lugar en los barrios de San Miguel y Santiago, los más flamencos de Jerez. En Arcos destacan la que se celebrará el día 13 de diciembre en el Palacio del Mayorazgo.

Y es que la zambomba está en auge, y cada año son más las asociaciones vecinales, entidades culturales, centros educativos, peñas flamencas y hermandades que organizan una zambomba. Todo el mundo participa y se pierde el carácter individual del cante flamenco: no hay una separación entre el público y los protagonistas.

Los orígenes de la zambomba

La zambomba y la misa flamenca son las celebraciones más genuinas de la festividad católica andaluza. Se trata de la manifestación de una cultura oral de siglos, heredada de los mayores y oralmente transmitida de padres a hijos. 

El instrumento suele elaborarse de un modo artesanal, con una vasija de barro que se cubre con un pellejo de animal –normalmente cabra- o una tela: muselina. En el centro de la tela se amarra una caña larga que proporciona un sonido grave al ser frotada con la mano y que es la base rítmica o compás sobre el que se cantan los villancicos.

Los primeros documentos que aluden a los villancicos datan de los siglos XV y XVI, sin embargo no será hasta el siglo XVII cuando el villancico adquiere el típico carácter religioso con el que hoy se relaciona.

Cuna del villancico flamenco

Pero no es hasta el XIX cuando Andalucía lo dotó con ese sello personal, aflamencándolos poco a poco. Si en un principio se basaban en pasajes evangélicos, han evolucionado hasta incorporar episodios de lo cotidiano hasta el punto de que algunos no se refieren a temas navideños. Para Segundo Falcón no hay duda de que “Jerez ha sido la cuna del villancico flamenco, algo lógico si se tiene en cuenta la importancia de la ciudad en el nacimiento de este arte”. 

Según algunos autores los villancicos y zambombas ha sido una tradición musical andaluza de carácter popular que ha vivido durante mucho tiempo a la sombra del flamenco puro, por lo que no ha tenido la relevancia necesaria y han ido desapareciendo progresivamente, hasta el punto de casi desaparecer.

Esta dinámica ha cambiado en los últimos años, y las zambombas están cobrando el protagonismo que se les ha negado durante tanto tiempo.

Los villancicos tienen también un importante significado literario. Muchos han servido de base popular a algunas de las obras de los cancioneros de los poetas cultos y, muy especialmente, de los de la generación del 27.

Bobastro: una basílica rupestre mozárabe en el corazón de la sierra de Málaga

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Cuando se sube por la estrecha carretera jalonada de curvas que conduce a la Mesa de Villaverde (Ardales, Málaga) donde se encuentra ubicado el yacimiento arqueológico de Bobastro resulta fácil imaginar por qué fue éste el lugar elegido por el caudillo Omar Ibn Hafsun para hacerse fuerte y liderar desde allí una impresionante revuelta contra el emir de Córdoba en el año 880. El paseo merece la pena: el paisaje durante todo el recorrido es sobrecogedor y la vegetación, en la que predominan pinos carracos y eucaliptos, ofrecen al visitante reductos para el descanso.

El yacimiento se encuentra en el municipio de Ardales, que presume de ser la puerta al conocido y concurrido sendero del Caminito del Rey. El acceso a las ruinas de Bobastro se realiza desde la carretera Álora-Ardales, a unos dos kilómetros al norte del hermoso embalse del Conde de Guadalhorce, más conocido como “El Chorro”, que cuenta con buenas zonas para bañarse en verano y con un camping muy bien dotado en el que se puede disfrutar de un entorno natural inigualable.  

La subida al yacimiento está bien señalizada. Una caseta de información turística, en la que también se pueden contratar visitas guiadas, marca la entrada al conjunto. El acceso al yacimiento se inicia con por una empinada escalera excavada en la roca que está bien protegida y no ofrece mucha dificultad. El resto del recorrido está señalizado con paneles explicativos que resultan suficientes para comprender la importancia del enclave si se opta por realizar el recorrido por cuenta propia.

La ciudad de Bobastro estuvo habitada durante los siglos IX y X y se considera una de las poblaciones medievales “más conflictivas” de la historia. Desde ella, el caudillo Omar Ibn Hafsun hostigó a los militares del califato cordobés y pactó con los dirigentes locales de las montañas malagueñas que se convirtieron en sus aliados.

Muchas de las construcciones que aún se pueden ver en Bobastro están excavadas en la roca. El visitante puede reconocer casas, edificios militares y otros de uso común para la población. También se pueden visitar los restos de una notable necrópolis y un castillo, pero el edificio más importante y significativo del yacimiento es la gran basílica mozárabe, única en su estilo en el territorio de Al-Ándalus.

Omar Ibn Hafsun se convirtió al catolicismo en el 899 y, tras su bautizo, recibió el nombre cristiano de Samuel. Esto explicaría la presencia de esta iglesia en la ciudad de Bobastro. En la zona se puede observar un complejo de edificios que conforman una construcción de estructura cuadrada que pudiera haber albergado un convento de eremitas. Las diferentes estancias y almacenes están dispuestos en torno a un patio central con un aljibe en el centro. En un promontorio situado al lado sur, se trabajó la piedra hasta hacer surgir una iglesia de planta basilical de tres naves, decorada con arcos de herraduras y que estaba cubierta por un tejado a dos aguas sostenido por un armazón de madera.

Bobastro, que es Monumento Nacional desde 1931, resistió como territorio independiente más de cincuenta años hasta que fue tomada por Abderramán III en enero de 928. En el Museo de Ardales se conservan materiales procedentes de este importante yacimiento.

La visita tiene una duración aproximada de una hora, aunque los más curiosos pueden demorarse cuanto quieran para disfrutar de la singular historia del lugar y del magnífico paisaje que rodea el yacimiento.

El horario para descubrir este interesante escenario histórico y natural es de 10:00 a 15:00, de martes a domingo y lunes festivos. Hay visitas guiadas cada hora y el precio de la entrada es más que asequible: 3€ la entrada general y 2€ para jubilados y niños de 5 a 12 año. También hay precios especiales para grupos.

 


Medina Sidonia, Arcos y otros belenes imprescindibles de la provincia de Cádiz

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La emoción sólo dura unas horas, pero más de 75.000 personas se animan cada año a visitar los belenes vivientes del interior de la provincia de Cádiz, con recreaciones emblemáticas como las de Arcos y Medina. Aunque hay algunos más madrugadores, la mayoría de estos eventos efímeros que abarrotan los municipios se celebra en el fin de semana del 14 y 15 de diciembre

Este sábado 15 de diciembre tendremos belenes en Arcos de la Frontera, Benamahoma, Chipiona, Espera, Ubrique y San Roque. Al día siguiente, el domingo 16, será el turno de Bornos, Medina Sidonia y Paterna. Por último, el sábado 22 celebran sus belenes vivientes El Puerto de Santa María, Facinas (Tarifa), Olvera, San Martín del Tesorillo y Taraguilla (San Roque). 

Arcos y Medina: los belenes 'estrella'

El belén viviente de Arcos de la Frontera se compone de unas treinta escenas, pero la mejor opción es adentrarse en las callejuelas de la villa y sentir el calor de las hogueras, los aromas de antaño y cómo los figurantes le dan vida a toda una época en torno al nacimiento del Mesías. En Arcos, hasta el niño Jesús es un recién nacido.

El sábado, de 17:30 a 23:30 horas, todas las calles del pueblo lucirán adornadas por palmeras y la mayoría serán iluminadas por la tenue luz de las antorchas, que además de un ambiente acogedor, ofrecerá un olor a cera quemada que hace aún más especial la visita al belén viviente.

Un ambiente magnífico, un pueblo excelentemente adornado y unos vecinos exquisitamente vestidos para la ocasión, sin perder un solo detalle. Cada una de las estaciones del belén estarán bien preparadas para representar al público todas las escenas del nacimiento de Jesús.

Lo mismo ocurre en Medina Sidonia, donde más de 600 figurantes, compuestos por vecinos de todas las edades, se encargan de dar vida con el mayor realismo posible a las 66 escenas que forman el belén: el Nacimiento, el campamento de los Reyes Magos, la oficina de empadronamiento romano, talleres artesanos, campo de labranza, labores de pastoreo, mercaderes, barbería, carnicería, obradores y mucho más.

El belén se desarrolla a lo largo del barrio Santa María, por las calles y plazas más típicas del Conjunto Histórico-Artístico entre las que se distribuyen las más de 600 escenas del belén. La recreación empezará a las 12 del mediodía y se prolongará hasta las 7 de la tarde.

Todo un espectáculo efímero que despierta la admiración de cuantos lo visitan por la implicación de sus gentes, que ceden enseres y locales y participan activamente en una representación que hace a todos viajar en el tiempo.

Belenes por toda la geografía gaditana

Este fin de semana, el del 14 al 16, concentra la mayoría de belenes de la provincia de Cádiz. El 14 y 15 de diciembre Rota celebra su belén viviente en la Plaza de España de 18 a 22 horas. En Tarifa la celebración será del 14 al 16 en el Barrio del Moral y está organizado por la Asociación de Amigos del Belén Viviente de Tarifa.

En El Gastor, al igual que sucediera en el anterior, se inaugurará el belén viviente el día 15 con la actuación en la Plaza de la Constitución de un grupo que interpretará distintos villancicos y a continuación, a las 17 horas, se abrirán las puertas para disfrutar del trabajo realizado por más de 100 vecinos.

En este pueblo se viene organizando el belén viviente desde 2005, y desde el año 2000 se celebra en Ubrique, cuyo casco antiguo acogerá a partir de las seis de la tarde del sábado 15 su representación.

Benamahoma acompañará la celebración con un mercado central en el que ofrecerán al público productos típicos. Será a partir de las 13 horas, con productos navideños como pestiños, roscos, tortas de masa, empanadillas y mucho más.

El V belén viviente de San Roque se iniciará el sábado 15 a las 11.00 horas, con la tradicional llegada de San José y la Virgen María, quienes entrarán por calle San Nicolás para finalizar en el pesebre montado en la puerta de la Parroquia que da a la Plaza de Armas. A partir de ese momento se sucederán las actividades, principalmente actuaciones de grupos de baile y de coros y rondallas.

El 16 de diciembre es el turno de Paterna de Rivera, que además de su belén viviente celebra en la Plaza de la Constitución de 14 a 19 horas una zambomba y la entrega de cartas a los Reyes Magos.

En Espera también el 16, como viene siendo habitual año tras año, se escenifica en las faldas del monte Fatetar y la cueva del Castillo, así como en la calle Santo Cristo, un belén viviente en un marco de inigualable belleza y armonía, con la participación de muchos vecinos vistiendo ropas de época, ofreciendo a los visitantes la degustación de productos navideños. El último año superaron la cifra de 5.000 visitantes.

También el domingo 16 de diciembre volverá a celebrarse el belén viviente de Bornos. Nuevamente el Jardín del Castillo Palacio de los Ribera, una joya renacentista del siglo XVI acogerá las diferentes escenas que varias asociaciones y hermandades del municipio han preparado.

El sábado 22 de diciembre, a partir de las 11:00 horas en la Plaza de la Iglesia, tendrá lugar el belén viviente de Olvera. Además se instalará un mercado navideño en las calles Llana y Victoria y las plazas de Andalucía y del Ayuntamiento. También El Puerto de Santa María se suma a la lista de belenes este año el día 22 con un belén en la plaza de Alfonso X El Sabio (junto al Castillo de San Marcos). El nacimiento se podrá visitar en horario de 11 a 15 y de 16 a 23 horas.

En el segundo belén viviente de Taraguilla (San Roque) participarán también el 22 y 23 en torno a un centenar de personas y se han programado diversos actos durante los dos días. En el patio del colegio se escenificará el portal de Belén (el sábado por niños y el domingo por adultos), y se instalarán unos 15 puestos con elaboración de roscos, chocolates, pan, figuras de barro, chorizada, jabones, manualidades, lana, barbería y todo lujo de detalles para recrear una de los hitos de estas fiestas.

Verdiales de Málaga: la fiesta en la calle

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Los verdiales son una celebración, y por eso quienes saben de esto los llaman la Fiesta, sin adjetivos. Tienen como eje la música, pero en su concepción más pura trascienden el hecho de tocar unos instrumentos y cantar. El pasado fin de semana se celebró en Málaga el preludio de otros eventos verdialeros que quedan por venir durante la Navidad. En el barrio de Mangas Verdes, levantado en los años 60 por quienes llegaban a la ciudad procedentes de los Montes, se descubrió un nuevo mosaico en homenaje a un verdialero histórico. Y claro, se celebró con fiesta.

"No se trata simplemente de cantar o de tocar mejor. En el corazón de los verdiales y del arte popular está la producción de vida, que trasciende al arte meramente performativo", explica Jorge Dragón, periodista y fotógrafo, y autor de El libro de la fiesta, un libro que sirve para comprender cómo se relaciona este arte milenario con lo popular. Los verdiales son baile y una música rítmica e hipnótica que se hace con guitarras, un violín, platillos y castañuelas, pero también una fiesta que se hace en la calle, y que pierde parte de la esencia cuando se traslada a un escenario. "Es gente que sale a la calle a comer, beber, cantar, bailar y celebrar", añade.

Este fin de semana la fiesta se celebró en Mangas Verdes, un barrio al norte de Málaga. Allí se descubrió el noveno de los murales que Eugenio Chicano elabora cada año en homenaje a algún popular fiestero del barrio. En esta ocasión, el mosaico recuerda a Rafael Romero, fallecido en 2015, e integrante de una histórica familia de fiesteros.

Su hermano Pepe sigue dirigiendo la panda de Jotrón y Lomillas, la misma que dirigió su padre. "La primera vez que salí de fiesta fue con cinco años. Nos repartimos una perra gorda y una perra chica", explica este hombre, que hoy tiene 69 años, y que porta la varilla tallada que le acredita como alcalde de la panda. Según dice, la vara tiene más de cien años y hasta seis carpinteros han intentado saber de qué madera es, sin éxito.

Pepe Romero cuenta también que la panda se desplazaba desde Mangas Verdes hasta Casabermeja "para ir de fiesta", y hacían así el recorrido inverso al que hicieron quienes levantaron el barrio, construido en los años 60 por quienes habían tenido que abandonar los Montes de Málaga. Ellos se trajeron los verdiales a la ciudad, aunque durante años aquella música permaneció casi oculta, asociada con vergüenza a la miseria y la pobreza del campo.

La calle y el escenario 

Los hijos y nietos de aquella generación de emigrantes empezaron a recuperar los verdiales en los años 80, en parte para evitar que desapareciera este folclore milenario, de cuyo origen no se tiene certeza absoluta aunque se encuentren en él elementos romanos, fenicios y moriscos. Carmen Tomé, profesora de baile, constituyó una asociación en la que tuvieron su origen pandas como la de Jotrón y Lomillas. Hoy la asociación sigue siendo también una escuela, con unos 40 alumnos.

La asociación se adscribe a la corriente "purista" frente a la "renovadora"; es decir, aboga por mantener la fiesta a pie de calle como algo puramente lúdico y popular, y evitar su asimilación a un producto cultural al uso. La otra tendencia, más institucionalizada, tiene su día grande el 28 de diciembre (de ahí el sobrenombre de tontos), con el certamen de pandas verdialeras en Puerto de la Torre. Es el evento más concurrido del año.

"Nosotros somos partidarios de evitar el escenario en lo posible, porque va en contra de la propia fiesta. En la fiesta de Mangas Verdes se invita a las pandas, nadie cobra, la gente se junta con quien quiere y está el tiempo que quiere", señala Tomé.

Junto a esta celebración de Mangas Verdes, ella señala otros eventos que mantienen la esencia del verdial. El primero ocurre en Benagalbón el tercer sábado de cada mes de septiembre. Diez o doce pandas se reúnen y recuperan el tradicional choque o, como dice Jorge Dragón, "levantan coplas" en las que sacan a relucir el ingenio. Se trata de improvisar las coplillas en unos piques que bien pudieran ser el ancestro de las batallas de gallos.  

El otro evento está a la vuelta de la esquina. La tarde del Día de Navidad, algunas pandas recorren las ventas de los Montes de Málaga haciendo rifas, con las que se les reta a tocar o cantar de tal o cual manera. "Eso lo que produce es la risa y juerga", comenta Tomé. Y nada más fiestero que la risa y la juerga con la que seguir celebrando los verdiales, por otros mil años más.

Migas ‘cocías’: la sabrosa modestia un plato tradicional de la sierra gaditana

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Pan de pueblo de miga recia y un refrito de cebolla, ajo, pimiento y tomate, al que se le añade chorizo, morcilla o tocino, son los ingredientes básicos de un plato tradicional de la Sierra de Cádiz. En el área de Ubrique, donde todavía se hace y se disfruta, se conoce como Migas “cocías”, pero podemos encontrarlo en otros lugares de esta comarca gaditana con nombres tan variados como refrito benaocaceño o migas serranas.

Las migas “cocías” es un plato modesto y contundente pensado para afrontar los fríos del invierno y el duro trabajo en el campo. Se trata de una elaboración de aprovechamiento de los recursos existentes en las cocinas más sencillas, que, como ocurre en tantos casos del recetario tradicional, la imaginación y el cuidado convertían en verdaderos manjares.

El pan y las verduras fritas en aceite de oliva sustentan una receta sencilla y altamente reconfortante a la que se le solía añadir simplemente un poco de tocino y en ocasiones especiales, si es que la cocinera o cocinero podía permitírselo, algunos productos de la matanza del cerdo, como chorizo y morcilla. A diferencia de las múltiples versiones de migas que se dan, con distintas variaciones, en numerosos puntos de la geografía española, las que se realizan en esta zona son más jugosas gracias a la presencia del tomate en su elaboración.

Uno de los pocos restaurantes de la sierra gaditana que incluye este plato en su carta es El Refugio de San Antón de Benaocaz. Al frente de sus fogones está Angélica Rodríguez, que este año obtuvo el primer premio Chef Sierra de Cádiz en la modalidad de “Cocina tradicional innovadora”. El galardón resume bien el sentido de sus propuestas culinarias, que beben de la tradición y a las que, con experiencia y formación –fue número uno de su promoción en la Escuela de Hostelería de San Roque–, ha ido incorporando sabores de vanguardia.

El interés por recuperar platos olvidados

Las migas “cocías”, que se incluyen en la carta de invierno del restaurante y que también se elaboran por encargo en otras épocas del año, responden a su interés por “recuperar platos olvidados” que, además, “siguen funcionando”, porque, como los potajes que también ofrece como sugerencias en su menú, “muchas veces, con las prisas de nuestra vida diaria, no tenemos ocasión de elaborarlos en casa”.

La migas “cocías” forman parte su recetario desde que empezó en la restauración hace catorce años. La receta la aprendió de su abuelo, que se dedicaba a la saca del corcho en el cercano Parque Natural de los Alcornocales. Su abuelo hacía las migas en el campo para sus compañeros, que necesitaban reponer fuerzas con un plato contundente que les permitiese continuar con la extenuante faena. Los trabajadores lo degustaban en el mismo perol en el que se cocinaba con el conocido método de “cuchara y paso atrás”.

Angélica siempre ha apostado por la cocina con raíces, pese a que sus propuestas son personales e innovadoras, y éste es un plato con el que se siente especialmente vinculada porque siempre ha formado parte de la cocina de su familia. La chef recuerda que antes a este plato “se le echaba menos chacina porque en las casas había muy pocas cosas” y añade que, “como plato de aprovechamiento que es, cada uno le ponía lo que tenía a mano, incluso unas patatas fritas o huevo revuelto”.

La elaboración está incluida en la carta de El Refugio con el nombre de Migas de Corchero, en homenaje al abuelo de la chef. El plato se cocina a la manera clásica, aunque la presentación resulta más innovadora, ya que las migas llegan a la mesa emplatadas entre gajos de cebolla que simulan una flor y coronadas por un huevo de campo frito. La “flor de cebolla” no deja de ser también un guiño a la tradición porque muchas veces “en el campo se usaban estos gajos para comer las migas a falta de cuchara”.

En los últimos años, se ha intentado recuperar y popularizar una receta que está imbricada en la memoria colectiva. La Asociación Coto Mulera de Ubrique organiza, desde hace ya seis años, un concurso de migas “cocías” en el que los vecinos del pueblo se reúnen para cocinar este plato al aire libre. La iniciativa ha sido un éxito. La última edición contó con más de veinte participantes que recrearon propuestas tradicionales y otras algo más innovadoras, que luego pudieron degustar gratuitamente los asistentes al encuentro.

 

Níjar (Almería) y Setenil de las Bodegas (Cádiz), nuevos pueblos más bonitos de España desde 2019

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La solicitud para formar parte de la asociación se inicia con la petición del Pleno municipal o Junta de Gobierno y en este 2019, además de los dos municipios andaluces citados, pasarán a formar parte de la red otras nueve localidades españolas.

Tanto en Setenil de las Bodegas como Níjar, gracias a este reconocimiento, a partir de enero podrán colocar en los diferentes accesos al municipio los paneles que anuncian la entrada a uno de 'Los Pueblos Más Bonitos de España' y utilizar esta denominación en los documentos de comunicación oficiales.

Por su parte, el Ayuntamiento de Níjar ha explicado en un comunicado que la inclusión del municipio en esta asociación se produce después de "un año de trabajo para demostrar todos y cada uno de los requisitos".

Además, ha destacado que la solicitud fue presentada por el pleno del Ayuntamiento y respaldada por las asociaciones del pueblo como la Asociación Cultural Níjar, Asociación Cultural las Refajonas, Asociación de vecinos del Casco Antiguo, la Hermandad del Santísimo de Níjar y la Hermandad de Santa María de Níjar.

"Este distintivo hace que Níjar pueda ostentar esta marca de calidad que nos acredita como un destino de valor añadido, pero además tendremos la oportunidad de aprovechar el intercambio de experiencias y conocimiento para mejorar aún más en el camino hacia la excelencia", ha subrayado la alcaldesa del municipio, Esperanza Pérez.

Igualmente, Níjar se incorpora como Pueblo Mágico Oficial a la Red de Pueblos Mágicos de España. "El municipio cuenta con una dilatada historia, presente en sus calles, un amplio patrimonio cultural, arquitectónico y natural, además de una serie de características que la han convertido en uno de los pueblos más bonitos y mágicos de España", ha concluido la regidora.

Entrega de acreditaciones

Por su parte, el alcalde de Setenil de las Bodegas, Rafael Vargas, ha confirmado a Europa Press que el 24 de enero en Madrid, en el marco de un acto en Fitur, se entregarán las acreditaciones oficiales a los nuevos Pueblos más Bonitos de España.

"Lo vemos como una oportunidad, pero ahora también hay que trabajar y hacer los deberes", ha explicado el alcalde, a la vez que ha indicado que desde el Ayuntamiento se está "concienciando a la población de la importancia de mantener el pueblo bello, no sólo para el turismo, sino para nosotros mismos".

También ha recordado que se creó un plan integral de turismo para el municipio y que uno de los objetivos era la inclusión en la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España.

Otros pueblos bonitos de España

Se trata de Bonilla de la Sierra (Ávila), Roda de Isábena (Huesca), Bagergue (Lérida), Potes (Cantabria), Tazones (Asturias), Carmona (Cantabria), San Martín de Trevejo (Cáceres), Viniegra de Arriba y Viniegra de Abajo (La Rioja), once localidades que pasarán a engrosar la red de los pueblos más bonitos de España y que se unirán a las 68 localidades que ya forman parte de ella.

La Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, que sumará 79 localidades con estas incorporaciones, tiene como objetivo promocionar los pequeños municipios, preferentemente rurales, agrupados bajo una misma marca de calidad, a través de las acciones de promoción y eventos culturales que la asociación emprende tanto dentro como fuera de España.

Para que un pueblo pertenezca a la asociación debe tener una población inferior a 15.000 habitantes --en el caso de las que superan los 5.000 la asociación solo contempla el casco histórico-- y contar con un patrimonio arquitectónico o natural certificado.

Marchena diseña tres rutas de turismo adaptado para visitar uno de los cascos históricos más bonitos de Andalucía

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Con casi 20.000 habitantes y uno de los cascos históricos monumentales más impresionantes de Andalucía, la localidad sevillana de Marchena tenía el mismo problema que la gran mayoría de pueblos: el acceso limitado para algunas personas a algunos monumentos por ir en silla de ruedas. Gracias a una iniciativa municipal, esto ha pasado a la historia.

Desde ahora, sus monumentos se pueden visitar sin barreras. Si es necesaria una ayuda añadida, es posible contar con tres bicicletas adaptadas que se gestionan desde el área de Turismo, gracias a una iniciativa impulsada en coordinación con los Servicios Sociales. 

La delegada de Servicios Sociales, Mercedes Abadía, lo tiene claro: “Hay que potenciar el turismo accesible y facilitar la visita al entorno cultural y patrimonial”. Para ello, “hay bicicletas adaptadas que son imprescindibles, que se pueden gestionar incluso desde la web del área de Turismo o sus redes sociales”.

No hay más, y no hay menos, porque se trata, esencialmente, de que un monumento no tenga barreras. Y para ello se pueden visitar de forma individual o en tres rutas organizadas.

Un itinerario guiado

La primera se inicia en la Plaza de San Andrés, donde también acaba, con visitas a la calle Las Torres, San Sebastián, Iglesia de San Agustín o Arco de la Rosa. La duración estimada es de 40 minutos.

La segunda se inicia en la misma plaza, con 60 minutos de duración, para ver, por ejemplo, la Plaza de la Constitución, el monumento a Pepe Marchena o la Plaza de Melchor.

La tercera ruta llega hasta Cardenal Espínola, Ronda de la Alcazaba o Palacio Ducal. Dura 90 minutos y cuenta, como las otras, con un guía que va explicando los principales detalles del itinerario.

Abadía pone el acento en “la importancia de que una persona con movilidad reducida no tenga ningún impedimento en acceder y visitar Marchena, al quedar eliminadas las barreras arquitectónicas y facilitarle el paseo”. Incluso, recuerda, “si no se puede montar en bicicleta por tener una falta de movilidad extrema, una segunda persona puede hacer todos los movimientos por ella. Ver a la gente que en algunos casos monta en bicicleta por primera vez gracias a esta idea es indescriptible”.

Teresa Jiménez, delegada de Turismo, recuerda que el pueblo es "poseedor de un rico patrimonio artístico y cultural, que ahora se pone a la vanguardia en el sector turístico con el diseño de una serie de rutas turísticas adaptadas, con lo que se podrá disfrutar de todos los tesoros artísticos y culturales que tiene este municipio sin exclusión ninguna”.

“Se posibilita un turismo accesible en todos los sentidos y para todas las personas independientemente de cuál sea su diversidad funcional. Es un paso más para lograr lo que llamamos turismo inclusivo, que tiene que ir acompañado por hechos para que sea realidad”, apostilla la delegada.

El Palacio ducal, los cuadros de Zurbarán, el Arco de la Rosa, la Ronda de la Alcazaba, las calles del casco histórico… Se trata de que una silla de ruedas sea un transporte, no un impedimento. La idea ya ha tenido un antecedente en la vía verde accesible del pueblo y será presentada oficialmente en la próxima edición de FITUR como una de las ideas más importantes de la feria madrileña para un turismo, de verdad, sin barreras.

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